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Encuesta: El bipartidismo se recupera tras los primeros acuerdos del PP y el PSOE

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Los dos grandes partidos suman 224 diputados, 10 más que en diciembre. Los socialistas regresan al segundo puesto en número de diputados ante un Podemos que se desinfla

El comienzo de esta legislatura, que se presentaba como especialmente complicada por la minoría parlamentaria del Gobierno, está resultando positivo para el PP y el PSOE. Según se comprueba en el último barómetro de GAD3 realizado para ABC, el bipartidismo recupera parte del músculo perdido, aunque sigue estando lejos de la fuerza que tenía en 2011. El PP se consolida en la primera posición con 146 diputados, mientras que el PSOE confirma que está saliendo del agujero en el que cayó en octubre, en plena crisis interna por la estrategia del «no es no» de Pedro Sánchez. Los socialistas suben a costa de Podemos, que acusa sus riñas internas por el poder, mientras que Ciudadanos se estabiliza en esos 32 diputados que alcanzó en las elecciones. Entre el resto de partidos destaca la caída libre de la antigua Convergencia.

A una semana de cumplirse los cien primeros días de Gobierno, los españoles valoran de forma especial el entendimiento entre el PP y el PSOE, que permitió salir de un bloqueo político de más de diez meses, y después alcanzar los primeros acuerdos de contenido económico y social. El resultado es que el PP volverá a ganar ahora las elecciones, con 146 diputados, nueve más que en los comicios del 26 de junio, y 23 más que en los de diciembre. El PSOE, por su parte, obtendría 78 escaños, diez más que en la encuesta de octubre, cuando tocó suelo tras la dimisión de Sánchez y la constitución de la gestora.

Los dos principales partidos de España sumarían ahora 224 diputados, prácticamente dos tercios del Congreso de los Diputados. Son diez más que en diciembre de 2016, y once más que en las elecciones de 2015. El bipartidismo se recupera algo, pero sigue muy lejos de esos 296 escaños que obtuvo en 2011, el 84,5 por ciento del Congreso, por no hablar de los 323 que sumó en 2008, el 92,2 por ciento. Eran otros tiempos, y ese bipartidismo que rondaba el 90 por ciento del Parlamento ya es parte de la historia.

La carta de Rajoy

Que el PP se mantenga en primera posición, con un resultado mejor que el que logró en las urnas, puede tener una relevancia fundamental en los próximos meses. El 3 de mayo se cumple un año desde la última disolución de las Cortes. Según la Constitución, a partir de ese momento el presidente del Gobierno puede convocar unas nuevas elecciones. Se trata de un escenario del que Mariano Rajoy no quiere ni hablar. El presidente repite por activa y por pasiva que su intención es agotar la legislatura, y en sus planes no está ni de lejos un adelanto electoral. Pero la opción existe. Es lo que se conoce coloquialmente en las conversaciones políticas como «pulsar el botón nuclear». Es una carta que, use o no, está en posesión del Gobierno, lo que le sitúa en una situación de fuerza en próximas negociaciones, pues pese a la subida del PSOE la distancia respecto a todos los demás partidos sigue siendo considerable. Unas nuevas elecciones beneficiarían claramente, y sobre todo, al PP.

Pacto con Ciudadanos

Rajoy no tiene intención, por tanto, de usar ese comodín definitivo, y que le permitiría gobernar con muchas más tranquilidad que ahora, solo con un pacto con Ciudadanos. El partido de Albert Rivera lograría un 13,8 por ciento de los votos y 32 diputados, si hubiera elecciones ahora. Es un resultado casi calcado al que obtuvo en las urnas el 26 de junio. Con esos resultados, el PP y Ciudadanos sumarían 178 diputados, mayoría absoluta en el Congreso. Pero se perdería la «oportunidad» de la que tanto habla Rajoy de alcanzar grandes pactos de Estado, como el de Educación, sobre el que ya se ha dado un primer paso por consenso en esta legislatura que acaba de echar a andar.

El PSOE, con Pedro Sánchez como secretario general y candidato, obtuvo el peor resultado de su historia el 26 de junio: 22,7 por ciento de los votos y 85 diputados, cinco menos que en diciembre de 2015. El hundimiento del PSOE fue imparable con la estrategia de Sánchez, quien trató de pactar con Podemos y los independentistas para imponer una alternativa encabezada por él en el Congreso, cuando Rajoy fracasara en su primer intento de investidura. En octubre, el PSOE ya estaba por debajo de Unidos Podemos, según la encuesta de GAD3: 68 diputados frente a los 69 del partido de Pablo Iglesias.

Tras el abandono de Sánchez, la estrategia de la gestora encabezada por Javier Fernández empezó a dar algo de oxígeno a su partido en las encuestas. Así, en diciembre recuperó seis décimas en estimación de voto y rompió su peligrosa tendencia hacia la autodestrucción: por primera vez en muchos meses, ganaba dos diputados, aunque seguía por debajo de la formación populista morada.

Fue a finales de año cuando empezaron a cerrarse los primeros acuerdos entre el Gobierno y el PSOE, junto a Ciudadanos: subida del salario mínimo, bono social y el techo de gasto, a los que se sumarían el del aplazamiento del calendario de aplicación de la Lomce, o el decreto-ley para la devolución de las cláusulas-suelo. El diálogo entre Rajoy y Javier Fernández, en primera instancia, y de sus segundos espadas empezó a dar sus frutos. El resultado, en febrero, es este: el PP gana dos diputados desde diciembre, y el PSOE, ocho.

Lucha en la oposición

Y lo que puede ser más importante para los socialistas: han recuperado su segunda posición en número de diputados, han vuelto a rebasar a Podemos y son de nuevo, también en las encuestas, el principal partido de la oposición. El único «pero» que pueden encontrar es que en estimación de voto siguen cuatro décimas por debajo de Podemos, aunque tengan ocho diputados más.

La formación de Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, ensimismada en sus luchas internas, ha perdido fuelle y lejos de aprovecharse de la debilidad del PSOE no ha conseguido situarse como auténtica alternativa del PP. Desde la encuesta de diciembre, se deja en el camino cinco diputados y casi un punto en estimación de voto. Se queda algo por debajo del nivel alcanzado en las elecciones de junio, lo que demuestra que en ocho meses no ha sido capaz de avanzar ni un metro más allá. Y desmiente a quienes creían que se beneficiaría de la abstención del PSOE en la investidura de Rajoy y los acuerdos puntuales posteriores.

A Ciudadanos no le ha sentado mal el acuerdo firmado con el PP para que Rajoy fuera presidente. Si en octubre, antes de la investidura, cayó hasta los 25 diputados, frente a los 32 que obtuvo en las elecciones de junio, ahora ha recuperado el terreno perdido y se mantiene firme en ese número de escaños. Con una diferencia: si hubiera elecciones, su papel sería incluso más decisivo, ya que el PP le necesitaría de forma exclusiva.

En la parte baja de la tabla de la encuesta, el dato más llamativo es la confirmación del deterioro de la antigua Convergencia, ahora Partido Demócrata Catalán. La formación de Artur Mas, Francesc Homs y Carles Puigdemont se consolida como subalterna de ERC, lejísimos de lo que llegó a ser en tiempos de CiU. Ahora solo lograría seis diputados, con un 1,6 por ciento de los votos, y confirmaría su lugar en el Grupo Mixto. ERC, en cambio, conserva los 10 diputados que tiene consolidados desde septiembre.

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