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El veredicto sobre el último debate presidencial: más confrontación, dominaron las evasivas de Guillier y se vio a un Piñera más cómodo

Siete analistas políticos, expertos electorales y columnistas -José Joaquín Brunner, Mauricio Morales, Cristina Bitar, Roberto Méndez, Sebastián Sichel, Max Colodro y Felipe Morandé- evaluaron el último cara a cara de la carrera hacia La Moneda, donde por primera vez los candidatos tuvieron tiempo suficiente para enfrentar sus propuestas de gobierno, de cara a la segunda vuelta del domingo. 

Educación; salud; previsión; economía; la agenda valórica; las migraciones y relaciones internacionales; seguridad, y la consulta sobre las cualidades de uno y otro aspirante a La Moneda. Esos fueron los ocho temas que debatieron y discutieron anoche por televisión y durante 1 hora y 45 minutos, los candidatos presidenciales Sebastián Piñera y Alejandro Guillier.

“El Líbero” convocó a un grupo de analistas políticos y columnistas para que evaluaran el debate y pasaran revista a los puntos altos y bajos de ambos abanderados presidenciales, de cara a la segunda vuelta electoral del próximo domingo. José Joaquín Brunner, Mauricio Morales, Cristina Bitar, Roberto Méndez, Sebastián Sichel, Max Colodro y Felipe Morandé, analizaron el último cara a cara entre Piñera y Guillier, donde por primera vez los candidatos tuvieron tiempo suficiente para debatir frente a frente e intercambiar sus propuestas de gobierno. El siguiente es el veredicto de los expertos:

José Joaquín Brunner: “No habrá ni Venezuela ni mercados salvajes; ni sueños revolucionarios ni pesadillas reaccionarias”

El debate de anoche no aporta mayores nuevos antecedentes. Las ideas y ofertas de ambos candidatos son suficientemente conocidas. El formato adoptado—de responder urgidamente y bajo presión—tampoco ayudó a una mayor profundización. Ambos candidatos muestran un talante moderado, sin perjuicio de los ocasionales excesos retóricos. Ambos se esfuerzan por dar cifras y aparecer técnicamente expeditos. Compiten no por imaginación o ideas audaces, sino por aparecer correctos en sus opiniones ante su respectivo sector. ¿Qué viene por delante? Cualquiera sea el ganador del próximo domingo, tendrá que ajustar las ideas debatidas anoche a las realidades de un Congreso donde ninguno tendrá mayoría y a las limitaciones que impone la caja fiscal. Deberá ordenar, corregir y mejorar varias de las iniciativas recibidas como legado de la actual administración. Y para introducir reformas o ampliarlas requerirá articular acuerdos y buscar consensos. No habrá ni Venezuela ni mercados salvajes; ni sueños revolucionarios ni pesadillas reaccionarias.

*José Joaquín Brunner es académico de la Universidad Diego Portales y ex ministro del gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle.

Roberto Méndez: “Fue un buen debate en lo formal, ágil y con intercambio, y favorable para Piñera”

El debate fue favorable para Sebastian Piñera. Se vio más preciso, confiado, cómodo, dominando las cifras y los detalles de sus propuestas. Apareció la mejor parte de Piñera, esa que había estado ausente en las semanas de la campaña de segunda vuelta. Lo mejor logrado para él fue la correcta explicación de la necesidad de priorizar derechos y beneficios ante la existencia de recursos limitados, tema que planteó con convicción y logró credibilidad. Su momento más notable fue cuando, sorprendiendo a todos, pidió perdón por eventuales agresividades de campaña, cosa que Alejandro Guillier no logró hacer.

El candidato de la Nueva Mayoría se vio por contraste más inseguro, a veces vago, evasivo, incluso nervioso como demostró la insistente confusión al nombrar a la periodista Mónica Rincón a quien repetidamente llamó “Ximena”. Nunca logró aclarar bien su opción entre mantener o modificar el sistema económico o la institucionalidad, como le demandaron repetidamente los periodistas, en temas económicos, tributarios y previsionales. Su mejor momento fue el discurso de cierre, donde planteó por primera vez el tema de los abusos, una de las bases de su apoyo que debió haber levantado antes.

Un buen debate en lo formal, ágil y con intercambio, donde los periodistas actuaron correctamente sin competir con los candidatos en protagonismo, insistiendo lo justo, dejando a los candidatos el costo de evadir las respuestas, lo que en varias ocasiones ocurrió. Unos extraños e innecesarios sonidos de fondo mientras hablaban los candidatos, algo como cortinas musicales, resultaron bastante distractivos. Habría que preguntar a Anatel cuál era el propósito de esto.

*Roberto Méndez, es economista, fue director de Adimark y actualmente es académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica.

Max Colodro: “Al fin un debate auténtico”

Al fin un debate auténtico, donde los ciudadanos pudimos observar propuestas distintas y contrastar capacidades de exposición pública. Además, un intercambio de opiniones valioso en un contexto que había estado marcado en las últimas semanas por un exceso de crispación y polémicas estériles. En síntesis, los televidentes tuvimos anoche la oportunidad de ver a dos candidaturas exhibiendo fortalezas y debilidades, aportando información relevante para la decisión que deberemos afrontar el próximo domingo. Un ejercicio de contrastes donde el peso de la experiencia, el manejo prolijo de las cifras y la claridad en las formulaciones, dejaron al ex presidente Sebastián Piñera con una clara superioridad frente a su contendor.

