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Entre el cuerpo y el alma: Neri Oxman lee a Walt Whitman

Una canción eterna de alabanza por nuestra pertenencia con "La Tierra de los árboles dormidos y vaporosos", con "La noche de las grandes estrellas".

Un siglo antes de que el pionero de la informática Alan Turing consolara a la madre de su alma gemela, que había fallecido, y quizás a sí mismo, con la insistencia de que «el cuerpo proporciona algo para que el espíritu lo cuide y lo use», y generaciones antes de que Rilke se negase desafiantemente a convertirse en «uno de los que descuidan el cuerpo para hacer de él una ofrenda de sacrificio para el alma», «Walt Whitman (31 de mayo de 1819 – 26 de marzo de 1892) se nombró a sí mismo el poeta del cuerpo y el poeta del alma en uno de los versos más famosos de toda la poesía, de uno de las líneas más apreciadas de sus «Hojas de hierba«, un poema que ha ayudado a supervivientes del Holocausto a sobrevivir y que sigue ayudando a generaciones a soportar los pequeños terrores cotidianos de la vida.

 

Ese poema intemporal y generoso cobró vida en La Astronomía de Walt Whitman – una edición especial en miniatura de El Universo en Verso, en Governors Island (NY), en asociación con Pioneer Works- en una conmovedora realización de la diseñadora, artista, arquitecto, inventora y poeta de la materia Neri Oxman.

Medio siglo después de que Rachel Carson hiciera de la ecología una palabra familiar, Oxman acuñó el término «ecología material», un término que Whitman hubiera apreciado, para describir el singular trabajo que Carson llevó a cabo tejiendo las estructuras, sistemas y estética de la naturaleza, desde los gusanos de seda hasta las abejas e incluso el aliento humano, en nuestro entorno construido.

«Ecología material» se convirtió en el título de una visionaria exposición del Museo de Arte Moderno por la curadora Paola Antonelli, convirtiendo a Oxman en la primera diseñadora que trabaja la ciencia de los materiales en tener una gran exposición en un importante museo de arte de Nueva York, un siglo y medio después de que Whitman imaginara los museos como lugares para enseñarnos «las infinitas lecciones de los minerales… madera, plantas, vegetación». En el momento del Universo en Verso de Carson, ella acababa de dar a luz a su primer hijo – esa suprema sintonía del cuerpo y el alma en la poesía del ser, una consagración encarnada de la convicción de Whitman, totalmente contraria a la cultura de su época, de que «es tan grande ser mujer como ser hombre» y que «no hay nada más grande que ser la madre de los hombres».

 

Soy el poeta del Cuerpo y soy el poeta del Alma,
Los goces del cielo están conmigo y los tormentos del infierno también,

Los primeros los injerto y los multiplico en mi ser, los últimos los traduzco a un nuevo idioma.

Soy el poeta de la mujer no menos que el poeta del hombre,
Y digo que es tan grande ser mujer como ser hombre,
Y que nada es más grande que ser la madre de los hombres.

Entono el canto del crecimiento o del orgullo,
Ya estamos hartos de evasivas y menosprecios,
Muestro que el tamaño no es más que progreso.
¿Has dejado atrás a los otros? ¿Eres el presidente?
Es una nimiedad, cada uno de los otros puede lograrlo e ir más allá.                                                                                              
Soy el que camina con la tierna y creciente noche,
Llamo a la tierra y al mar que abrazan la noche.

Abrázame, noche de senos desnudos, abrázame, noche magnética y fecunda,                                                                                            
Noche de los vientos del sur, noche de estrellas grandes y escasas,                                                                                              
Noche serena que me saluda, loca y desnuda noche de estío.

Sonríe, tierra voluptuosa de fresco aliento,
Tierra de árboles dormidos y vaporosos,
Tierra del crepúsculo que ya se ha ido, tierra de las montañas de cumbre nebulosa,                                                                                                                     
Tierra del cristalino fluir de la luna llena, apenas teñida de azul,
Tierra de brillo y de sombra moteando la marea del río,
Tierra del gris límpido de nubes más brillantes y claras por mi causa,
Tierra yacente y extendida, rica tierra de manzanas 
Sonríe, porque llega tu amante.

Pródiga me has dado tu amor, te doy pues mi amor,
Mi indescriptible y apasionado amor.

 

Debe mencionarse asimismo, dentro del programa, la maravillosa actuación de la poetisa Sarah Kay, y luego recordar otros tesoros eternos del Universo a gran escala en Verso: Amanda Palmer leyendo el tributo de Neil Gaiman a Rachel Carson y su poema feminista sobre la historia de la ciencia; Marie Howe leyendo su tributo a Stephen Hawking; Krista Tippett leyendo «Figuras de pensamiento» de Howard Nemerov; Regina Spektor leyendo «Teorías de todo» de la astrónoma y poetisa Rebecca Elson, y la astrofísica Janna Levin leyendo «Una valiente y sorprendente verdad» de Maya Angelou; «Planetario» de Adrienne Rich, y el clásico de Whitman «Cuando escuché al astrónomo sabio«.

 

Traducción: Marcos Villasmil

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Enlace al texto original, donde puede oírse a Oxman recitando la poesía:

Between the body and the soul

 

 

 

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