«Eso no fue accidente, fue asesinato»
Héctor Meizoso perdió a tres familiares cercanos en la lancha embestida por los Guardafronteras
Elizabeth Meizoso, sobrina de Héctor fallecida en el suceso del pasado viernes.
La vida de Héctor Meizoso ha dado un vuelco trágico desde el pasado viernes. En la embarcación hundida por los Guardafronteras cubanos al norte de Bahía Honda, en Artemisa, viajaban diez familiares suyos, tres de ellos murieron en el intento de salir de la Isla, en un incidente que el hombre cataloga como «asesinato».
«Ya ellos [las brigadas de rescate] no están buscando. Los familiares son los que están encontrando a los fallecidos», denuncia a 14ymedio el joven, graduado del Instituto Marítimo Pesquero, en Mariel. «Eso no fue accidente, eso fue asesinato, porque fue adrede», remacha el artemiseño, que perdió en el hundimiento a su sobrina Elizabeth Meizoso y a sus primos Yerandy García Meizoso y Aimara Meizoso.
«Tenían que haberla dejado [salir]», reflexiona ahora sobre la lancha en que al menos 25 personas intentaban abandonar el país y llegar hasta las costas de Estados Unidos, siete de ellas han sido confirmadas como fallecidas y por el momento una se encuentra desaparecida. «De todas formas no era la primera y no va a ser la última», añade el joven, que confirma que varios de los sobrevivientes están siendo todavía interrogados por la policía.
«Eso no fue accidente, eso fue asesinato, porque fue adrede», remacha el artemiseño, que perdió en el hundimiento a su sobrina Elizabeth Meizoso y a sus primos Yerandy García Meizoso y Aimara Meizoso
La madre de la niña, Diana Meizoso, contó a Radio Martí que la embarcación donde viajaban recibió el impacto de los Guardafronteras de forma premeditada. «Nos montamos en la lancha y, cuando salimos, él [chofer] disminuyó la velocidad porque se vio cerrado por todos lados, porque venía otra. Cuando les pasamos por al lado, él (oficial de Guardafronteras) dijo: ‘Ahora los voy a partir al medio, y después nos embistió».
Los días que han pasado desde aquel 28 de octubre han sido para el hermano de Diana y tío de Elizabeth «una pesadilla y un dolor constante, ya que de esas personas que iban en la lancha diez son familia mía y tres de ellos están entre los fallecidos», cuenta a este diario.
Meizoso recuerda con mucho cariño a su sobrina, a la que cariñosamente llama «pelusa» en un emotivo texto que publicó en su cuenta de Facebook pocas horas después de saberse que la niña había muerto. «Gracias por aprender a decir tío antes de irte, mi vida, hermosa», agregó junto a un grupo de fotos que repasan la breve vida de la pequeña.
En Bahía Honda, decenas de vecinos se unieron al cortejo fúnebre de varios de los fallecidos aquella jornada. El municipio «está en shock, no se habla de otra cosa», cuenta vía telefónica a 14ymedio Maritza, una vecina del lugar que conoce a la familia Meizoso y se siente «devastada» por lo sucedido.
«Por esta costa está saliendo mucha gente, cada día te enteras de alguien que se fue en una balsa o que lo vinieron a buscar, pero nadie pensó que los Guardafronteras iban a hacer algo así. Nadie lo pensó», reflexiona la mujer. «Aquí la gente está pasando mucho trabajo y los jóvenes no tienen futuro».
«Por esta costa está saliendo mucha gente, cada día te enteras de alguien que se fue en una balsa o que lo vinieron a buscar, pero nadie pensó que los Guardafronteras iban a hacer algo así. Nadie lo pensó»
Maritza considera que hay «mucho malestar popular en Bahía Honda, porque esto de la niña muerta ha tocado emocionalmente a mucha gente, en especial a las familias que tienen niños pequeños y que saben lo que significa perder una vida tan jovencita», lamenta la vecina que nota «mucha solidaridad con los parientes de los fallecidos y mucho rechazo a lo que hicieron los del Gobierno».
No obstante, la mayoría prefiere evitar decir su opinión en voz alta porque «este pueblo ya lo tomaron completo los de la Seguridad desde el mismo sábado». Junto a los interrogatorios a los sobrevivientes, los vecinos detallan «amenazas a gente que estaba cerca de la costa cuando todo esto sucedió, gente que sabe lo que pasó».
«En Bahía Honda no pasaba nada. Aquí el día a día se iba en las colas, en comprar comida, en saber que el hijo de un vecino se fue por la ruta de los volcanes o se tiró al mar, pero este tipo de cosas no pasaban. Que maten a la gente así, sin que tuvieran armas, sin que le tiraran un tiro a los guardafronteras. Eso no puede ser».