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¿Ganar para qué?

El miedo a que Feijóo cometa el mismo error que Rajoy alimenta el caladero de votos de Vox

Si los últimos movimientos de Sánchez no bastaran para certificar que él mismo da por segura su derrota ante Núñez Feijóo, lo confirmaría la encuesta que ayer publicaba ABC. Y Michavila no falla; le avalan sus resultados, calcando la realidad demoscópica elección tras elección. El PSOE va a la debacle porque los españoles estamos hartos de mentiras y demagogia. Hartos de abusos de poder e invasión de las instituciones. Hartos de sectarismo. Hartos de un Gobierno entregado al arbitrio de minorías separatistas, dispuesto a sacrificar los más sagrados principios constitucionales con tal de sobrevivir. En definitiva, hartos de sanchismo.

Los comicios suelen perderse, rara vez se ganan. La victoria del PP anticipada en ese sondeo no responde tanto a la ilusión que puedan despertar su líder o su programa, cuanto a la aversión visceral producida por el presidente en un número creciente de ciudadanos. Del mismo modo que Rajoy obtuvo en su día una mayoría sin precedentes como consecuencia del castigo propinado a Zapatero, Feijóo será el máximo beneficiario del rechazo que Sánchez inspira a derecha e izquierda con su narcisismo, su autocomplacencia, su desprecio por las reglas de juego democráticas y sus trucos de trilero. Dicho de otro modo, heredará La Moncloa y una vez allí tendrá que demostrar si es merecedor o no de la confianza depositada en él. Su paisano, don Mariano, malinterpretó el mensaje al centrarse exclusivamente en la economía y dejar intacto el legado político envenenado de ZP. A resultas de ese error garrafal el centro derecha se dividió en tres y donde existía un único partido vencedor se crearon tres marcas perdedoras, una de las cuales, Ciudadanos, ha desaparecido del mapa cediendo sus votos y escaños íntegramente a la gaviota. Ahora la división se ceba en la izquierda, donde todo es mohína antes incluso de que falte la harina. Pero haría bien Feijóo en aprender del pasado a fin de evitar tropezar en la misma piedra. Porque en su espacio electoral existe un temor fundado a que se repita la historia. Un miedo que alimenta el caladero de votos Vox.

¿Para qué quiere ganar el candidato popular? Él mismo lo ha dicho: para derogar el sanchismo. ¿Cómo se propone hacerlo? Sería muy de agradecer que empleara estos cuarenta días en enumerar, uno a uno, los jalones de ese proyecto. Qué leyes serán abrogadas, cuáles sufrirán modificaciones y en qué consistirán concretamente esos cambios. Cómo se articulará exactamente la relación del Gobierno con los independentistas y dónde se colocarán las líneas rojas ante sus seguras exigencias. Si el aborto seguirá siendo un derecho indiscriminado de la mujer, aunque sea menor de edad, y si con el pretexto de combatir la violencia de género se seguirá hurtando al varón la presunción de inocencia. Todo eso y mucho más debe aclarar Feijóo antes del 23J, si aspira a mejorar incluso el augurio de GAD3.

 

 

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