‘Emperador de Roma’, de Mary Beard: el gobierno de un solo hombre
La pregunta de cómo y por qué una sociedad decide organizarse en torno a un sistema autocrático (el emperador de Roma) le brinda a la obra de la historiadora británica una evidente actualidad
Lo primero que llama la atención de ‘Emperador de Roma’, el nuevo libro de la historiadora inglesa Mary Beard, es la singularidad del título. Que no se llame ‘Emperadores’ de Roma ya nos indica que no vamos a encontrar acá un catálogo biográfico, ordenado cronológicamente, de todos los hombres que ocuparon dicho cargo a partir de Julio César.
La decisión, en principio, es esencialmente práctica. Beard ha construido su obra con una conciencia de los materiales disponibles y de su resistencia al análisis. Ya que, cuando hablamos de los emperadores de Roma, habría que empezar por preguntarse a cuáles hacemos referencia: «Hubo tantos emperadores en los cincuenta años posteriores a la muerte de Alejandro Severo como en los casi trescientos años anteriores», dice Beard.
ENSAYO
‘Emperador de Roma’
- Autora Mary Beard
- Editorial Crítica
- Año 2023
- Páginas 592
- Precio 27,90 euros
Por ello, escoge ‘solo’ 29 emperadores principales, los cuales están listados al inicio del libro siguiendo una línea de tiempo que va desde el año 44 a. C. hasta el 235 d.C.
Además de la necesidad de seleccionar el material y dar prioridad a lo más interesante, Beard se enfrenta con un segundo problema de mayor envergadura: la opacidad de los restos del Imperio romano. Uno de los valores de este volumen es reconocer abiertamente lo poco que en realidad podemos aseverar con respecto a unos personajes históricos y una época que, sin embargo, han inundado las bibliotecas y la imaginación de la humanidad durante más de dos mil años.
Beard va elaborando un dibujo prudente de lo que fue o lo que pudo haber sido
Así lo resume Beard: «El problema reside en cómo encajar estos relatos, o proyecciones ideológicas, con los restos arqueológicos». La sobreabundancia de relatos, testimonios fraudulentos, alegatos interesados, rumores, leyendas y fantasías, en contraposición a la casi mudez de los hallazgos que nos han llegado hasta hoy, definen entonces la complejidad de su labor. Todo lo cual conduce a una paradójica conciencia de los límites: «Casi todo lo que podemos afirmar con certeza es negativo», reconoce la autora.
Rasgos del entorno
Beard transforma esta carencia en virtud. Si mucho de lo que damos por cierto sobre la antigua Roma es fantasía, incluyendo, muy probablemente, la anécdota de Calígula y su caballo cónsul, es esta misma fantasía la que, bien orientada, nos acerca más al pensamiento del emperador y de sus súbditos. De esta manera, acumulando conocimientos sobre lo que no es y estudiando el reverso de la ficción, Beard va elaborando un dibujo prudente de lo que fue o lo que pudo haber sido.
Y emerge así un retrato al carboncillo de esa extraña y fascinante figura que fue el emperador, a partir de las variantes que cada sujeto histórico supo imprimirle, así como también nos permite apreciar rasgos de la vida de su entorno: los banquetes oficiales y las comidas cotidianas, las montañas de trabajo burocrático, el rol de las mujeres y los esclavos en esta sociedad, los problemas de sucesión al trono, el modo en que empleaban el tiempo de ocio, entre muchas otras cosas.
Escoge «solo» 29 emperadores principales, los cuales están listados al inicio del libro siguiendo una líneaque va desde el año 44 a. C. hasta el 235 d.C.
Y todo, siempre, bajo la perspectiva bifocal de la relación entre el emperador y el pueblo romano. En este sentido, lo que parece importarle más a Beard es cómo este personaje logró desprenderse del paisaje republicano: «El imperio fue destruyendo gradualmente las peculiares estructuras de gobierno que habían posibilitado su existencia desde el principio y allanado el camino hacia el gobierno de un solo hombre. El imperio creó a los emperadores, no al revés».
La pregunta de cómo y por qué una sociedad decide organizarse en torno a un sistema autocrático le brinda a la obra de Mary Beard una evidente actualidad (de hecho, imágenes de Bolsonaro y Trump acompañan algunas de sus páginas a manera de ejemplos contemporáneos para sus afirmaciones). El emperador de Roma y sus mecanismos de acceso, retención y pérdida del poder, que involucraban al mundo romano en su conjunto, siguen siendo un patrón con el cual podemos medir hoy día las tensiones del juego político.