Europa y la defensa de nuestros valores fundamentales
Solo actuando conjuntamente bajo el paraguas de la UE seremos capaces de vivir en libertad y prosperidad en nuestra comunidad de valores
El mes pasado, las instituciones de la Unión Europea pusieron en marcha un ejercicio de democracia directa sin precedentes mediante el establecimiento de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, que cuenta con la participación activa de ciudadanos de todo el continente junto a sus representantes electos. Mientras tanto, el primer ministro de Hungría publicó un anuncio en una docena de periódicos nacionales denunciando a la Unión Europea y, particularmente, al Parlamento Europeo.
Una campaña de desinformación de tal magnitud no puede quedar sin respuesta. Todos aquellos que son conscientes de los orígenes de la Unión Europea y de su continua misión de respaldar la paz y la prosperidad no pueden permanecer pasivos en este debate sobre el futuro de
Europa. Si no nos mantenemos firmes en la defensa de los valores fundamentales, nuestra Unión perderá su identidad y su significado. Debemos asegurarnos de que podemos protegernos de un retroceso hacia regímenes autoritarios permaneciendo constantemente vigilantes de los ataques a nuestras libertades básicas.
Todos los Estados miembros firmaron el mismo Tratado en el momento de su adhesión. Sin embargo, algunos gobiernos, especialmente el actual en Hungría, reniegan de los compromisos básicos que contrajeron sus países cuando se unieron y están retrocediendo hacia un sistema de Estado autoritario de partido único igual al que tan desesperados estaban por separarse hace 30 años.
Artículo 2 del Tratado de la Unión Europea: «La Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres».
El principal deber de todos los parlamentos, como organismos del pueblo, es precisamente defender estos valores, la independencia de la justicia, la libertad de la prensa, así como el respeto a los derechos fundamentales de todos los ciudadanos, en cualquier momento en que se vean amenazados. No hay duda del importante papel que juegan los parlamentos nacionales en pedir cuentas a sus gobiernos, defender los valores democráticos básicos y construir una sociedad más fuerte, más próspera y más igualitaria en colaboración (no en competencia) con el Parlamento Europeo. Es nuestra responsabilidad común señalar a cualquier gobierno -sea de izquierdas, centro o derecha- que transgreda la línea entre democracia y autocracia. La historia del siglo XX nos ha demostrado lo fácil que es que el velo democrático caiga, discretamente al principio, pero con un creciente descaro hasta que las bases de la decencia humana y el Estado de Derecho desaparecen.
Como el presidente Sassoli dijo recientemente: «Para los regímenes autoritarios, los valores europeos son aterradores, porque las libertades permiten la igualdad, la justicia, la transparencia, la oportunidad, la paz».
Si la Unión Europea necesita reformarse no es porque estos principios fundamentales estén pasados de moda, sino porque necesitan ser reforzados ante quienes los amenazan. La Conferencia sobre el Futuro de Europa será un ejercicio de deliberación sobre cómo sostener estos principios con mayor determinación tanto en casa como en el extranjero. No existe Unión Europea sin valores fundamentales. Lo que se necesita en estos tiempos en que la democracia y el Estado de Derecho están amenazados, tanto dentro como fuera de la Unión Europea, es el empuje colectivo para defender estos valores como ciudadanos, por parte de parlamentos nacionales y el Parlamento Europeo, así como la Comisión como guardiana de los Tratados y los gobiernos nacionales. Sólo actuando conjuntamente bajo el paraguas de la UE seremos capaces de vivir en libertad y prosperidad en nuestra comunidad de valores. Estas son las lecciones que hemos aprendido de los más de 70 años de paz que la Unión Europea ha traído a este continente.
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Othmar Karas y Katarina Barley son vicepresidentes del Parlamento Europeo