Éluard, el poeta al que el pintor amó
El Museu Picasso dedica una muestra a la eterna amistad entre los dos creadores
Cuentan que fue Gala quien convenció a su primer marido, Paul Éluard, de que apostara para siempre por la poesía. Eso antes de dejarle por un pintor, Salvador Dalí. Sea como fuere, pintura y literatura siempre fueron de la mano. Y ese es el pensamiento que inspira las dos exposiciones que ofrece ahora el Museu Picasso de Barcelona: Pablo Picasso, Paul Éluard, una amistad sublime (abierta desde mañana al 15 de marzo) y Picasso poeta (hasta el 1 de marzo).
“Hemos recuperado desde poemas de Picasso a magníficos retratos realizados por Dora Maar (Éluard se la presenta a Picasso y acaba siendo la pareja del pintor), pasando por obras inéditas como un cuaderno elaborado por Picasso en vísperas de la Segunda Guerra Mundial o el famoso Liberté de Éluard”, anunció Emmanuel Guigon, director del Museu Picasso de Barcelona, que considera ambas exposiciones como un diálogo necesario y a Éluard el embajador de Picasso en Barcelona.
“Había entre ellos la única ternura insospechable, la que hay entre iguales”, señaló Claude Roy
Hay algo que diferencia a la primera exposición de cualquier otra y lo explicó Malén Gual, su comisaria y conservadora del Picasso: “Ya no se trata de las típicas propuestas: Picasso/Degas, Picasso/Matisse o Picasso/Giacometti, es decir, Picasso y otros pintores”. Por eso, insiste, es importante “fijarse en las vitrinas, llenas de manuscritos inéditos nunca mostrados”. La muestra presenta al francés Éluard como el mejor amigo de Picasso desde 1935. Tras la desaparición de Apollinaire, fue el único poeta con quien el malagueño pudo, de verdad y con plena libertad, dialogar, intercambiar y compartir ideas. Éluard quedó pronto seducido por el pintor demiurgo “que se obstina en verlo todo. A partir de Picasso, los muros se derrumban”, escribe.
La alianza entre ambos sólo se rompe con la muerte de Éluard el 18 de noviembre de 1952, muerte prematura que deja a Picasso hundido. Basta con ver en una foto del entierro el rostro de Picasso ante el féretro. Poco antes la editorial Braun había publicado Picasso, dessins , unos dibujos suyos (período 1942-1946) precedidos de un texto bellísimo de Éluard. Sobre ello concluyó Claude Roy: “Éluard amó a Picasso y fue amado por él, probablemente, como nadie más: había entre ellos la única ternura insospechable, la que hay entre iguales”.
Sur le dos de l’immense tranche, una de las creaciones del malagueño que exhibe la muestra (Agence photo de la RMN-GP)
Lo cierto es que Picasso consideró siempre a Éluard como el poeta que logró penetrar de forma más intuitiva en su arte y con quien se iniciaría en la ideología comunista. De hecho, fueron él y Dora Maar quienes le insistieron en su lucha en el bando republicano. En mayo de 1936 los tres se encuentran en una exposición y sellan su intensa relación; en 1944 el pintor se afilia al partido comunista francés.
La muestra bucea en los dos personajes en un doble recorrido: temático y cronológico. Se incluyen obra ilustrada, libros, retratos, poemas (como La victoria de Guernica, que Éluard escribió mientras Picasso pintaba el famoso cuadro) o dibujos de Éluard y Nusch (la musa, modelo de Man Ray, con la que acabaría casándose Éluard a pesar de no haberse olvidado de Gala). También se muestran fotografías de Brassaï, correspondencia y documentales en los que se repasan los encuentros de ese círculo de amigos que nadaron entre el surrealismo y el dadaísmo.
Hay más salas. Destaca la de “los veranos”. Escenas de distensión entre Dora, Nusch, Picasso y Éluard. O la sala de cine donde se proyecta una película sobre Guernica con guión de Éluard y algunas escenas de un filme de Godard. También hay espacio para las palomas picassianas, como la que el pintor dibuja el día en que muere Éluard.
Pablo Picasso, Paul Éluard, una amistad sublime podrá visitarse más adelante en el Musée National Picasso-París, adonde también irá la segunda exposición barcelonesa, Picasso poeta , comisariada por tres mujeres. A saber. Marie-Laure Bernadac, conservadora general honoraria de los museos de Francia (“Picasso creaba pintura con palabras. Cuando empezó con sus manuscritos caligráficos lo hizo en castellano pero después pasó al francés, que va a ser su lengua más poética”), la profesora Androula Michael (“en los años cuarenta Picasso ya dijo aquello de ‘tal vez yo sea un poeta descarrilado’”) y Claustre Rafart, conservadora del Picasso. “Siendo Picasso muy joven, apenas 12 años, ya se inventó unos minúsculos periódicos para comunicarse con su familia. Después, en Madrid, ingenió una revista llamada Arte Joven –detalló Rafart– y eso significa que el Picasso de la palabra germinó siendo él adolescente”. De ahí la propuesta de la comisaria: “Habrá que cambiar el paradigma. Creo que ya es el momento de que integremos la escritura –como lo hemos hecho con otras disciplinas– al relatar la historia de Picasso”.
No son sólo un par de muestras más sobre Picasso sino novedosas miradas cruzadas sobre una red de amigos que compartieron vida artística y sentimental, situación política y, en muchos casos, cama. Una delicia para mitómanos.