Geografía de lo desconocido
La Biblioteca Nacional muestra cómo los cartógrafos imaginaron las tierras ignotas a lo largo de la historia.
A principios de 2017 se realizaron dos importantes descubrimientos: uno, astronómico, cuando se identificaron siete nuevos exoplanetas; otro, geológico porque se encontraron certezas de Zelandia, un continente sumergido hace unos cien millones de años.
Todavía en pleno siglo XXI quedan terrenos ignotos. La exposición Cartografías de lo imposible muestra en la Biblioteca Nacional, a partir del 3 de noviembre, cómo la geografía clásica desplegó una rica imaginación para representar lo desconocido. A través de 200 piezas (mapas, cartas náuticas, mapamundis o atlas) se admira el ingenio con el que los cartógrafos medievales renacentistas, de la Ilustración y del siglo XIX rellenaron los espacios en blanco del mundo e incluso se aventuraron a ilustrar territorios más inexpugnables como la Luna o el centro de la Tierra. Sus recreaciones son importantes instrumentos científicos y a la vez obras de arte.
África y sus gentes
Los mapas orlados rodean el terreno cartografiado con planes de ciudades y retratos de sus pobladores. Este, de 1667, es obra del cartógrafo holandés Jean Blaeu.
La Luna, con todo tipo de detalle
Superficie de la cara visible de la Luna, ilustrada en 1880 por el cartógrafo alemán Adolf Stieler.
Desiertos en blanco
Mapa del mundo que deja en blanco los territorios aún por conocer. Lo dibujó, en 1592, el geógrafo flamenco Abraham Ortelius.