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Elizabeth Fuentes: Henry Ramos Allup
En apenas diez minutos, Henry Ramos Allup dejó en silencio a la que fuera, hasta ese momento, una estruendosa y agresiva bancada oficialista. Ayer, los diputados del bloque de la crisis – como se les dice ahora en el argot parlamentario de la oposición-, resultaron atrapados ante el verbo del presidente de la Asamblea Nacional y, como en un buen concierto, fueron enmudeciendo poco a poco. Que de haber sido más honestos consigo mismos, lo habrían aplaudido al final.
¿Pero qué le dijo Ramos Allup, a la hasta entonces arisca bancada oficialista, en relación a la sentencia del TSJ que le impide a la Asamblea Nacional revisar el nombramiento de los llamados magistrados express? ¿Cómo logró que personajes como Francisco Torrealba, quien minutos antes le mentaba la madre desde su curul al diputado opositor Américo de Grazia, guardara un respetuoso silencio ante aquellos 10 minutos que quizás -como se suele decir en casos como este-, podrían pasar a la historia?
Con una tranquilidad pasmosa, con el tono de quien tiene el toro agarrado por los cachos, unido a su tradicional exhibición de conocimientos en el área jurídica, el presidente Ramos Allup abrió fuego recordando nuevamente que la derrota del 6D – los resultados abrumadores contra el proyecto que encarna el presidente Maduro– , obligó al gobierno a utilizar al TSJ para amputar el poder de la Asamblea Nacional.
Sin ofender a nadie, dejó colar que le sorprendía que algunos diputados del gobierno hablaran ampliamente sobre la sentencia del TSJ , cuando él no se atrevería a hacerlo aún porque la parte narrativa es muy amplia y la dispositiva muy corta. Una manera muy elegante de decirles que no se habían leído la sentencia pero, sin embargo, la apoyaban. No hay medicinas, no hay alimentos, pero hay sentencias, les lanzó al hígado.
“Cuando uno ve la sentencia del TSJ advierte que se saltan todos los preceptos jurídicos, cuya observancia deberían cuidar mas que nadie…” Y citó el ejemplo de la la pena de muerte, prohibida en la Constitución. “Pero si el TSJ considera que es procedente…¿todos tenemos que apoyar esto, nadie lo puede revisar….?
Pero fueron los minutos finales de su intervención los que selló el silencio respetuoso de todos los asistentes. Una advertencia – o varias-, de un hombre que parece bien dateado, alguien que sabe lo que dice y lo dice por algo. Ramos Alllup comenzó revelando que le preocupaba la confrontación de poderes constante que no es que es malo para el ejecutivo sino para el sistema democrático. Si en una oportunidad tuvieron todos los poderes y no pudieron, ahora tienen que resignarse y aceptar que este poder no lo controlan más y sus facultades no pueden hacerse inexistentes por disposición del TSJ.
Luego se dirigió específicamente al diputado Eustoquio Contreras – uno de los pocos oficialistas que intervino con un lenguaje que parecía conocer del asunto jurídico- , a quien Ramos Allup llamó “querido amigo” . Le preguntó qué ocurriría, por ejemplo, si Ramos Allup renunciara a AD y la mañana siguiente es designado magistrado al TSJ: “¿Podría alguien creerme, sería fiable mi equilibrio como juzgador al conocer casos que lesionaran mi militancia recién abjurada o mi condición de recién renunciado? Nadie me lo creería y eso fue lo que ocurrió con estos magistrados… Yo no voy a juzgar la condición moral o ética de ninguno de losYo no voy a juzgar la condición moral o ética de ninguno de los magistrados express. Simplemente debo decir que, en razón del procedimiento, afectan de nulidad esa designación y nadie lo puede discutir…”.
Y nadie desde la vacada del Gobierno le discutió, le respondió, le gritó nada.
Finalizó su breve intervención con varias advertencias que aún siguen retumbando en las paredes del hemiciclo. La que hizo silencio absoluto en la agresiva bancada oficialista, como quien dice “el que calla otorga”: “Estar dependiendo como elemento estabilizador solamente, solamente -repitió- de las decisiones del TSJ, significa que muy mal debe andar el ejecutivo. Vean las encuestas…Se está reduciendo peligrosamente la base de respaldo del gobierno, sensiblemente, por la escasez, la inflación…Vean cuál es el prestigio o el desprestigio que tiene el TSJ, según todas las encuestas, incluso las que manda a hacer el gobierno, porque el gobierno las manda a hacer y las conoce… vean cuál es la fe que hay en este momento sobre la FANB como totalidad, porque lamentablemente la cúpula ha afectado a la integridad de la institución. Por primera vez, las FANB está entre las instituciones peores evaluadas. Por primera vez el TSJ, que garantiza la impunidad del 98 % de los delitos que se cometen en Venezuela, tiene una base de respaldo sumamente precaria… Pongan atención colegas porque si esto colapsa, como está a punto de colapsar, no sabemos qué podrá pasar. Y no por nosotros, que al fin y al cabo tenemos inmunidad parlamentaria, sino por la totalidad del país…los que votaron por ustedes y por nosotros y los que no votaron por nadie…me preocupa mucho esta situación de tensión permanente. Y les repito, como llamado de alerta, de angustia : Cuidado con seguir dependiendo de la estabilidad, ya precaria, del TSJ, que en vez de juzgador debería ser juzgado”.