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«Genocidio en cámara lenta»: siete de cada diez cubanos se privan de alguna comida diariamente y el 89% vive en la pobreza extrema

La única solución a esta pobreza generalizada sería una transición hacia «una economía de mercado, que respete la propiedad privada, la libre iniciativa, la seguridad jurídica y las inversiones extranjeras», afirma el OCDH

            Cubanos optan por vender mercancías en la calle en el centro de La HabanaREUTERS

 

Con una pensión de menos de seis euros al mes, Juan, de 60 años; no sobrevive ni tres días en Cuba; tiene graves problemas de salud y tampoco puede comprar sus medicinas porque son muy caras en el mercado informal y en las farmacias estatales no las hay, lo poco que consigue lo destina a su (mal) alimentación.

«Vivo hacinado en un barracón, en condiciones infrahumanas. Yo soy hijo de esta revolución y nací aquí. Mi casa se derrumbó debido a un ciclón hace años y el Gobierno no me ha ayudado ni nadie ha venido a preocuparse por mí. Me siento mal, y no hay trabajo, no hay nada, mi situación económica es precaria, bastante difícil», relató Juan.

Su testimonio forma parte de los más de 1.300 recopilados por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) en su Estudio sobre Derechos Sociales publicado este martes. Según el informe, la pobreza extrema en Cuba abarca al 89% de la población y los adultos mayores son los más afectados. Asimismo, sostiene que el 56% de las viviendas en la Isla necesita rehabilitación o reparación.

Las paredes de la vivienda de Juan son sacos, tablas, pedazos de tejas o lo que encuentre; el suelo es de tierra, el techo es de guano (pencas de palmas) por lo que la vivienda se moja completamente cuando llueve. No muy lejos de allí, Mirta, madre de tres niños menores de edad; tiene similares condiciones de vida. Para fregar o realizar cualquier labor en el hogar tiene que cargar agua de un pozo y su cocina consiste en unos pocos trozos de leña con las que hierve alguna vianda para alimentar a sus hijos: «Muchas veces no tengo qué darles de comer y entonces les preparo un poco de agua con azúcar, si hay azúcar».

Según el OCDH, siete de cada diez cubanos se privan de alguna comida diariamente debido a la falta de dinero o a la escasez de alimentos. «Es un genocidio en cámara lenta», sentenció Yaxis Cires, director de Estrategias del OCDH.

El alto coste de la supervivencia

El estudio reveló que los apagones constituyen el principal problema social que preocupa a los cubanos (72%); en algunas zonas del país se han llegado a reportar cortes de electricidad de hasta 42 horas continuas. La crisis alimentaria inquieta al 71% de los encuestados, seguido del coste de la vida (61%) debido a la creciente inflación (un euro se cotiza a 460 pesos cubanos en el mercado informal, lo cual marca un aumento de alrededor de un 40% en relación a hace un año), los salarios preocupan al 45% (el salario mínimo en Cuba es de menos de cinco euros al mes), y la sanidad y las medicinas, al 42%.

Según Food Monitor Program, para una dieta adecuada, dos personas en La Habana necesitarían 41.000 pesos cubanos (unos 90 euros), como mínimo. Sin embargo, el 74% de los hogares tienen ingresos inferiores a los 50 euros mensuales, según sostiene el OCDH.

En el mes de julio, la Ministra de Trabajo y Seguridad Social renunció tras el escándalo generado al afirmar que en Cuba no existían mendigos sino «personas disfrazadaque hacían de ello un modo fácil de vida». Para el OCDH, todo el régimen cubano se caracteriza por la desconexión y la indolencia con los problemas de la gente, obviando «la situación de miseria en la que se encuentran la mayoría de los cubanos, para los cuales conseguir un plato de comida o una medicina es un acto heroico».

No en vano, según detalla igualmente el estudio, el 78% de los entrevistados quiere emigrar al extranjero o conoce a alguien que quiere hacerlo, y el 34% de quienes quieren emigrar lo harían hacia «cualquier sitio adonde pueda salir», lo cual indica «la urgencia o gravedad de la situación actual». El estudio demuestra también que, en su mayoría, los cubanos rechazan al castrismo: «La desaprobación del Gobierno se ubica en torno al 92%, mientras que la valoración favorable es del 5%».

La única solución a esta pobreza generalizada y grave crisis de los derechos sociales –afirma el OCDH– sería una transición hacia «una economía de mercado, que respete la propiedad privada, la libre iniciativa, la seguridad jurídica y las inversiones extranjeras», lo que debe, a su vez, «ir acompañado de una alta sensibilidad social y de políticas públicas que apoyen a los más necesitados».

 

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