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Ernesto Estévez León: El narcotráfico y la conexión cubana – La causa No. 1 de 1989

“EL NARCOTRÁFICO Y LA CONEXIÓN CUBANA: LA CAUSA NO. 1 DE 1989”

Arnaldo Ochoa, en el juicio de la Causa No.1 de 1989

 

“Lo único nuevo en el mundo es la historia que no conoces.»

Harry S. Truman

 

 

INTRODUCCIÓN

El 13 de julio se cumplieron 33 años de la ejecución de dos de los personajes más identificados con Fidel Castro y su Revolución: el “Héroe de la República de Cuba”, el General de División Arnaldo Ochoa Sánchez (1) y el Coronel y Jefe del Departamento MC (Moneda Convertible) del Ministerio del Interior MININT de Cuba (2) Antonio “Tony” de la Guardia Font. Estos dos altos oficiales del Régimen cubano fueron acusados de “…delitos de narcotráfico y traición a la Patria y a la Revolución” en la “Causa No. 1” de 1989, por sus vínculos con Pablo Escobar Gaviria y el notorio Cartel de Medellín. Junto a Ochoa y a de la Guardia, fueron ejecutados sus respectivos ayudantes, el Capitán Jorge Martínez y el Mayor Amado Padrón. Adicionalmente y en la misma Causa No.1, a 11 oficiales de los Ministerio del interior y de las Fuerzas Armadas les fueron impuestas penas de confinamiento, incluyendo al General Patricio de la Guardia, hermano gemelo de Antonio de la Guardia, quien fue condenado a 30 años de prisión por “encubrir” las actividades de su hermano Antonio, pena que cumplió en su totalidad. Otra de las víctimas de aquella purga castrista – reminiscente de la “Gran Purga” estalinista de finales de los años 30 – fue el General José Abrantes Fernández, ex Ministro del Interior y protegido de Fidel Castro quien fue enjuiciado y condenado en la “Causa No. 2” de 1989. Abrantes falleció en prisión el 21 de enero de 1991 a los 58 años a causa de un infarto que, en el mejor de los casos, no recibió la atención médica debida.

Cuando el 14 de junio de 1989 un alterado Raúl Castro anunció ante una incrédula audiencia de altos oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) el arresto del General Arnaldo Ochoa Sánchez, se especuló que la razón tras semejante acción era la supuesta identificación de Ochoa con los aires reformistas aplicados por Mikhail Gorbachev en la Unión Soviética. A nadie en la Isla se le escapaba los estrechos vínculos de Ochoa con altos oficiales soviéticos, no solo por su pasantía por las Academias Militares Soviéticas de Veroshilov y MV Frunze, sino por las operaciones militares en las campañas de Angola y Etiopía, donde tropas cubanas bajo su mando eran los proxys (3) de los intereses soviéticos en África. Inclusive, la reunión privada sostenida entre Arnaldo Ochoa y Mikhail Gorbachev durante la visita del dirigente soviético a Cuba en abril de 1989, creó mucha suspicacia sobre la posibilidad que el General cubano fuera el escogido para liderar el glasnost y la perestroika caribeña. Aunque tal posibilidad hubiese sido en efecto planteada por Gorbachev y conocida por Fidel, Arnaldo Ochoa no era extraño a incurrir en acciones al margen de la ley y ajenas a su función militar, pues durante su permanencia en Angola al frente de las tropas cubanas, Ochoa desarrolló una red de comercio ilícito de marfil y “diamantes de sangre”(4) para financiar la aventura cubana en Angola y pretendió establecer su propia organización con Pablo Escobar, paralela a la red “oficial” controlada por el Ministro del Interior José Abrantes y Antonio de la Guardia.

El enjuiciamiento de oficiales y funcionarios cubanos en las Causas Nos.1 y 2 de 1989, pondría en evidencia las existentes relaciones y vínculos del Gobierno Revolucionario con el narcotráfico, especialmente con el “Cartel de Medellín” cuyo capo di tutti capi era Pablo Escobar Gaviria. Ahora bien, ¿los vínculos de esos altos funcionarios cubanos con el narcotráfico internacional se limitaban a los imputados en la Causas Nos. 1 y 2, o incluían también a los hermanos Castro?

