Elizabeth Fuentes: El día en que Nicolás Maduro le dio tremendo regalo a la oposición
Justo lo que necesitaba Juan Guaidó, lo que suplicaba cualquier analista, lo que hubiera anhelado construir cualquier consultor de marketing, se lo regala el Gobierno a la oposición como un obsequio que le habría encantado empaquetar a la mismísima CIA: la retoma heroica de la Asamblea Nacional, la épica civil protagonizada por los cien diputados demócratas quienes, en una escena inolvidable, lograron abrirse paso entre decenas de soldados armados para obligarlos, a empujones, a abrir finalmente las puertas del hemiciclo.
La ley contra la fuerza bruta. Y bruta dos veces, por lo demás. Porque, políticamente hablando no pudieron ser más incapaces, más irracionales, más burdos y cualquier otro sinónimo de bruto que se consiga en el diccionario, estrategia que ahora estarán maldiciendo en algún rincón del Fuerte Tiuna o La Habana donde creían que el miedo y el dinero, como suele suceder, jugaría a su favor.
Pero desde la planificación de la compra de diputados para armar su tarantín paralelo – un chisme que rodó como pólvora dadas las cifras millonarias que presuntamente pagaban los amigos de Alex Saab-, hasta el despelote con el cual se bautizaron como “autoridades” los nuevos ricos Luis Parra, José Brito y el resto de la banda, la guinda de la grandísima torta fue el magnífico video donde el chavista Francisco Torrealba le ordenaba a su ahora subalterno Luis Parra ” Siéntate…nos quedamos aquí”, mientras otro diputado pesuvista agregaba : “Que se siente ahí…cuidando esa mierda”. Y el pobre Luis Parra se sentaba calladito y embarraba su nombre y su futuro de “esa mierda”, quizás temeroso de que le rebotaran el cheque, el único valor que por ahora posee.
A los pocos minutos y en el otro lado de la acera, se produjeron imágenes tan inolvidables como necesarias. Cien diputados que lograron vencer a los militares y asaltaban furibundos la sala de sesiones, algunos heridos por la refriega, otros regañando a los soldados a su paso (” Esto no es un cuartel. Es la casa del Pueblo…No te da vergüenza verle la cara a tus hijos”), cantando unidos el Himno Nacional, aplaudiendo juntos la gesta colectiva y optando esta vez por lo que realmente los debe unir, que es derrotar a quienes gobiernan al país con tan pocas luces.
Vimos a los diputados de la fracción 16J aplaudiendo a Guaidó, a Guaidó agradecerles la solidaridad. Escuchamos discursos impecables, como el de Juan Pablo Guanipa o Henry Ramos. Pero también vimos a los traidores tratar de salir corriendo, hasta donde su abultada humanidad se los permitía, menos a Luis Brito quien continuaba en el salón de sesiones y cuyo gesto de alarma y sorpresa cuando vio que los buenos de la película entraban a borbotones a la Asamblea, quedó convertido en un meme tan ofensivo como cómico.
Ya sin la tutela de Voluntad Popular, con su raza de líder puesta a prueba de nuevo y un ejército de cien diputados a su lado, Juan Guaidó se recupera de algunos rounds perdidos y vuelve a la pelea con más de una lección aprendida. Por ahora, tiene este regalo de Reyes que no se esperaba y que le obsequió el Psuv: gobiernos amigos de Maduro criticando a Maduro, la oposición unida y lo mejor de todo, los traidores al descubierto.