Democracia y Política

Fricciones dentro de la oposición en Cuba

La reciente renuncia de 34 miembros de la organización Damas de Blanco en el Oriente del país es una llamada de atención sobre los retos que enfrenta la oposición cubana.

Belkis Cantillo renunció el 17 de agosto como representante de las Damas de Blanco en la región oriental tras desencuentros con Berta Soler, líder de esa organización y a la que responsabiliza directamente de su decisión.

Existen al menos tres zonas de fricción entre ambas mujeres: las relaciones de la rama oriental de las Damas de Blanco con la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en ese territorio, dirigida por la ex pareja de Cantillo, José Daniel Ferrer; el crecimiento de la organización y el comportamiento de Denia Fernández Rey, una Dama de Blanco acusada por Ferrer y Cantillo de ser agente de la Seguridad del Estado y de provocar indisciplinas para desacreditar al grupo opositor.

Cantillo dijo a el Nuevo Herald que Soler no atendió a sus denuncias sobre esta situación. “Ella vino de la Habana a botarme de representante y las mujeres no aceptaron eso”, comentó Cantillo, quien agregó que Soler “nunca quiso que lucháramos junto a la UNPACU” y que Ferrer no había influido en su decisión.

“Las Damas de Blanco solas no vamos a democratizar a Cuba, eso tiene que ser una unión de todas las organizaciones”, enfatizó Cantillo, quien informó además de una reunión el próximo miércoles con las 34 mujeres para decidir si iban a crear un nuevo movimiento.

Interrogada sobre las posibles repercusiones de esta escisión para la oposición cubana, Cantillo dijo no “tener argumento sobre eso”, aunque enfatizó que iba a “seguir luchando. No voy a quedarme de manos cruzadas ni irme del país”, aclaró.

En conversación con el Nuevo Herald, tanto Soler como Ferrer aseguraron que las Damas de Blanco y la UNPACU tenían las mejores relaciones.

Ferrer, sin embargo, explicó desde Santiago de Cuba que Fernández Rey había sido expulsada de la UNPACU el año pasado, mientras las Damas de Blanco se negaron a hacerlo, lo cual había provocado un “conflicto de intereses”.

El movimiento de las Damas de Blanco fue fundado originalmente por Laura Pollán para abogar por la liberación de los opositores encarcelados durante la llamada Primavera Negra en el 2003. En el 2005 recibió el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia otorgado por la Unión Europea pero que no pudo ser recogido por Berta Soler sino hasta el 2011. Ferrer reconoció que se trataba de una de las organizaciones más activas y que más simpatía generaba entre los cubanos, pero que no prestaba debida atención “a la inteligencia del régimen”, que se dedicaba a “infiltrar agentes” para “dividir, calumniar y frustrar la labor pública de las organizaciones opositoras”.

Ferrer lamentó que esta división ocurra en un momento en que este movimiento estaba creciendo en Santiago de Cuba. “Había que ver la reacción del pueblo cuando veía esa cantidad de mujeres vestidas de blanco marchando con su gladiolo en la mano. Y de ese grupo fraterno, sólido, solo quedan dos grupitos de menos de veinte personas, fraccionados, en Santiago y Palma Soriano; y podemos afirmar que están controlados por el Ministerio del Interior”, aseveró Ferrer.

Por su parte, Soler declaró que la partida de más de 30 miembros no afectaba al movimiento “para nada” y añadió: “Estamos buscando calidad, no solo cantidad. Nuestro movimiento está basado en mujeres que estén concientizadas, que no solamente quieran seguir un nombre o una persona”.

La líder de las Damas de Blanco publicó una declaración el 24 de agosto en la que alega haberse trasladado a Santiago de Cuba con el propósito de sustituir a Belkis Cantillo “por conducta negligente, tolerante, desvío de recursos y sospechas de ser orientada por personas ajenas a la organización”, aunque una vez allí se decidió darle “un voto de confianza”, según explica el documento. Sobre Fernández Rey, en la nota se aclara que se mantendrá dentro del movimiento porque no existen pruebas para sustentar las acusaciones contra ella.