La respuesta a esa interrogante nos las proporciona el escritor cubano Norberto Fuentes, quien gozó del aprecio de Fidel hasta que fue marginado tras el enjuiciamiento y fusilamiento de su amigo Antonio de la Guardia. Norberto Fuentes sería perseguido y acosado por los servicios de seguridad cubanos hasta que, tras una huelga de hambre, se le permitió salir de Cuba en 1994 hacia Estados Unidos, gracias la intervención a su favor de Gabriel García Márquez y de los ex presidentes de México y España, Carlos Salinas de Gortari y Felipe González, respectivamente. En el año 2002, Fuentes escribió una magnifica obra de referencia y cronología histórica de la Revolución cubana bajo el título “Narcotráfico y Tareas Revolucionarias: El Concepto Cubano” (Ediciones Universal, Miami, Florida). En ese libro, Norberto Fuentes nos aclara que todo el entramado relacionado con el narcotráfico hacia Estados Unidos, cuyo propósito era la obtención de las muy necesarias divisas para proseguir con el proyecto revolucionario castrista y socavar y agredir a la sociedad norteamericana – ya no con misiles intercontinentales soviéticos SS-4 y SS-5, sino con toneladas de estupefacientes colombianos – siempre contó con el conocimiento y aprobación de Fidel Castro. Después de todo, escribió Norberto Fuentes, cómo podía pensarse que Fidel no estaba al tanto de lo que hacían sus leales subordinados, si como él se jactaba de decir, “en Cuba no cae la hoja de un árbol sin que yo lo sepa”.

Repasemos a continuación los hechos relacionados con el tema de Cuba y el narcotráfico expuestos por Norberto Fuentes en los Capítulos 5, 6, 7 y 8 de su libro “Narcotráfico y Tareas Revolucionarias: El Concepto Cubano”.

 

“5/LAS TAREAS REVOLUCIONARIAS: LA CONEXIÓN CUBANA”

 

La década de los 80’s fue muy negativa para el gobierno cubano, que tuvo que enfrentar situaciones en el plano nacional e internacional que comprometieron su estabilidad, obligando a la dirigencia castrista a buscar vías alternas para asegurar la obtención de las muy necesarias divisas para la continuidad de la Revolución. El comienzo mismo de esa turbulenta década trajo la Crisis del Mariel que constituyó la primera gran evidencia del fracaso en los social y económico de la Revolución. Entre los meses de abril y octubre de 1980, abandonaron la Isla por el puerto habanero del Mariel con rumbo a Cayo Hueso 125,000 cubanos, quienes, tras 20 años de vivir en Revolución, no podían ser catalogados de “gusanos” y “contrarrevolucionarios”. Se estima que cerca de 4.000 agentes infiltrados por los servicios de inteligencia cubanos junto a 1300 elementos criminales liberados de las cárceles cubanas por órdenes de Fidel Castro, partieron del puerto del Mariel rumbo al Norte. Poco meses después de la Crisis del Mariel llegaría a la Presidencia de los Estados Unidos Ronald Reagan (1981-1989), quien no solo ignoró el relajamiento del bloqueo iniciado por sus predecesores, los presidentes Ford y Carter, sino que implantó nuevas disposiciones para su recrudecimiento. Coincidiendo con la llegada de Reagan a la Casa Blanca en enero de1981, a Raúl Castro se le informó durante su viaje de consulta a Moscú que la URSS no estaba en condiciones de enfrentarse con Estados Unidos por Cuba – como tampoco lo estuvo 20 años antes durante la Crisis de los Misiles – lo que significaba que ya Fidel no contaba “…con el comunismo para proteger al fidelismo”.

Pero el hecho de trascendencia geopolítica que pondría a Fidel Castro en alerta máxima y lo obligaría a buscar alternativas para el mantenimiento de su proyecto revolucionario, sería la llegada de Mikhail Gorbachev al poder en la Unión Soviética en 1985.

Ello significó para Cuba que a partir de entonces el subsidio multibillonario que Moscú había pagado durante un cuarto de siglo para el mantenimiento de su colonia en el patio trasero de Estados Unidos, llegaría a su fin.

