Estupor en Podemos ante la petición de que se impute a Iglesias
La petición del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, al Tribunal Supremo para que investigue al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, por la comisión de posibles delitos en el caso Dina, caía este miércoles como un auténtico mazazo en Podemos.
Fuentes de la formación morada no ocultaban su estupor y aseguraban no «dar crédito» ante la solicitud de que el alto Tribunal —el competente dada la condición de aforado del secretario general de la formación morada— indague en todo lo relacionado con la tarjeta con material comprometedor de Dina Bousselham, la que fuese colaboradora de Iglesias en los inicios de Podemos en 2014 en el Parlamento Europeo. «Hace unos días la Audiencia Nacional reclama a García-Castellón que le devuelva la condición de perjudicado a Pablo Iglesias, y el juez responde pidiendo al Supremo que se le investigue» lamentan.
En público, el portavoz parlamentario, Pablo Echenique, acusaba al juez de saltarse a la Audiencia Nacional ya que, afirmaba en Twitter, «contra Podemos y contra Pablo Iglesias vale todo». Recientemente el propio Echenique elogiaba las decisiones tomadas por el mismo magistrado, en este caso sobre el caso Kitchen que afecta al PP.
A última hora de la tarde, el ministro de Consumo y líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, lanzaba un sentido mensaje de solidaridad con su jefe de filas. Lo hacía poco antes de que Iglesias, en la ya para ese momento eclipsada presentación por parte de los cuatro vicepresidentes del Gobierno del Plan de Recuperación económica del que por la mañana había dado cuenta el propio Pedro Sánchez, terminase su discurso aludiendo a «poderes profundos». Poderes que, dentro de una teoría conspirativa sostenida hace tiempo por Podemos, estarían en contra de la «modernización de España» y nos querrían devolver «al pasado» como afirmaba Iglesias para concluir su discurso delante de sus tres compañeras de gabinete, Carmen Calvo, Nadia Calviño y Teresa Ribera.
Irene Montero evita pronunciarse sobre el caso Dina
La petición de imputación sorprendía a la ministra de Igualdad y número dos de Podemos, Irene Montero, en el Congreso de los Diputados, donde comparecía ante la Comisión de su ramo sorteando a la prensa a la entrada de la misma. Allí, la diputada del PP, Margarita Prohens, le pedía que rompiese «su silencio» sobre el caso Dina y le reprochaba que el juez vea «agravante de género» en la conducta de Iglesias.
«Usted ha hablado [durante su intervención ante la comisión] de acoso sexual en el ámbito laboral, pero ha callado ante lo que yo le he preguntado» afirmaba la diputada popular, consiguiendo que únicamente Montero, en el tramo final de su intervención, le reprochase que «¿sabe cuál es la diferencia entre ustedes y nosotros? Que las querellas que a nosotros nos ponen terminan archivadas, las suyas terminan con sus militantes en la cárcel». Fuentes próximas a la ministra de Igualdad aseguran estar «muy tranquilos» sobre el futuro judicial de Iglesias y vinculan lo sucedido al «momento difícil que está viviendo España» en línea con lo argumentado por Echenique.
Desde el primer momento Podemos ha considerado a su líder y a la propia Bousselham, que ahora dirige un digital promovido por Podemos, perjudicados en el caso, como víctimas de una operación de las cloacas del Estado, que serían según esta versión las responsables, con el comisario Villarejo al frente, del robo del móvil a finales de 2015 en un centro comercial de Madrid. Sin embargo, no fue hasta este año cuando Iglesias dio explicaciones públicas de por qué le ocultó a una persona tan próxima la tarjeta con material comprometedor que él mismo había recibido a principios de 2016 de manos del presidente del Grupo ZETA (editor entonces de la ya desaparecida revista Interviú) Antonio Asensio.
Lo hizo para «proteger» según su versión, a una «mujer veinteañera» a la que sólo informó meses después, cuando salieron a la luz algunos de los chats de miembros de Podemos contenidos en esa tarjeta.