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Fred Astaire, una vez más…

En América 2.1 hemos publicado diversas notas sobre Fred Astaire, ese mago de la danza (además de cantante, actor y coreógrafo) que George Balanchine, el Director del ballet de Nueva York por 35 años (y uno de los más influyentes coreógrafos del siglo XX), llamara «el mejor bailarín del mundo». Para el bailarín Rudolph Nureyev fue «el mejor de la historia».

Astaire había nacido en Nebraska el 10 de mayo de 1899. Por parte de padre, católico austríaco, por su madre, luterano alemán. En 1912, junto con su hermana Adele (quien fuera su primera pareja de baile), entró en la iglesia episcopal; ¡lo que hacen los hijos por llevarle la contraria a sus progenitores!

 

Fred y Adele Astaire

 

A Astaire se le reconocen dos importantes innovaciones en las películas musicales: primero, su insistencia en que la cámara (casi estacionaria) filmara una rutina de baile en una única toma, si era posible, mientras mantenía a los bailarines en el encuadre durante todo el tiempo; En segundo lugar, fue firme en que todas las canciones y rutinas de baile estuvieran integradas suavemente en el argumento de la película, ayudando así a que la historia avanzase. Habitualmente, una película de Astaire incluía una interpretación individual para el bailarín, una rutina de baile de comedia en pareja y una rutina de baile romántico en pareja. Era, sobre todo, un gran perfeccionista.

Cuatro palabras que se asocian con su baile son:  elegancia, gracia, originalidad y precisión.

Si bien pocos ponen en cuestión que su mejor pareja fue Ginger Rogers (en diez películas, entre los mejores musicales de siempre), hay otras que no se quedan atrás, como  Eleanor Powell  (la primera que hiciera una película con Astaire en la era post-Rogers), y para muestra este maravilloso botón, de la película  Broadway Melody of 1940 (que no me cansaré nunca de ver) «Begin the Beguine» de Cole Porter:

 

 

 

 

Frecuentemente me he encontrado con personas que si bien le reconocen a Rita Hayworth muchas de sus cualidades más obvias, olvidan que era una gran bailarina, de las Grandes Ligas. Y en esta escena con Fred Astaire lo demuestra (la canción es «The Shorty George», del filme «You Were Never Lovelier«, 1942):

 

 

 

¡Tomen su tomate algunas de las supuestas «estrellas» de décadas posteriores! (incluyendo, obviamente, la actual).

Pero la nota de hoy tiene como motivo fundamental mostrar a nuestro bailarín, de 70 años, en los premios Oscar de 1970. Luego de entregar un galardón junto a Bob Hope -quien le dice que sabe que Astaire ya no baila, que está retirado y le pregunta el porqué de su retiro- Astaire responde casi con resignación. Hope insiste: «Nunca has bailado en una entrega de premios de la Academia». Veámoslo, a sus 70 años, supuestamente incapaz de bailar…

 

 

 

 

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