Según la cronología de Norberto Fuentes, las operaciones “oficiosas” cubanas de tráfico de estupefacientes se remontan al comienzo de 1980 cuando el entonces Ministro del Interior Ramiro Valdez, junto al chileno y ex jefe de la custodia de Salvador Allende, Max Marambio, efectuaron varias operaciones de trasbordo de marihuana en el Cayo Bahía de Cádiz, en la costa norte de Cuba, cuyo destino era la Florida. Marambio, quien desde su escape a Cuba en 1974 a raíz del golpe contra Allende se desempeñó como agente de la Dirección General de inteligencia DGI, fue designado en 1978 cabeza de la empresa de turismo constituida en Panamá con fondos del Ministerio del Interior CIMEX, a través de la cual se realizaron contactos con elementos del narcotráfico colombiano y con el prófugo y estafador norteamericano Robert Vesco, quien se establecería en la Habana a finales de 1982 tras ser expulsado de Costa Rica por el gobierno de Jose Figueres. Aunque Fidel Castro diría como buen anfitrión que a Cuba no le importaba lo que Vesco hubiese hecho en Estados Unidos, ni le interesaba su dinero, el norteamericano cumpliría una condena en Cuba de 13 años que le fue impuesta por un tribunal cubano en agosto de 1996 por estafar a un laboratorio de biotecnología dirigido por un sobrino de Fidel. Robert Vesco murió en Cuba de cáncer de pulmón el 23 de noviembre de 2007.

El año de 1983 fue muy movido en el tema del narcotráfico para la dirigencia cubana. El traficante Carlos Lehder viajaría a Cuba por primera vez gracias a los buenos oficios de Robert Vesco y logró el envió de 1575 lbs. de cocaína desde Colombia a la islas Andros en las Bahamas, sobrevolando Cuba. Tras su captura en Colombia el 4 de febrero de 1987 y su deportación a Estados Unidos, Carlos Lehder sería enjuiciado y condenado a 135 años de prisión. Durante el Juicio en Miami contra Manuel Antonio Noriega celebrado en noviembre de 1991, Lehder, uno de los máximos dirigentes del cartel de Medellín, declaró como testigo de cargo a cambio de una reducción de su pena, que se había reunido dos veces con Fidel Castro entre 1981 y 1983. Según un articulo publicado en el diario español El País el 21 de noviembre de 1991 bajo la autoría de Claudia Baca, Lehder declaró que el Cartel de Medellín estuvo transportando cocaína a través de Nicaragua “bajo la coordinación del gobierno cubano”, agregando en su declaración «…los nicaragüenses no movían un dedo a menos que los cubanos se lo dijeran». Según explicó el colombiano al Tribunal, el coordinador de las operaciones en Nicaragua, de las que no dio detalles, era el cubano Manuel Piñeiro, alias Barba Roja, quien fue jefe del espionaje de su país, y con quien dijo se reunió en varias oportunidades en Nicaragua, durante los siete meses que vivió en este país en 1984.

Según la crónica expuesta en el libro de Norberto Fuentes, en marzo de 1983 Antonio de la Guardia hizo contacto con Pablo Escobar, quien envió a sus representantes a Cuba a negociar con de la Guardia. Ante la acumulada evidencia de la participación del Régimen cubano en el envío de narcóticos a Estados Unidos, un exaltado Ronald Reagan declaró el 20 de mayo de 1983, durante su visita a Miami con motivo del 81 aniversario de la independencia de Cuba, que “Existe evidencia que funcionarios castristas están involucrados en el negocio de drogas, traficando drogas como meros criminales, enriqueciéndose de la miseria de los adictos. Quiero aprovechar esta oportunidad para exigirle cuentas al régimen cubano. ¿Este tráfico es obra de funcionarios renegados o tiene el visto bueno oficial? El mundo merece una respuesta”. La respuesta de Fidel a esta acusación del Presidente norteamericano, transmitida verbatim a los funcionarios de la Sección de Intereses de Estados Unidos en la Habana por el entonces canciller Isidoro Malmierca, fue “Quienes acusen a Cuba de estar implicada en el narcotráfico son unos hijos de puta”. El 17 de junio de 1984 Manuel Antonio Noriega llegó a La Habana a solicitud de Fidel quien se ofreció como mediador en una disputa entre Noriega y el Cartel de Medellín por la confiscación de un laboratorio de drogas ubicado en territorio panameño. La participación personal de Castro en el diferendo sería expuesta con detalles durante el proceso por narcotráfico realizado contra el dictador panameño en Miami en noviembre de 1991.

