CorrupciónDemocracia y PolíticaÉtica y Moral

Félix de Azúa: El ejemplo de los mayores

«La presencia constante de la idiotez y la delincuencia en los mandatarios repugna, pero sobre todo aplasta cualquier intención de mejorar la sociedad»

El ejemplo de los mayores

Uno de los leones de bronce que flanquean la entrada del Congreso de los Diputados. | Rafesmar (Wikimedia Commons

 

Corpus Barga tituló uno de sus mejores libros como Puerilidades burguesas eso es lo que tenemos nosotros ahora en el lugar donde se debería defender el bienestar y la dignidad de los españoles, es decir, las Cortes o el Congreso, ese palacete con dos leones de bronce que guardan la entrada.

Pues ahora hasta los leones se avergüenzan de trabajar allí porque aquel lugar que debería ser un ejemplo de sabiduría y voluntad de justicia es, francamente, un patio de colegio, un centro de puerilidades burguesas al que mi colega Cebrián llama «un putiferio»Allí se reúne una gente con una media de 13 años de edad por cabeza para insultarse y armar bulla. Sueltan a los matones de cada grupo y se dedican a machacar a los que creen más débiles del otro. Sólo les faltan las litronas para ser la perfecta encarnación de nuestra menos respetable juventud.

Yo más bien diría que la juventud, la verdadera, está tan avergonzada de nuestros representantes como los leones y que cada vez con mayor intensidad y cantidad se están pasando, o bien a los partidos radicales de la extrema derecha, o a cuidar del jardín, es decir, el fútbol, como recomendaba Voltaire en tiempos turbulentos.

Cuando las clases dirigentes se convierten en un desecho residual de estupidez, analfabetismo, incompetencia, grosería y agresividad, lo mejor es desviar la mirada, abandonar la taberna de los tocadores de cojones (son palabras del presidente) y ponerse a trabajar en asuntos más serios. No es fácil hacerlo porque nuestros dirigentes nos animan a robar, estafar, mentir y ganar al póker haciendo trampa. Consejos que es mejor seguir, si y sólo si, uno está aforado.

En el último de sus excelentes artículos, mi maestro de cuando estudiaba en la universidad madrileña, Antonio Elorza, ya lo decía: uno de los efectos más destructivos del fascismo es el de provocar la apatía entre los súbditos sometidos al régimen. La presencia constante de la idiotez y la delincuencia en la persona de los mandatarios, repugna, pero sobre todo aplasta cualquier intención de mejorar la sociedad.

«Volvemos a tener una mafia de corruptos, iletrados y ladrones como cúpula del Estado»

La culpa de semejante catástrofe está doblemente repartida. Sin duda es el Gobierno y los múltiples círculos que se alimentan de nuestros impuestos los que llevan la mayor culpa, pues ellos son quienes deberían dar ejemplo. Por desgracia, volvemos a tener una mafia de corruptos, iletrados y ladrones como cúpula del Estado. En pocas palabras, hemos vuelto al franquismo, pero ahora de la mano de las oligarquías vasca y catalana, así como de los grupúsculos comunistas y de extrema izquierda más incompetentes.

Parece como si estuviéramos condenados a sufrir caudillos, corrupción y bandas de la porra en permanencia, siglo tras siglo. Una condena muy típica de la leyenda negra, pero que, para nuestra desgracia, se está llevando a cabo ante nuestras narices. Y sin posibilidad de reacción.

Por eso tampoco la oposición está libre de culpa. Sólo ahora ha declarado Feijóo que va a preparar un programa que «devuelva la esperanza a los españoles». ¡Cielo santo! ¡Siete años después de que el tabernario se hubiera hecho el amo de la cosecha! ¿Y ahora se despierta? Hay en su partido gente de muy elevada cualificación, a la cual, por cierto, se empeñan en hundir para que no se vean sus cabezas, pero hasta ahora el partido ha estado controlado por auténticos zotes.

¿Serán capaces, estos holgazanes, de sacudir la apatía de los españoles? Espero con el mayor interés el programa del PP, ¡después de siete años de caudillismo franquista! Supongo que no soy el único, aunque debo decir que, según mi experiencia, la mayor parte de la gente que al principio se llevaba las manos a la cabeza cada vez que Sánchez corrompía un poco más la democracia, ahora sólo se las llevan a los bolsillos para proteger los billeteros de la nube de parásitos que ha colocado ese insensato en los puestos de mayor responsabilidad, que es allí donde pueden sacar mayor tajada personal. Nube de moscas corruptas sobre las cabezas de los leones.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba