Elecciones en Chile: la disputa entre las derechas
José Antonio Kast está lejos de ser un candidato asimilable a Trump, Bolsonaro, Orban e incluso al propio Milei y Evelyn Matthei está lejos de ser una candidata temerosa y débil como algunos la presentan

José Antonio Kast y Evelyn Matthei, los dos candidatos de la derecha en las elecciones de Chile de noviembre – El Debate
De manera oficial se ha iniciado la campaña parlamentaria y por la jefatura del Estado en Chile. En efecto, desde el pasado 17 de septiembre los candidatos han iniciado sus actividades de difusión amparados por la ley. La verdad sea dicha es que más allá de lo que indican las normas, el proceso arrancó hace varios meses y el ambiente político local está muy intenso.
Las encuestas, que acaparan la atención semana tras semana, muestran un virtual empate –en torno al 25 % y 30 %– entre la candidata Jeanette Jara, militante del Partido Comunista y representante continuadora del oficialismo y, José Antonio Kast, líder de los Republicanos, colectividad de una derecha más allá que la de Evelyn Matthei, quien encabeza a Chile-Vamos, agrupación que congrega a la centro derecha chilena y que se encuentra cerca del 16% de las preferencias.
Dado que el sistema político nacional considera para la elección presidencial el mecanismo de segunda vuelta, a la francesa, todas las apuestas se centran en quienes serán los candidatos que atravesarán esa barrera, por cuanto dada la dispersión de fuerzas y cantidad de postulantes –ocho nombres llegarán a la papeleta– resulta imposible que alguno de ellos obtenga la mitad más uno de los votos el próximo 16 de noviembre.
Hasta ahora todo indica que la candidata Jara será de seguro una de quienes pase a ese balotaje el domingo 14 de diciembre. Por tanto, la gran interrogante es quién la acompañará desde la derecha. Si le hacemos caso a las encuestas tendríamos que decir José Antonio Kast. Hace ya tres meses que este superó en las preferencias a su compañera de sector, la ex ministra de Piñera, Evelyn Matthei. Si bien la también ex alcaldesa, llevó la delantera por largo tiempo y de manera holgada, diversos factores – algunos de clara responsabilidad suya– la relegaron a un tercer lugar que hasta ahora le ha resultado difícil remontar.
Ni Kast encarna a un ultra derechista ni Matthei a una representante de la «derechita cobarde»
Ahora bien, la pregunta subyacente es qué representan cada una de esas dos opciones dentro de la derecha. Para comenzar digamos que ni Kast encarna a un ultra derechista ni Matthei a una representante de la «derechita cobarde». Ambos, en realidad, se sitúan en posiciones distintas de las que se les atribuye interesadamente.
José Antonio Kast está lejos de ser un candidato asimilable a Trump, Bolsonaro, Orban e incluso al propio Milei. Ni siquiera se parece, a mi juicio, a Santiago Abascal, líder de VOX, aunque hay que reconocer que se las ha ingeniado para acercarse, especialmente hace algunos años, a esos liderazgos. Sus propuestas hoy se sitúan más bien en torno a lineamientos de un pensamiento conservador–liberal, como los que en España encarnan algunos sectores del Partido Popular, y algo más allá de esas fronteras, tal vez una figura como Iván Espinosa de los Monteros.
Al igual que Kast en Chile, tales liderazgos solo expresan posiciones muy definidas y claras ante la opinión pública y no extremos polarizantes. Las propuestas del líder republicano chileno en los temas centrales de la campaña – seguridad, orden público y mejoras de las condiciones económicas y sociales– no se diferencian de los planteamientos de Matthei. Hay evidentemente entre ellos énfasis que las distinguen, además de equipos técnicos distintos.