En el verano de 1985, tras la exitosa operación norteamericana en la caribeña Isla de Grenada en Octubre de 1983, ejecutada bajo el nombre clave “Urgent Fury”, que significó una vergonzosa derrota para las tropas cubanas desplegadas en esa isla, un irascible Fidel Castro, movido por la deseo de lavar su imagen y vengarse del Presidente Reagan, comenzó a planear secretamente llevar la lucha a territorio norteamericano. Entre los planes elaborados por Castro estaba el ataque a la Base Naval de Guantánamo y la voladura de los sistemas de compuertas del Canal de Panamá. En el estado de Florida, serían atacadas la Base Aérea de Homestead y la Planta Nuclear de Turkey Point en Miami. Estos ataques fueron planificados por el General Rafael del Pino, Sub Jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria de Cuba y la pesadilla volante de la Brigada 2506 en Playa Girón. El 28 de mayo de 1987, el General del Pino se fugó de Cuba en un avión Cessna junto a su familia aterrizando en el aeropuerto de Cayo Hueso. Rafael del Pino seria recibido por Ronald Reagan en Camp David, lo que constituyó una nuevabofetada para el golpeado ego de Fidel Castro.

 

“6/LA HABANA, SUS SECRETOS” 1986 – 1988

 

Los años 1986 y 1987 vieron la consolidación de la participación de la Cuba revolucionaria en el tráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos. a Principios de 1986 Arnaldo Ochoa le ordenó a su ayudante el Capitán Jorge Martínez – quien, como ya dijimos, sería fusilado junto a Ochoa – a trasladarse a Panamá para gestionar el lavado de dinero procedente de la droga. En Panamá, el Capitán Martínez hizo contacto con el italoamericano Frank Morfa quien sería señalado en la revista US News and World Report del 2 de febrero de 1998 de ser el “lavandero” de dinero ilícito de los oficiales cubanos. A final de 1986, el Capitán Martínez entraría en contacto con Fabel Pareja, emisario de Pablo Escobar.

Según reportó el Diario Granma, Fidel Castro reconoció que durante el año de 1987 se efectuaron 5 operaciones de drogas lideradas por el Departamento MC del MININT, bajo la dirección de Antonio de La Guardia. Las dos primeras fracasaron, pero la tercera se cumplió con éxito en abril de 1987, cuando un avión aterrizó en el aeropuerto de Varadero con 400 kgs. de coca procedente de Colombia para su traslado por mar a Estados Unidos.

Durante el año 1988 continuaron los trasbordos y siembra de cocaína desde aguas cubanas hacia el Norte, que eran controlados por Tony de la Guardia y el Ministro Abrantes. En marzo de 1988 Antonio de La Guardia viajó a Angola a reunirse con Ochoa. En Luanda lo espera su amigo Norberto Fuentes, veterano de las campañas de Angola, quien le sirvió de guía. Durante esa reunión se acordó proponerle a Pablo Escobar abrir una fábrica de cocaína en Angola controlada por Ochoa y cuya producción sería comercializada en Estados Unidos y Europa Occidental bajo la supervisión de Antonio de la Guardia y el Ministro Jose Abrantes Fernández. Con tal propósito el ayudante de Ochoa, el Capitán Jorge Martínez, viajó a Colombia para negociar lo conducente con los representantes de Escobar.

En junio de 1988, Raúl Castro, quien había sido relacionado con el narcotráfico en febrero de 1988 tras el arresto en Panamá del exiliado cubano Reinaldo Ruiz, cuya esposa colombiana estaba vinculada con Gustavo Gaviria primo de Pablo Escobar, enfoca su atención en el insubordinado Ochoa, con miras a su eliminación física.

 

“7/ LA OPERACIÓN PRELUDIO” ENERO – MAYO 1989

 

El año 1989 comenzó con la sustitución del General Ochoa en Angola por el general Abelardo Colomé Ibarra y su regreso a Cuba el 12 de enero. El escritor Norberto Fuentes, quien aún estaba de servicio en Angola, se encontraba en el aeropuerto de Luanda cuando arribó Ochoa para abordar el Illushin-62 rumbo a La Habana. A Fuentes le extrañó la cantidad inusual de elementos de seguridad cubanos que estaban presentes ese día en el aeropuerto. A su llegada a La Habana, a Ochoa le fue informado por vía de un ayudante de Fidel que había sido designado Comandante del Ejército de Occidente, cargo que se negó aceptar hasta que no hablara personalmente con Fidel Castro.

Entre los meses de febrero y abril de 1989 se efectuaron ocho operaciones de tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, utilizando el espacio aéreo y marítimo de Cuba.

