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Félix Haydar: Tirano, todo al que dejen

¿A qué les sonaría si les dijera que cuando el tirano usurpó el poder y desconoció la constitución, un joven se atrevió a enfrentarlo, haciendo uso de las vías legales que a su mano tenía, pero los coactados entes de justicia determinaron que la demanda era infundada. Además, las marchas en contra del usurpador se presentaban pacíficas ante la reacción violenta de los entes del estado?

Eso me suena a Venezuela, a Maduro, a Guaidó, etc. Pero no, el usurpador fue Batista, por allá en 1952, la constitución desconocida fue la cubana, la marcha pacifica fue la de las Antorchas y quien recibió los portazos de las vías legales fue Castro. Fue apresado y volvió en su “Granma”, a tomarse por las armas lo que Batista les había quitado: La democracia, la libertad, los derechos civiles, etc.
Fulgencio Batista
Sí, ya sé que entre Batista, quien se tomó el poder gracias a un golpe de estado, y Maduro, quien se lo tomó gracias a trampas, abusos y huecos de la democracia, hay una diferencia. Trampas sistemáticas las hay en muchos de nuestros procesos electorales, pero los dos usurparon el poder, levantaron las armas contra el pueblo y los dos le torcieron el pescuezo a la Constitución y las leyes, a pesar de haberlas hecho a su medida.
Ahora, tampoco creo que Guaidó termine siendo Fidel, espero que no. Desde el inicio me ha despertado simpatía y admiro su heroicidad, pasearse por Venezuela diciéndole usurpador a Maduro,  acorralando al (¿semi?) dictador y proclamarse presidente, no es cosa pequeña. Él y su familia están expuestos. Ya antes vivió el encarcelamiento de Leopoldo López, que en su momento tenía más charreteras que él. Unificó y rejuveneció a la oposición, se ganó el respaldo internacional y le quitó la fuente de dinero que alimenta al régimen. Y lo que más me llama la atención y que lo diferencia de aquel joven Fidel, Guaidó ha evitado estoicamente caer en la respuesta violenta. Tal véz, sabe que por ese camino pierde, pero para mí, como colombiano, el clamor pacifista del venezolano va desde la admiración hasta la incomprensión. Si logran sacar a Maduro a punta de cacerola y guitarrita, me quitaré el sombrero y desearé que al menos les otorguen, no a Guaidó, a todo el pueblo en general, el premio Nobel de Paz. Y es que la solución debe ser de todos, bajo el liderazgo de Guaidó y otros que ayuden a construir.
Vuelvo a Cuba, Fidel recibe la posta de la oposición, se convierte en el líder que luchará contra el tirano, era la época de los dictadores y las luchas armadas. Luego de un carcelazo y un indulto, se levanta en armas, despierta el espíritu revolucionario de sus golpeados conciudadanos y no solo se toma el poder, se toma la admiración, fanatismo, de su pueblo. Con el poder, el buen Fidel, toca las puertas del apoyo gringo, recibiendo un portazo en la nariz. Corre a los brazos rusos, se proclama comunista y cambia el rumbo de la isla y de su revolución misma. Pasa de poder ser un dictador de derecha a uno de izquierda, porque con el poder concentrado, dictador iba a ser.
Y aquí llego al punto que quería llegar, toda persona que se llena de poder, que arrodilla los contrapesos y se sabe por encima de la ley, se vuelve un tirano.
Los gobernantes son la representación de su pueblo. Y muchos brincarán a decir no sentirse representados por Duque, o Maduro, los Castro o Trump. Pero yo les diré que tal vez no representarán particularmente a ninguno, pero sí a la sociedad que somos. No es casualidad que tipos de todas las calañas pasen por el poder y todos hagan lo mismo. La «malicia indígena», «ud. no sabe quién soy yo», «la ley del vivo», «papaya puesta», todos actuamos igual, proporcional al poco o mucho poder que tengamos.
Fidel, el revolucionario, terminó siendo el más antirrevolucionario, con un ejército de canallas que cogen a patadas a las Damas de Blanco. Creó una sociedad de chivatones, igualó por lo bajo a los cubanos y con eso le quitó la iniciativa al individuo. Se come el mismo pancito el neurocirujano que trabaja 20 horas, que el marihuanero del parque. Acabó con la iniciativa privada y convirtió a Cuba en una rémora de quien lo mantenga. Por devolver la dignidad a su pueblo, terminó generando el sistema de jineteras más mal pago del mundo. Fidel actuó como el padre que le da justo lo básico a su hijo, pero le pega y coacciona para que nunca se atreva a desear algo más; el cubano estudia, pero no sabe para qué; el cubano nace, crece, sobrevive y muere.
Venezuela va a salir de su Maduro algún día, no sé si pronto, ojalá, pero lo importante es que su sociedad haya aprendido la lección, como la tenemos que aprender todos en Latinoamérica. Que el remedio no sea peor que la enfermedad. La sociedad debe estar por encima del gobernante, no al revés. La ley y las oportunidades deben ser iguales pa’ todos.
Tenemos que ser cívicos, hacer respetar nuestros derechos, pero sobre todo respetar el derecho de los demás. Si algo tiene el gringo, en su país, es que antes que limpiar su casa, limpia su antejardín, es que con eso mantiene el vecindario, su casa adentro es su problema.

Queremos un cambio, queremos que todos cambien, pero sin cambiar yo, así nada cambia.

#PensandoPendejadas
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