En conversación telefónica, Soler insistió en que no se cometió ninguna injusticia en este caso. Las Damas de Blanco, aseguró, nunca “se prestarían para dañar a persona alguna” pero “las otras organizaciones no tienen derecho a inmiscuirse en nuestros asuntos”, dijo en alusión a la UNPACU.

“Investiguen dónde se grabaron los videos, quién los grabó y quién los editó. Ahí es donde está la respuesta de quién esta detrás de esto”, comentó.

Los videos en cuestión, disponibles en YouTube, muestran a varias de las ex Damas de Blanco explicando los motivos de su ruptura con ese movimiento y repitiendo en varias ocasiones que lo hacían porque “su líder, Belkis Cantillo”, había renunciado.

La respuesta a la interrogante lanzada por Soler la dio rápidamente Ferrer, quien explicó que las Damas de Blanco que se separaron pidieron ayuda a la UNPACU y que un camarógrafo y un editor de esa organización trabajaron en los videos, que fueron subidos luego a la internet por la hermana de éste, Ana Belkis Ferrer García.

Este incidente, sin embargo, no es un hecho aislado dentro del movimiento opositor cubano, que lleva décadas intentando resistir las presiones del gobierno cubano y a la vez articular un programa político que pueda recibir el apoyo de la mayoría de la población.

En declaraciones anteriores a la prensa, tanto Soler como Castillo se refirieron a que las autoridades cubanas aprovechan este tipo de enfrentamiento y acusaciones públicas entre los disidentes. Varios blogs oficialistas están actualmente reproduciendo un texto que desacredita a Ferrer.

Desde Miami, el Directorio Democrático Cubano emitió una declaración en la que asegura que “en Cuba las fuerzas de la resistencia interna están más unidas que nunca, han logrado una cohesión y sintonía extraordinaria mientras crece el descontento popular dentro de la Isla. Cualquier grupo humano en una lucha tan compleja como la que se libra en Cuba puede tener diferencias. La unidad no es la unanimidad, la unidad se da en la acción”.

Pero Héctor Palacios, que lleva dos décadas vinculado al movimiento por la defensa de los derechos humanos en Cuba y que fue uno de los 75 opositores procesados en el 2003, consideró sin rodeos que la oposición dentro del país estaba “fragmentada, porque cada grupo tiene sus intereses y es incapaz de dar un paso más para juntarse” y, citando a José Martí, añadió que “juntarse es la palabra de orden. Tú te juntas a partir de las cosas afines a todos los grupos, como es la libertad de Cuba y la democracia”.

En Cuba, dijo, “hay opositores, pero no oposición” y lamentó que esa fragmentación haya impedido canalizar el descontento de la población sobre las nuevas restricciones aduanales hacia acciones de otro tipo. “En cualquier lugar del mundo que hubieran hecho lo que están haciendo en el aeropuerto, con un pueblo que no tiene ni qué comer, hubiera habido un tremendo desborde social; sin embargo, no pasó nada porque la oposición no está unida”, reflexionó.

A su juicio, el otro reto que tiene la oposición es lograr su “vinculación con el pueblo, el único que puede cambiar la situación en la isla. Hasta que ese pueblo no tenga fe en esa oposición y a la vez ésta no los eduque para los cambios, estos no ocurrirán”, enfatizó Palacios.

Ferrer emitió una opinión semejante y se refirió a la incapacidad o falta de interés de las distintas organizaciones para coordinar acciones e incorporar experiencias efectivas. El líder de UNPACU subrayó que “cuando nos empecinamos en mantener los viejos paradigmas y estos demuestran patriotismo, heroicidad, sacrificio, pero no atraen pueblo, estamos obligados a modernizar nuestras estrategias”.

“Nadie se monta en un barco que le dicen se va a hundir a 15 millas de la costa. Así anda el pueblo cubano, deseoso de montarse en esa expedición a favor de la libertad y la democracia, pero quiere ver una buena embarcación, en este caso el movimiento opositor, y quiere ver buenos capitanes que sepan cómo navegar”, concluyó Ferrer.

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