La Habana consume un cuarto del total de energía del país. (14ymedio)
La generación de electricidad se redujo casi una cuarta parte en apenas cuatro años en Cuba. Según los datos publicados este lunes por la Oficina Nacional de Estadísticas (Onei), el año pasado se produjeron 15.732 gigavatios (GW) por hora en la Isla, un 24,5% menos que en 2018, cuando la cantidad alcanzaba los 20.837 GW..
Las cifras revelan una caída progresiva en los últimos cuatro años, pero que se acelera con la pandemia hasta el fuerte desplome del último año. En 2019, la bajada fue mínima, de apenas un 0,63%. Sin embargo, ya en 2020 la caída es fuerte, con un 7,8%. Aunque menor, el descenso continúa con fuerza en 2021, cuando se generó un 5,8% menos que el escaso año anterior y, por último, se llega a la catastrófica situación de 2022, con un -12,4%.
Los datos son incompatibles, en palabras del economista cubano Pedro Monreal, «con la recuperación económica en el corto plazo ni con el desarrollo a largo plazo».
En los últimos cuatro años la electricidad obtenida por grupos electrógenos cayó un 42%, que además sube hasta el 44,6% si se concentra la mirada en el último año
El experto se fija también en las fuentes alternativas de generación eléctrica, que en el caso de la distribuida son aún peores, aunque su peso es menor en la capacidad de la Isla. En los últimos cuatro años la electricidad obtenida por grupos electrógenos cayó un 42%, que además sube hasta el 44,6% si se concentra la mirada en el último año. En 2021 se obtuvieron 5.902 GW por hora, la mayor cantidad de los últimos cuatro años, mientras en 2022 apenas se produjeron 3.273 GW, la menor del mismo periodo.
Por último está la energía renovable. Parte de la estrategia anunciada por Cuba hace años pasa por la reconversión de su matriz energética a una limpia, por cuestiones de sostenibilidad y potencial de la Isla, con suficientes horas de luz para ser muy competitiva en la solar. Sin embargo, y a pesar de que el régimen ha puesto todos sus esfuerzos en vender los parques de energía verde en la cartera de oportunidades para la inversión extranjera, el dinero no llega y el avance es extraordinariamente lento. Además, en la práctica, tampoco el Gobierno ha hecho inversiones propias que demuestren su interés por un cambio real en este sentido.
Así, la generación eléctrica renovable de la Isla apenas alcanza el 4,1%, cuando la intención es alcanzar el 24% en 2030. «La estadística oficial refleja la dificultad para incrementar el peso relativo de las fuentes renovables de electricidad en Cuba», insiste Monreal, que además observa un dato interesante. Entre 2021 y 2022, la electricidad de las renovables generada por autoproducción cayó 36,1%, al pasar de 432,4 GW/h a 276,1.
Entre otros datos interesantes que deja el balance, está el de consumo. Tanto el residencial privado como el estatal se redujeron forzosamente en el último año por la caída de la generación. Las viviendas gastaron 8.891 GW/h el pasado año de los 14.862 que se consumieron en total (y que incluyen la generación nacional y la importada, restando las pérdidas). Los privados, mientras, se quedaron solo con 834, una cantidad superior a los 552 consumidos en 2022, atribuibles al crecimiento de las mipymes. En cuanto al sector estatal, consumió 4.205 GW/h, 173 fueron al alumbrado público y 1.590 a los insumos.
El balance general indica también el crecimiento de la energía importada, uno de los pocos datos que aumentan. En 2021 hubo que traer del exterior 1.384 GW/h, frente a los 2.590,7 de 2022, un 87% más. Ese año llegó a haber en la Isla ocho plantas móviles de la empresa turca Karadeniz Powership, una de las cuales se fue este abril al haber cumplido su contrato, según alegó el Gobierno cubano. Aunque se desconoce el precio del alquiler de estas plataformas, las autoridades no han dudado nunca en calificar de «muy alto» el costo, a la vez que han insistido en que no había mejor solución a corto plazo si se quería atajar en algo los ya eternos apagones que la población lleva sufriendo un año sin casi interrupción.
La Habana, donde se concentra gran cantidad de población y la mayoría de las empresas más potentes, se lleva la cuarta parte de la energía de la Isla, un 25,2%
Otro de los datos llamativos que deja el informe es la desproporción del consumo territorial. La Habana, donde se concentra gran cantidad de población y la mayoría de las empresas más potentes, se lleva la cuarta parte de la energía de la Isla, un 25,2%. La sigue Matanzas, pero a tal distancia que apenas se queda en un 8,1%.
La cosa cambia si se analiza la producción bruta. La provincia de la capital solo genera el 1,5% del total, siendo Matanzas (22%), Holguín (16%) y Cienfuegos (14%) las que más aportan, tanto a través del servicio público como de los productores autónomos, que vuelcan el excedente en el Sistema Energético Nacional.
El pasado sábado, en una entrevista en Cubadebate, Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, prometió que, con el cumplimiento de los mantenimientos previstos hasta mayo, «se prevé enfrentar el verano en mejores condiciones» desde el punto de vista de la electricidad. El funcionario dijo que habría una disminución de las «incómodas colas» en los servicentros, después de semanas de escasa disponibilidad de combustible y añadió que la generación eléctrica tendrá, en adelante, «una disminución considerable de las afectaciones».
Apenas 24 horas más tarde, algunos puntos de la Isla ya habían acumulado unas 20 horas sin luz.