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Feijóo sale al ataque y neutraliza a Sánchez en el cara a cara

Ambos se atacaron mutuamente por sus pactos pero los reproches del popular lograron abrumar al socialista

Dicen los politólogos que un debate electoral no sirve tanto para ganar elecciones como para terminar (o no) de perderlas. En esta clave, Pedro Sánchez se lo jugaba todo ayer: esculpir un descanse en paz sobre su aspiración de volver a gobernar o insuflarle el oxígeno necesario para mantenerla viva hasta el 23J y dar tiempo así a una milagrosa remontada.

Alberto Núñez Feijóo, aunque favorito en las encuestas, no partía de una posición tan cómoda como para apostarlo todo a no equivocarse. No quiere ganar las elecciones sino a gobernar sin Vox y eso no lo vaticinan con claridad los sondeos publicados. Por ello, el presidente del PP se arremangó y salió a matar esa aspiración de remontada de Sánchez y éste -acostumbrado a un Feijóo menos intenso- acabó encontrándose a la defensiva, perdido en una estrategia de moderar el tono que no supo manejar hasta el punto de acabar abusando de las interrupciones, hablando en segundo tono y sacando el 11-M y los sobresueldos de la anterior etapa del PP para atacar al líder popular.

El jefe de la oposición, en cambio, logró combinar sus ataques con mantener la tranquilidad y exhibir seguridad, proyectando una imagen presidenciable pese a la confusión agresiva que trasladó el socialista. Como estaba previsto, los pactos salieron mucho antes del bloque previsto para ello y marcaron los momentos más tensos del debate, con el presidente del PP centrando en marcar distancia de Vox y no «admitir lecciones» de Sánchez por los pactos de éste con Bildu, y con el jefe del Ejecutivo pronosticando que Vox es el «único pegamento» que tiene Feijóo para armar una mayoría de gobierno. «Yo soy libre, autónomo y por supuesto limpio», reiteró Sánchez. «Una declaración de independencia sin violencia es legal gracias a usted», le había dicho el líder popular para subrayar que los pactos del líder socialista con los independentistas tienen precio.

No obstante, la tensión marcó el debate desde su arranque. Pese a sus distintas posiciones, ambos salieron al plató de Atresmedia a batirse por dos grandes bolsas de votantes, los indecisos, los fronterizos y el centro. Ahí se jugaba el debate. Por ello, la tensión estuvo servida cuando en el minuto uno, la periodista Ana Pastor introdujo como primera pregunta la subida de los precios, talón de Aquiles del Ejecutivo y una de las mejores bazas del líder de la oposición. Sánchez se defendió con una respuesta tranquila que llevaba preparada, poniendo sobre la mesa los buenos datos de empleo, de crecimiento económico y defendiendo «la necesidad de no dar volantazos», «derogar lo que funciona» o «echar el frenazo a una economía pujante que avanza a una gran velocidad».

Nerviosismo de Sánchez. Pero Feijóo reaccionó con contundencia. «No podemos empezar mintiendo con los datos. Eso de que la economía va como una moto es una falta de respeto a los españoles», le espetó. «Para no tener volantazos tiene que tener un Gobierno estable y usted ha nombrado más de 40 ministros», añadió, antes de introducir la alianza con Podemos. «Tiene que tener una única política económica», reclamó, recordando que el Gobierno de coalición ha tenido tres: «la de Podemos, la comunista y la sanchista».

Feijóo abrumó al jefe del Gobierno con reproches. «Solo ha ganado en creación de empleo a Zapatero», «somos los últimos en recuperar el PIB», «los alimentos han subido un 30 por ciento», o «las familias españolas viven en el país cuya renta más se ha empobrecido», disparó el presidente popular como una ametralladora sin olvidarse de la escalada de las hipotecas y alquileres. «¿Hasta dónde llega el cinismo?», llegó a espetarle. Y Sánchez, que al arranque del debate parecía más tranquilo, intentó defenderse sacando pecho de sus «avances» sociales y una gestión «justa» de la crisis pero con un nerviosismo creciente que llevó a Feijóo a pedirle varias veces que se tranquilizara e incluso que fuera «un poco demócrata», porque le interrumpía constantemente.

‘Txapote’ entra en juego

En esta falta del control del debate, Sánchez llegó incluso llegó a no atender a las indicaciones de los moderadores durante el bloque social, centrado en la violencia de género. Este punto brindaba una buena oportunidad al socialista por los pactos del PP con Vox. «Una declaración machista y homófoba a sabiendas no es un error, eso es otra cosa, porque en este país se asesina los machistas a mujeres. Y ustedes están pactando con partido machista, que no condena la violencia machista y eso tiene consecuencias», arremetió el jefe del Gobierno.

Pero de nuevo salió Feijóo al ataque augurando que Sánchez pasará a la historia como el presidente que firmó en el BOE una ley que ha rebajado las penas de más de mil agresores sexuales. «No ha tenido ni el cuajo de presentarse en el Congreso y votar a favor de la reforma de la ley del sólo sí es sí». En este momento Sánchez aseguró que ganará las elecciones el próximo 23J, lo que fue aprovechado por Feijóo para reiterarle su pacto para que gobierne el líder más votado.

Una propuesta que llevó escrita al plató y que el líder socialista no aceptó, pese a que el popular se la propuso una y otra vez. «Hable usted con Fernández Vara», replicó insistentemente Sánchez, recordando a Feijóo el pacto del PP con Vox en Extremadura. El líder popular no se arrugó. «Ya está con la cantinela de Vox; lecciones de pactos ninguna», reaccionó, tras recordar la alianza del PSOE con Bildu y el 26 aniversario, ayer, del secuestro de Miguel Ángel Blanco. Feijóo también utilizó el choque del PP y Vox en Murcia consumado ayer en Murcia con la investidura fallida de Fernando López Miras , para prometer que él quiere ser presidente «pero no a cualquier precio».

Aquí Sánchez reaccionó acertado leyendo los cargos de Vox que ponen en duda la violencia de género y que han llegado a las instituciones tras pactar con el PP, y retando a Feijóo a señalar los miembros de Bildu que el PSOE ha colocado en el poder. Desde aquí argumentó que el PSOE no gobierna con Bildu pero el PP sí lo hace con Vox. Además, sorprendió a Feijóo al exigirle que condene el eslogan «que te vote Txapote», leyendo una carta de Consuelo Ordóñez -hermana de Gregorio Ordóñez, a cuyo asesinato contribuyó ese etarra- en la que critica su uso. Feijóo evitó desmarcarse del eslogan.

En el minuto de oro, Sánchez remarcó el mantra que viene centrando su campaña de que no es el poder lo que está en juego España sino la propia democracia, augurando un retroceso de derechos y libertades si gana el PP y debe pactar con Vox. Feijóo, por su parte, se mostró como única alternativa al actual jefe del Ejecutivo y única posibilidad de voto útil para quien no quiere ver a Vox en el Gobierno.

 

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