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Empeñados en seguir retrocediendo

Todo luce y se manifiesta así

 

Al hacer un recorrido por las redes sociales en procura de alguna información relacionada con lo que dicen y opinan los venezolanos con relación al acontecer político actual del país, la mayoría siente estarse desplazando sobre la correa transportadora de una caminadora.

Es que todo luce y se manifiesta  así:  la sensación no es otra que  caminar, caminar  y caminar o correr, y aceptar que, al final, siempre se está en el mismo sitio.

Y sucede así motivado a que no hay otra manera de interpretar  cómo se vive: por más rápido que se corra, no se avanza. Por el contrario, en Venezuela, al final de todas las interpretaciones, la conclusión es siempre la misma:  vamos en retroceso. Inclusive, perdura un presunto liderazgo cuya interpretación de los hechos, manejo de apreciaciones interpretativas, concluye en lo mismo: seguir haciendo siempre lo de ayer, lo de antes, y fortaleciendo la curiosa sensación de que eso no es casual.

Pues sí, no es casual porque equivale  a la profunda y real motivación que alienta su participación: en ese comportamiento, pudiera  estar comprendida la verdadera motivación de su accionar, y el cual no sería otro que el de mantenerse  empeñados en continuar generando condiciones para que el país siga retrocediendo.

Durante los últimos fatídicos 22 años, la situación nacional  en general se ha desenvuelto de tal manera, que lo ha hecho  para concluir en lo que ya es obvio: una realidad  dramática. Todos los índices de medición situacional en lo social, lo económico y la seguridad colocan a Venezuela en los últimos lugares de las escalas negativas. Y eso no es casual ni un accidente.

Durante los últimos meses del año en curso se asomó  una leve esperanza. Tal vez por las presiones y sanciones internas como externas, se manifestaron señales de deterioro interno  en el régimen. Se apreció un evidente malestar dentro del partido de gobierno, y, de inmediato,  con bombos y platillos fueron a unas elecciones primarias.  Dada la motivación que indujo a los comicios, al final, los mismos terminaron a golpes e insultos. ¿Causas?:  desconocimiento de  los elegidos en dichas elecciones internas, y aparición de motivos de sustitución, por voluntad de lo que dispuso  el dedo autoritario.

Simultáneamente, durante el mes de agosto se sucedieron más de 700  manifestaciones de rechazo en todo el ámbito nacional, además de protestas por parte de la sociedad civil, a la vez que se difundieron  rumores de descontento y deserciones en las filas de las Fuerzas Armadas.

Paralelamente, se oficializó un nuevo intento de acuerdo entre la oposición y gobierno en la Ciudad de México, en procura de la formalización de un «ACUERDO DE SALVACIÓN NACIONAL», organizado por el Gobierno de Noruega, con la presencia internacional en representación de ambas partes. ¿Propósito?: la aparente intención de cumplir con una agenda de acuerdos y soluciones.

Desde luego, ante este potpurrí de situaciones, emerge, y se hace sentir imponente, la famosa frase del actor mexicano Mario Moreno Cantinflas, cuando en una de sus películas le dice al compadre que pretendía ayudarlo en la solución de un conflicto, aunque sólo lograba hundirlo más: «por favor, compadrito, no me ayude más».

Lamentablemente, tanto el régimen como las cúpulas de los cuatro partidos ¿ opositores? e identificados como  los 4-G, y que, en conjunto, no representan ni el 15 % de la población, éstos se empeñan en lo de siempre.  ¿A qué obedece que con tantos problemas y carencias que sufre actualmente el pueblo venezolano, incluyendo presos políticos, diáspora, salud, atropellos y abusos de todo tipo, miseria y hambre,  se le pretende dar prioridad a quienes concurren a unas elecciones regionales que no resolverán ninguno de los problemas nacionales?.

Desde luego, razones abundan para que las apreciaciones ciudadanas alrededor del hecho, concluyan en lo que, por supuesto, no llenarán de sorpresas con sus respuestas a interrogantes directa:  sólo servirán para satisfacer algunos egos, ambiciones personales y partidistas de poder. Mejor dicho, se antepondrán ambiciones a los legítimos, apremiantes y urgentes problemas del país que claman por soluciones.

Además de que legitimará a un régimen calificado internacionalmente por los países democráticos como ilegítimo, prolongando la agonía del pueblo venezolano, a la vez que se intenta levantar sanciones y liberar fondos congelados en el exterior ¿Y a cambio de qué?.

A propósito de las citadas elecciones, por cierto,  días antes el Presidente Interino, Ing. Juan Guaidó, había calificado esas elecciones regionales propuestas por el régimen, como un evento ilegítimo. Hizo sendas críticas al respecto, y hasta se atrevió a afirmar que el principal objetivo era lograr el cese a la usurpación,

Lo cierto es que las encuestas nacionales manifiestan el rechazo e inconformidad en más de un 80% de la población en contra del régimen, a la vez que, igualmente, expresan su repudio a los partidos políticos del 4-G. Adicionalmente,  manifiestan su desacuerdo con lo que se insiste en propiciar, mientras se insiste en exhortar a una gran abstención ante esas elecciones regionales pautadas para el mes de noviembre del año en curso.

De lo que se trata, sencillamente, y se manifiesta sin temor alguno, es acerca de la inconveniencia de reeditar lo que ha sucedido en otras tantas elecciones, a las que se ha asistido para «hacerle el favor»  a un casi seguro vencedor, en vista de su comportamiento político ajustado sólo a su interés de mantenerse al frente del control del poder. De hecho, eso sucede a la vez que, por otra parte, pretende hacer valer su supuesta inclinación democrática, a sabiendas de que no habrá reclamos  que lo impidan, y mucho menos escrutinios que no sean otros que los que se «cocinen» en ciertos despachos públicos.

El resultado con los elegidos siempre ha sido: IR DE MAL EN PEOR. Además, ¿es que acaso la Venezuela de hoy, en materia electoral, es una referencia de Democracia en donde es posible  suponer siquiera  que es un ámbito transparente para que se pueda ir a comicios confliables, y que no sean lo que termina convirtiéndose en unas elecciones más, controladas por los sumisos Consejo Nacional Electoral y Tribunal Supremo de Justicia?.

Sorpresivamente, en recientes y curiosas declaraciones, el liberado preso político y alto dirigente del partido Voluntad Popular, Freddy Guevara, se manifestó en flagrante acuerdo conciliatorio y convivencia con el régimen, aprobando las elecciones regionales sin condiciones. Seguidamente, el dirigente Henry Ramos Allup, «embatutado» de por vida del partido Acción Democrática, manifestó su respaldo al 4-G ¿Supuestos partidos de Oposición?

En conjunto, ellos expresaron que irían a la anunciada contienda electoral. Lo que eso traduce, es que lo harán propinándole un gran puntapié a la opinión pública; a la misma que no es otra que la  mayoría del pueblo Soberano, que, hace apenas 8 meses, se expresó políticamente  y, en consulta popular constitucional con SEIS MILLONES CUATROCIENTOS MIL votos, por el CESE A LA USURPACIÓN.

Lo cierto es que, al día de hoy, entre confusiones y con muchas expectativas, el Soberano pueblo venezolano y sus aliados internacionales, están a la espera de que hable el Ing. Juan Guaidó. Que  rompa con ese peligroso silencio. Que corra o se encarame, si es lo que desea, entonces. Pero que no desestime la importancia de su rol, de su necesario pronunciamiento. También que se niegue a hacer del momento una variable más del sostenimiento de lo que se vive, como de una nueva variable de un proceso electoral sólo útil para los mismos de siempre.

 

 

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