Elecciones: Las segundas vueltas en América del Sur
De los diez países iberoamericanos de Sudamérica, sólo Paraguay y Venezuela no poseen segunda vuelta. Desde 1990, el 65% de los comicios de la región fueron a ballottage.
Pese a haber adoptado la segunda vuelta como alternativa en 1994, Argentina nunca ha dirimido una contienda presidencial utilizando el sistema de ballottage. En el resto de Sudamérica, las segundas vueltas han sido incrementalmente la forma más común para resolver las contiendas electorales.
De los diez países iberoamericanos de Sudamérica, sólo Paraguay y Venezuela no poseen un mecanismo de segunda vuelta. Excluyendo a Argentina, cinco de los otros siete lo tenían con anterioridad a que lo adoptara Argentina. Uruguay y Bolivia lo adoptaron después de que lo hiciera Argentina en las reformas constitucionales de 1994. En los nueve países con segunda vuelta, y considerando sólo las elecciones realizadas desde 1990, desde que se adoptó la segunda vuelta o desde el último cambio de régimen con posterioridad a esa fecha (Perú a partir de 2001), se han realizado 37 elecciones presidenciales en países que tienen mecanismos de segunda vuelta vigentes. En 24 de esas elecciones (65%), la contienda se definió en segunda vuelta. En 20 de esos 24 casos (83%), el ganador en segunda vuelta fue el candidato que obtuvo la primera mayoría relativa en primera vuelta.
En Brasil, por ejemplo, desde la elección presidencial de 1990 se han realizado siete contiendas presidenciales. En cinco de ellas hubo segunda vuelta. Sólo en 1994 y 1998 la elección se decidió en primera vuelta, con victorias de Fernando Henrique Cardoso en ambos casos. Pero a partir de 2002, las cuatro elecciones presidenciales celebradas en Brasil se han definido en segunda vuelta. En todas ellas, el candidato que obtuvo la primera votación en primera vuelta también logró la victoria en el ballottage.
En Uruguay, desde que se adoptó el mecanismo de segunda vuelta, tres de las cuatro elecciones realizadas desde 1999 se han definido en esa instancia. Salvo Tabaré Vázquez en 2004, todos los otros presidentes llegaron al poder contando con una mayoría absoluta de los votos. En 1999, el candidato que obtuvo la primera mayoría en la primera vuelta, Tabaré Vázquez, fue derrotado en el ballottage.
En Chile, a partir de 1999 todas las elecciones se han definido en segunda vuelta. En los cuatro casos se ha impuesto el candidato que obtuvo la primera mayoría en la primera ronda de votación. En Perú, desde 2001, las tres elecciones presidenciales realizadas se han dirimido en segunda vuelta. En el ballottage de 2006 se impuso Alan García, que había obtenido el segundo puesto en la primera votación. En Ecuador, si bien el presidente Rafael Correa ha sido reelecto en 2009 y 2013, las cinco elecciones presidenciales anteriores se decidieron en segunda vuelta. En dos ocasiones (1996 y 2006, cuando Correa alcanzó el poder), el ganador del ballottage fue el candidato que obtuvo la segunda mayoría relativa en la primera vuelta. En Bolivia, pese a que existe el mecanismo de ballottage en su Constitución de 2009, las elecciones presidenciales realizadas desde entonces siempre se han definido en primera vuelta.
Finalmente, en Argentina, desde que fue introducida como alternativa en la reforma de 1994, la segunda vuelta nunca ha decidido una contienda presidencial. Aunque la elección de 2003 debía decidirse en segunda vuelta, la renuncia del candidato que obtuvo la primera mayoría relativa en esa contienda (Menem, 24,5%) le permitió la victoria a Néstor Kirchner (22,2%), quien aparecía como amplio favorito en las encuestas para imponerse en el ballottage.
Por cierto, las reglas de segunda vuelta en Argentina son distintas a las que normalmente existen en el resto de Sudamérica. Para reducir la influencia de los partidos menores que, pese a tener poca votación, pudieran forzar una segunda vuelta entre los candidatos de los partidos más importantes, el mecanismo adoptado en Argentina permite que cualquier candidato que obtenga la primera mayoría con más del 45% de los votos válidamente emitidos gane en primera vuelta. Aquellos candidatos que obtengan más del 40%, pero logren una ventaja de más de 10 puntos sobre su más cercano rival, también ganarán en primera vuelta. Así, por ejemplo, un candidato que obtiene el 41% de los votos, pero su rival más cercano no supera el 30% resultará electo automáticamente en primera vuelta. Pero si un candidato obtiene el primer lugar con un 43%, pero el candidato que llega segundo alcanza el 39%, la elección deberá ir a segunda vuelta. El objetivo es realizar ballottage sólo cuando haya una contienda lo suficientemente estrecha como para que haya justificadas dudas sobre quién resultará ganador.
Aunque algunos la critican por su complejidad, la regla vigente en Argentina hubiera reducido sustancialmente el número de casos de segunda vuelta en Sudamérica si esos países tuvieran el mismo mecanismo. En Chile, por ejemplo, las cuatro elecciones que se han decidido en segunda vuelta desde 1999 habrían podido prescindir del ballottage si se aplicara el mecanismo vigente en Argentina. Michelle Bachelet obtuvo más del 45% en la primera vuelta de 2005 y 2013. Si bien alcanzó sólo el 44% en 2009, Sebastián Piñera superó por más de 10% a su más cercano rival en la primera vuelta de esa elección. En 1999, aunque fue una elección muy reñida, Ricardo Lagos (47,96%) superó a su rival Joaquín Lavín (47,52%) en la primera ronda.
La experiencia de Sudamérica muestra que el mecanismo de segunda vuelta utilizado en Argentina logra evitar que candidatos con poca votación fuercen una segunda vuelta que normalmente ratifica la victoria del candidato que obtiene la primera mayoría en la primera ronda de votación. Si bien el mecanismo de ballottage nunca ha sido utilizado en Argentina (lo que hace difícil predecir las dinámicas que se van a producir en la campaña la primera vez que se emplee), la práctica de la segunda vuelta crecientemente se ha convertido en la norma en el resto de Sudamérica. En la gran mayoría de los casos, el candidato que ha obtenido la primera mayoría de votos en la primera ronda se ha convertido también en el ganador del ballottage
PATRICIO NAVIA: Cientista político. Profesor en la Universidad Diego Portales en Chile y en New York University.