Feijóo planchando

Pedro y Yolanda, y perdonen la confianza, pero si ellos se llaman así en televisión, no seré yo quien rompa la pareja, no saben qué es una mujer y los españoles ya no sabemos qué es un debate. Hubo un rato, al principio, que Yolanda y Pedro parecían no tener muchas ganas de hablar más allá de sus pequeños monólogos. Hasta Yolanda rechazó una intervención. Prefería estar planchando, que a lo mejor era lo que estaba haciendo Feijóo. Qué relax. Así que, sólo por voluntad, a Yolanda y Pedro, tanto monta, monta tanto, ya les había ganado Abascal. O Santiago, aunque no se refirieron a él así en ningún momento y deberían porque sólo hablaron de él. O con él. ¿Eso da o no confianza? Lo de nombrar por apellido o nombre de pila debe ser una cuestión científica, como el cambio climático: se aplica sólo a aquello que le interesa al político interlocutor. Ola de calor, ciencia. ¿Qué es una mujer? Pregunta de odio. Las mismas aportaciones hemos visto en el debate a tres sobre economía, pactos y cultura.

La pregunta de hoy no es quién ha ganado, sino cuántos españoles han visto hasta el final. O incluso cuántos lo han visto, a secas. El público es más listo de lo que nos creemos. He intentado ver el debate en el bar de debajo de casa, por ponerle un poco de ambiente fresco, pero no tenían la tele encendida. Tampoco en el de al lado. Supongo que la gente se lo pone en su casa, aunque parece que ahora los debates donde mejor se ven es en las sedes partidistas. Debates para los afiliados, fíjense el voto que mueven, con lo que cuestan. Eso que se ha ahorrado Feijóo. Y encima, ya tiene las camisas planchadas para cuando llegue a Moncloa.