El 23 de abril de 1989, un Gran Jurado en la ciudad de Miami encausó al cubano Reinaldo Ruiz y a su hijo Rubén, deportados desde Panamá, a quienes se le permitía reabastecerse de combustible en el aeropuerto de Varadero despues de lanzar su carga de cocaína a aguas cubanas para ser recogidas y transportadas por lo “lecheros”. Este nuevo proceso judicial inquietó a Fidel Castro, pues previamente y al momento de su detención en Panamá en febrero de 1988, Ruiz había incriminado a Raúl Castro en el tráfico de cocaína procedente de Colombia.

Para finales de mayo de 1989, Patricio y Antonio de la Guardia se encuentran en Cuba después de haberles sido ordenado su regreso. Antonio de la Guardia es relevado de su cargo en el Departamento MC.

“8/EL PROCESO” JUNIO – JULIO 1989

Con la llegada de Arnaldo Ochoa y los hermanos la Guardia a Cuba, los acontecimientos se desarrollaron con celeridad castrista. El 12 de junio a las 8.30 p.m., Ochoa, Patricio y Antonio de la Guardia fueron arrestados de forma simultánea; el primero en la sede del MINFAR y los gemelos la Guardia, en el Ministerio del Interior. Las FAR fueron puestas en alerta roja (“Operación Bandera Roja”) en prevención de un alzamiento por las tropas del Ministerio del Interior en respuesta al arresto de los de La Guardia. El 25 de junio se inició la Sesión del Tribunal de Honor ante 47 oficiales Generales y Almirantes. Como era de esperarse y dada la urgencia del caso, al día siguiente concluyó ese juicio de «Honor». El 27 de junio José Abrantes fue destituido como Ministro del Interior.

El 30 de junio comenzó el juicio ante el Tribunal Militar Especial constituido en la sede del MINFAR contra los acusados Arnaldo Ochoa, Antonio y Patricio de la Guardia, el Capitán Jorge Martínez, el Mayor Amado Padrón y 12 funcionarios del Ministerio del Interior, acusados de “delitos de narcotráfico con el agravante de traición a la Patria”. Transcurrido 4 días del Proceso, el Fiscal, el General Juan Escalona Reguera – la versión cubana del fiscal nazi Roland Freisler – quien era conocido como “Juanito charco de sangre” por “… la cantidad de cubanos que ordenó fusilar tras ejercer como fiscal por 20 años”, solicitó la pena de muerte para 14 de los acusados.

Arnaldo Ochoa Sánchez, al concluir su parodia judicial, dijo, “Aun si habré de ser fusilado, mi último pensamiento será para Fidel y para la gran Revolución que le dio a nuestro pueblo».

 

CONCLUSIÓN

La pretensión de Fidel Castro expuesta ante el Consejo de Estado el 9 de julio de 1989, orientada a buscar acuerdos con Estados Unidos para neutralizar el tráfico de estupefacientes en el Caribe Oriental, nunca se ha materializado, más allá de una esporádica y exigua cooperación entre los dos países.

En una comparecencia en junio de 2018 ante el panel denominado “Exigiendo responsabilidades a los dirigentes cubanos”, convocado por el Subcomité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Roger Noriega, ex embajador de Estados Unidos en la OEA y Sub Secretario de Estado para Asuntos Hemisféricos durante el gobierno de Bush padre, aseguró a los congresistas que el exesposo de deborah Castro Espín, la hija mayor de Raúl Castro, el general Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, era «…el encargado de coordinar al personal militar cubano asignado al tráfico de cocaína hacia Europa y Africa Occidental, a través de La Guaira. El General Rodríguez López Calleja, quien falleció de una afección cardiaca a los 60 años el 1° de julio de 2022, era el presidente de la empresa holding de las Fuerzas Armadas Revolucionarias GAESA, el pulpo militar empresarial que controla el 70% de las inversiones en Cuba y que absorbió todas las empresas constituidas en paraísos fiscales por los operadores de el Departamento MC, entre ellas CIMEX, que pasó por las manos del chileno Max Marambio y de Patricio de la Guardia, y fue el vehículo de contacto con Robert Vesco y Pablo Escobar Gaviria.

