Felipe González y Alfonso Guerra se reencuentran para reivindicar el viejo PSOE

Felipe González y Alfonso Guerra marcaron una era en el PSOE y en España desde la Transición a la democracia a finales de los años setenta del siglo pasado hasta finales de esa misma centuria, cuando abandonaron sus responsabilidades al frente del partido y del Gobierno. El camino que recorrieron fue muy largo, y no pocos sus desencuentros a lo largo de los años. Nunca fueron amigos personales, según han ido confesando ambos en distintos libros de memorias, propias o por persona interpuesta, pero formaron un tándem político de renombre en la calle Ferraz y en Moncloa.

Este martes han vuelto a reencontrarse en Madrid, en la presentación en la Fundación Giner de los Ríos del libro ‘Aquel PSOE. Los sueños de una generación’, escrito por el exministro socialista de Presidencia, Virgilio Zapatero, prologado por el propio Guerra y editado por Almuzara, la editorial que dirige el exministro del Partido Popular (PP) Manuel Pimentel, presente en el acto, al igual que otros exministros socialistas como José Luis Corcuera, José Barrionuevo, Gustavo Suárez Pertierra o Carlos Solchaga, así como otros antiguos dirigentes como el ex líder del PSE, Nicolás Redondo Terreros. En la mesa presidencial, junto al autor y el editor Pimentel, han estado para presentar la obra Guerra y la que fue portavoz del Gobierno de González, Rosa Conde. En primera fila, a escasa distancia, con bastón, González, que ha sido el primero en abandonar el acto en una abarrotada sala, en la que el único dirigente actual socialista era el líder de la formación en Madrid, Juan Lobato.

El expresidente ha podido escuchar a su antiguo número dos, cuya ausencia dijo lamentar el pasado otoño, cuando compartió en Sevilla un acto con motivo del 40 aniversario de la victoria de 1982 junto a Pedro Sánchez, quien decidió excluir al exvicesecretario general de los fastos conmemorativos de aquella histórica mayoría absoluta.

El actual líder del PSOE no ha sido mencionado en toda la tarde, pero tampoco hizo falta. Guerra ha hecho algún inciso en su largo elogio del libro de Virgilio Zapatero -no menor que el de Rosa Conde, que le precedió en el uso de la palabra- para arremeter veladamente contra el actual Gobierno y su política de alianzas. En concreto, y con su habitual tono mordaz, ha criticado las recientes palabras sobre Bildu del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín. «Hemos leído que quienes salvaron vidas no fueron los sanitarios en la pandemia, sino quienes se acaban de quitar el pasamontañas», ha aseverado en una clara alusión a los de Arnaldo Otegi, líder del antiguo brazo político de ETA, que fue celebrada por buena parte del público. Guerra ha dicho también que en la actual coyuntura política, a un mes de las próximas elecciones, «los dos grandes partidos políticos se vuelven hacia los extremos, engordando así a partidos que están en contra del modelo de sociedad que describe la Constitución», ha sentenciado.

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Virgilio Zapatero no ha sido tan explícito, pero tampoco se ha quedado atrás. Ha reivindicado a un PSOE «fiel a su historia» que no olvide, remarcó en varios momentos de su intervención, «su condición de partido constituyente», en referencia a su papel en la redacción de la Carta Magna en 1978. Y ha lamentado algunas conductas del partido, singularmente, ha apuntado, «nuestro silencio sobre España como nación».

Igualmente, y dirigiéndose a González y Guerra, Virgilio Zapatero ha ironizado sobre el hecho de que al culminar el texto constituyente del 78 se debería haber elaborado «un manual de instrucciones» que dijera, ha sintetizado: «Ojo: esta Constitución no funciona con bloques. Como vemos en la actualidad, porque mientras se mantengan los bloques, veremos que se van gripando los órganos constitucionales», ha concluido el exministro.