Ética y MoralPolítica

El último fascista

Iglesias haciendo el mono por internet y diciendo no más que bobadas es el fascismo otra vez derrotado por la libertad

Pablo Iglesias ha aparecido en un acto público después de que Europa y Pedro Sánchez le expulsaran del Gobierno y los madrileños le despreciaran en las urnas el 4 de mayo. Así está ahora Pablo, con su cara caída de insustancial matón en el paro, inevitablemente banal, como cualquier expresión del mal, con la honda frustración en la mirada por todo el daño que al final no nos ha podido causar.

Iglesias humillado es la mejor victoria de la democracia. Iglesias haciendo el mono por internet y diciendo no más que bobadas es el fascismo otra vez derrotado por la libertad, la miseria esquivada por el mercado y las cadenas rotas de la muerte, porque Pablo Iglesias y los suyos, en cualquier época de la Historia, y hasta en el rincón más recóndito del mundo, nos han perseguido hasta matarnos; y cuando no lo han conseguido no es porque hayan dejado de intentarlo. España ha derrotado a su última tentación fascista y la ha derrotado con inteligencia, reduciéndola al absurdo. Es así como ganan los países y las sociedades libres, arrinconando a los majaderos, impidiéndoles llevar a cabo su rabia de miseria y muerte. España tiene que estar orgullosa de su victoria de luz sobre la tiniebla. Le debemos una a la presidenta Ayuso, por supuesto. También le debemos una a Europa, que amablemente le sugirió al presidente Sánchez que con este vicepresidente, los fondos de rescate no iban a llegar de la misma manera.

Tuvimos la devastación muy cerca. Nuestros ataúdes habían sido ya encargados, y sin Cruz. Las colas del racionamiento se habían empezado a ensayar. Tuvimos el terrible pesar al alcance. Al alcance de nuestra ignorancia, de nuestra arrogancia y nuestra frivolidad. Hemos estado a punto de tener que recordar lo duras que son las batallas por recuperar la libertad, y cómo antes de podernos alzar de nuevo con ella, muchos caen en la angustia y el silencio, aplastados por la maquinaria totalitaria.

El espacio político y moral entre el estalinismo y el chavismo, al que Pablo Iglesias pertenece, es el más criminal de todos los tiempos. Nunca tantas personas han sido arrasadas y asesinadas como en nombre de esta ideología, sin olvidar que el nazismo es una forma de socialismo cuya devastación y muerte es un dramático error no atribuir a la izquierda. De toda esta catástrofe se ha librado España, con Pablo Iglesias relegado a charlatán ‘on line’, con su ridícula expresión de guerrillero desahuciado. Todas y cada una de tus derrotas son nuestras milagrosas, agónicas victorias, sobre todo de los que más ciegamente te votaron y que habrían sido los primeros en sufrir, en su precariedad, los estragos de destrucción y hambre que siempre habéis provocado los que pensáis y actuáis como tú. Eres la vergüenza del mundo libre, los restos del cáncer que no acabamos de extirpar tras la Segunda Guerra Mundial. Cuando miro al fondo de tus ojos de vencido veo los cadáveres puestos en fila que gracias a Dios se salvaron cuando te echamos de la vida pública.

 

 

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