Todo parece indicar que él y su partido han experimentado un proceso de maduración tras algunos fracasos políticos, como lo fueron dos postulaciones presidenciales fallidas y un proceso constitucional en el que los republicanos tuvieron la mayoría de los escaños y no lograron sacarlo adelante con éxito. Un modelo que estos derechistas miran con simpatía e interés es el fenómeno que encabeza en Italia, Giorgia Meloni. De hecho, Kast se ha reunido con ella en Roma para tratar temas de inmigración hace tan solo dos semanas.
Por su parte, Evelyn Matthei está lejos de ser una candidata temerosa y débil como algunos la presentan. En toda su trayectoria, de más de 40 años, ha demostrado siempre ser una diputada, senadora, ministra y alcaldesa, resuelta y decidida. Ella y quienes la rodean, ex colaboradores del Presidente Piñera, poseen mayor experiencia de gobierno que Kast y, al menos en el papel, registra mayor capacidad y disposición al diálogo con partidos del otro lado del espectro. Lo que está por verse es si eso busca el electorado.
En cuestiones sustantivas, como son los temas de seguridad y reimpulso del crecimiento económico, sus propuestas resultan sólidas y adecuadas, pero se demoró en hallar el tono y deambuló un rato largo entre equipos de asesores que no cuajaban. Aún hay tiempo para alcanzar a Kast, pero no tiene espacio alguno para cometer errores. Una vez allí, en la segunda vuelta, al igual que ocurre con Kast, la elección frente a Jara le debería ser favorable a cualquiera de ambos con relativa holgura.
¿Qué diferencia entonces a los dos candidatos de la derecha? Como hemos señalado, no tanto los aspectos programáticos. Aquí entran a tallar cuestiones más bien de índole personal, credibilidad y carisma. Y me atrevería a señalar también de oficio.
Kast, hasta ahora, ha logrado construir un perfil de un hombre de Estado. Serio, reposado y reflexivo. Con autoridad, pero no autoritario. Algo así como el ex Presidente chileno Ricardo Lagos. Ha sabido escuchar y no ha perdido la calma. Lo anterior a fuerza de buscar no confrontarse con nadie y de repetir una y otra vez un libreto del que cuesta mucho sacarlo y que cuando lo hace suele cometer errores y decrece en los sondeos. La campaña está entrando en la última milla y lo clave para él será mantener esa impronta hasta el final. De seguro, ahí estará la clave de su eventual éxito. Nada de improvisaciones ni de tomar riesgos innecesarios.
Muy diferente se le presenta el panorama a Matthei. Su campaña debe mantener el tono adecuado, cuestión que le ha resultado difícil hasta ahora, asumir riesgos para remontar la posición y no cometer errores de ningún tipo. Hay que decir que todo eso está ocurriendo en estas semanas y debe mantener ese paso en las que se avecinan. Ella es fuerte técnicamente y ahí debe apoyarse. En el primer debate televisivo, que enfrentó a los ocho candidatos, anduvo bastante bien en estos aspectos y destacó por su optimismo y desplante.
Kast ha señalado que en caso de que fuera Evelyn Matthei quien llegara a esa instancia él y su gente la respaldarían sin condiciones
Una cuestión que se mantiene pendiente y que resulta de vital importancia de cara al triunfo de la derecha en la segunda vuelta, resultan los apoyos recíprocos entre ambos candidatos. Hasta ahora, solo Kast ha señalado que en caso de que fuera Evelyn Matthei quien llegara a esa instancia él y su gente la respaldarían sin condiciones. La representante de la centroderecha y sus voceros han sido bastante menos explícitos e incluso ambiguos al respecto. Está pendiente una declaración en esa línea. De no ocurrir algo así, pienso que eso le jugará en contra a Matthei. Entre los votantes de la derecha chilena existe un profundo anhelo de unidad. Quien lo encarne mejor sacará ventajas.
La suerte todavía no esta está totalmente echada. Sin embargo, lo que sí parece insinuarse con nitidez es que el próximo presidente o presidenta de Chile será de derecha. La izquierda da señales de tener eso claro y hasta ahora no sabe qué hacer al respecto.
* Cristian Pizarro es editor adjunto a la Dirección de El Mercurio