*Max Colodro es sociólogo, doctor en Filosofía y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez. 

Felipe Morandé: “Piñera más agresivo con su contendor que viceversa, pero siempre con buenas armas. Fue claro ganador”

Hay una gran diferencia en las capacidades de los candidatos para gobernar este país. Sebastián Piñera se vio sólido y contundente, incluso en temas en los que antes había mostrado vacilaciones, como la identidad de género. En economía simplemente pasó por encima de Alejandro Guillier. Piñera fue también más agresivo con su contendor que viceversa, pero siempre con buenas armas. Guillier se vio dubitativo a ratos, algo nervioso (se le vio secándose la transpiración) y muy dependiente de sus notas escritas. Tiene carisma y logra en ciertos temas un buen contacto con el público, pero esto no fue suficiente como para equiparar el debate. Piñera fue claro ganador. El formato del foro fue adecuado y los periodistas estuvieron mejor en relación a otros debates, lo que permitió una mejor exposición de ideas y programas.

*Felipe Morandé es economista y ex ministro del gobierno de Sebastián Piñera.

Mauricio Morales: “Fue un debate entre un gritón y un sordo” 

Mientras Sebastián Piñera interrumpía sistemáticamente a Alejandro Guillier y a los periodistas, el candidato de la Nueva Mayoría se dedicó a evadir la contra pregunta. Fue un debate entre un gritón y un sordo. Guillier daba la impresión que quería que el partido terminara lo antes posible. Aunque fue de menos a más. Su mejor momento fue en la discusión sobre las pensiones. Le dio dos golpes a Piñera. El primero consistió en señalar explícitamente que ningún peso adicional iría para las AFP. Segundo, señalando que Piñera vivía en otro mundo si creía que si una persona de 70 años podría conseguir trabajo. Todo esto, en el marco de la discusión sobre incrementar la edad para jubilar.

Además Guillier decapitó a su jefe de campaña al señalar “créame a mí”, y no fue capaz de contestar si en efecto su programa valía 10 mil o 40 mil millones de dólares.

Luego de este debate, queda claro que el gran triunfador será la abstención. Ha sido el debate más pobre desde el retorno de la democracia. Los diálogos fueron de sordos en varias ocasiones. Se confundió el debate con la interrupción.

*Mauricio Morales es periodista, cientista político y académico de la Universidad de Talca.

Cristina Bitar: “Guillier no le habló al votante del Frente Amplio y eso llama la atención a tan pocos días de la elección”

Este debate lo ganó  Sebastián Piñera. Logró transmitir su solidez programática, que está preparado para gobernar y le habló fuerte y claro a  sus votantes y al mundo del centro. Alejandro Guillier estuvo más conservador que nunca, casi lo mismo que alguien de la Concertación. No le habló al votante del Frente Amplio y eso llama la atención a tan pocos días de la elección. Se notó mucho la diferencia profesional para gobernar entre ambos. Piñera demostró estar listo para gobernar mientras Guiller demostró no estar listo ni preparado y con poco conocimiento de los temas específicos.
 
Piñera lleva muchos votos por delante de Guiller y este debate le permite consolidar su votación y sumar nuevos votos del centro. Creo que hubo un claro ganador en este debate y ese fue Sebastián Piñera. Finalmente, los periodistas en este debate tuvieron una buena performance. Se les vio tranquilos, no agresivos y bien profesionales.
 
*Cristina Bitar es economista y socia de la consultora de comunicación estratégica, Azerta.
 

Sebastián Sichel: “Sin fricción no hay paraíso”

Hasta ahora la campaña de segunda vuelta se había tratado como una especie de doble plebiscito: uno sobre Sebastián Piñera y otro sobre Alejandro Guillier. Y nos había obligado a los electores en concentrarnos en las razones por las cuales nos levantaríamos a ir a votar porque uno u otro candidato no saliera. El paroxismo de esta dimensión de la campaña estuvo en la incapacidad de ambos de encontrar una virtud de su competidor: es el viejo “no lo elija a él votando por mí”. Pero el grueso del debate por fin abrió una ventana distinta. La fricción apareció en las ventajas y diferencias de cada candidato. Guillier se vio más enredado en sus respuestas y en la caricatura de lo que sería un progresista tradicional: muy conectado con las emociones respecto a los abusos y asimetrías de poder entre ricos y pobres. Su fortaleza fue que la agresividad la suavizó con mesura en las formas y tonos. Su déficit: la incapacidad de instalar una o dos ideas novedosas más allá de las caricaturas o lo que a esta altura es patrimonio de otros liderazgos u otras izquierdas. Piñera se vio más asertivo en las respuestas y consistente en los contenidos. Pero mantuvo su fragilidad para conectar con las emociones o sensibilidades de los votantes. Ni el pasado ni las cifras son causa suficiente para gatillar decisiones electorales. Su debilidad: el enredo en que se transforma cada vez que da una respuesta sobre la agenda valórica.

La oportunidad que se abrió a los electores es poner otra vez la discusión donde se juega de verdad una elección: la responsabilidad de ir a votar por quién asegure un mejor gobierno. Y este debate por fin hizo visible la diferencia. La mayoría de los chilenos sabemos que esa es la verdadera decisión: decidir por quién queremos votar no solo que nos digan por quién no debemos votar. La suerte ya está echada para elegir.

*Sebastián Sichel es abogado y coordinador programático de Ciudadanos

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