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¿Es un problema comunicacional o de hacer política?

Se escuchan criticas a la estrategia política de la dirigencia opositora. ¿Es un problema comunicacional o no existen acciones políticas qua comunicar?

Vivimos un periodo particularmente complejo en nuestra realidad como país, signada por dos elementos perturbadores. Por un lado, el régimen, decidido desde sus inicios a lograr la hegemonía comunicacional, con la estrategia de copar el espacio radioeléctrico, de disponer de la mentira como herramienta política que cada día nos desdibuja más. Por el otro mientras tanto, conviven diversas expresiones del pensamiento político opositor, el cual ha sufrido los fuertes embates de la antipolítica.

Luce lejano el tiempo cuando en Venezuela se hacía política de hechos, de decisiones que afectaban a unos u otros en la realidad. Política real fundamentalmente dirigida a captar las voluntades de las masas. Política que procuraba “conducir o liderar” los hechos reales del día a día.

Ahora nos encontramos en una post política, surgida luego de la llamada muerte de las ideologías, basada aparentemente en la comunicación virtual. Una supuesta “acción política” que se limita solo a afirmaciones, documentos, estudios, análisis, conceptualizaciones y planes futuristas transmitidos a través de las redes sociales, o cuando se puede, en entrevistas en radio o televisión. En ello, las expectativas y necesidades de la gente de a pie quedan por lo general relegadas a un segundo plano. ¿Medición alguna? Si, todo lo dejamos a lo que reflejen las encuestas de opinión compartidas luego “confidencialmente”. Sí, entre comillas.

Proponemos un ejercicio: por una sola vez no culpemos a los responsables en comunicación sobre si carecen o no de los elementos necesarios para convertir en masivas las acciones que realicen los politicos. Pensemos más más bien en si nuestro punto de quiebre pudiera estar en cambiar o mejorar la forma de hacer política , en producir hechos, en asumir retos y riesgos reales, en los que el ciudadano común sienta que sus problemas son tomados en cuenta, en los que se vea identificado y, muy importante, se sienta realmente acompañado por los políticos que intentan resolverlos.

Estamos a tiempo para actuar y para transmitir la lucha que llevan adelante con grandes sacrificios personales los jóvenes que portan el estandarte de la reconstrucción y reconciliación del país. Brindémosles un voto de confianza para que nos lleven a la victoria política, haciendo política de verdad.

 

 

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