En un articulo de Radio y Televisión Martí de la Vos de America titulado “Pablo Escobar, el patrón del mal, y su ruta cubana de la droga”, publicado el 27 de septiembre de 2012 (https://www.radiotelevisionmarti.co m/a/15211.html), se cita una entrevista a John Jairo Velázquez, alias “Popeye», jefe de sicarios de Pablo Escobar. Esa entrevista realizada en la cárcel de Cómbita, en el Departamento de Boyacá, por la periodista colombiana Astrid Maria Lagarda Martínez, ex reportera de RCN, se encuentra incluida en su libro “El Verdadero Pablo; sangre, traición y Muerte (2002, Ediciones Dipon – Ediciones Gato Azul).

En la entrevista, “Popeye” precisó que “…los cubanos recibían $2.000 por cada kilo de droga transportada y 200 dólares por cada kilo custodiado”, agregando “Pablo estaba feliz con esta ruta, que llenó las arcas del ‘Patrón’. Él decía que era un placer hacer negocios con Raúl Castro, pues era un hombre serio y emprendedor. Lamentablemente, la ruta cayó cuando se destapó todo el escándalo, al caer un gran cargamento decomisado por la DEA, proveniente de Cuba, y varios cubanos detenidos confesaron, delatando la operación».

Lo aquí expuesto nos lleva a plantearnos la siguiente interrogante: ¿Hasta dónde calaron las influencias de Pablo Escobar en el gobierno cubano? La respuesta que nos confronta indica que iban más allá del General Ochoa y de Antonio de la Guardia.

 

NOTAS:

1.- Arnaldo Ochoa Sanchez se incorporó a lucha guerrillera contra Fulgencio Batista en 1958 bajo el mando de Camilo Cienfuegos, participando en la toma de la estratégica ciudad de Santa Clara. Tras el triunfo de la revolución en enero de 1959, fue enviado a estudiar a Checoeslovaquia y Rusia donde recibió entrenamiento militar.

En abril de 1961 participó en los combates contra la Brigada 2506 en Playa Girón. Se entrenó junto a guerrilleros venezolanos y desembarcó por las costas del estado Falcón en julio de 1966. En septiembre de ese año, participó en la emboscada del Cerro Atascadero localizado entre los poblados de Yumare y Duaca, en el estado venezolano de Yaracuy, donde murió un oficial y un suboficial e hirieron a dos soldados de las FAN. Al año siguiente, el 25 de febrero, comandó la columna guerrillera que participó en la emboscada en El Mortero, entre las poblaciones de Sanare y el Blanquito, en el estado Lara, en la que fueron dados de baja 3 efectivos militares venezolanos y 8 resultaron heridos. Durante los siguientes 19 años, sus “misiones internacionales” lo llevarían a Nicaragua, Somalia y Angola.

2.- El Departamento “MC” del Ministerio del interior de Cuba era una dependencia secreta organizada para eludir el bloqueo comercial norteamericano y proveer toda clase de suministros a la isla, incluyendo divisas.

3.- En el artículo titulado “Se cumplen 30 años del fusilamiento del General Arnaldo Ochoa”, publicado el 14 de julio de 2019 en la página web de la Radio y Televisión Martí de la Voz de América (https://www.radiotelevisionmarti.co m/a/15211.html), se refiere que el Fiscal del juicio militar contra Arnaldo Ochoa, el general Juan Escalona Reguera, durante la tensa audiencia de la Corte Marcial que dio de baja deshonrosa de las FAR y degradó a Arnaldo Ochoa, retirándole sus condecoraciones y el título de “Héroe de la República de Cuba”, manifestó de forma imprudente ante la alta oficialidad presente con respecto al papel de Cuba en Guerra de Angola, que “…Cuba mandaba a morir voluntariamente a los cubanos a Angola”.

4.- “Diamantes de sangre” son aquellas gemas obtenidas en una zona de guerra mediante la explotación de esclavos o personas cautivas, con el propósito de financiar la guerra.

 

ERNESTO ESTÉVEZ LEÓN: (La Habana, septiembre 1949). Abogado UCAB, 1974. Fundador “Escritorio Jurídico Estévez, Misle & Asociados”, Caracas,1977, Ensayista, cajadepandora49.wordpress.com.

 

NOTA PUBLICADA ORIGINALMENTE EN «ENCUENTRO HUMANISTA», EL ENLACE AL ORIGINAL:

 

“EL NARCOTRÁFICO Y LA CONEXIÓN CUBANA: LA CAUSA NO. 1 DE 1989”

 

 

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