DeclaracionesEconomíaEleccionesPolítica

Gerardo Varela: “Las ideas del Frente Amplio combinan lo peor de Pablo Iglesias y Donald Trump”

El ex ministro de Educación y candidato al Consejo General de la Sofofa se refiere a las ideas de la coalición de Gabriel Boric, las que tilda de “una amalgama de fascismo nacionalista y comunismo económico”. El abogado ha sido parte de los detractores de la propuesta del abanderado presidencial de la obligatoriedad de incluir a los trabajadores en los directorios. En entrevista con El Líbero profundiza su postura y agrega “cada empresa debe darse la administración que mejor convenga a su industria y negocio”.

 

El abanderado presidencial de Convergencia Social y Revolución Democrática, Gabriel Boric, lanzó una polémica propuesta hace una semana: “Que los directorios de las grandes empresas tengan una participación de los trabajadores equivalentes a la representación que tienen los accionistas, y que exista paridad de género en su composición”.

Tal planteamiento generó un intercambio epistolar en las cartas al director del diario El Mercurio. Detractores y adherentes han presentado sus argumentos. En el primer grupo se encuentra el ex ministro de Educación, candidato al Consejo General de la Sofofa y director de empresas, Gerardo Varela, que en una misiva enviada el 23 de marzo alude a la importancia de respetar “el conocimiento que cada dueño tiene de lo que es mejor y que más le conviene a su empresa”; y quien dos días después planteó que estar en desacuerdo no significa “atrincherarse”; sino que simplemente consiste en no compartir “una mala idea”.

En entrevista con El Líbero el abogado aborda el origen de la propuesta del candidato a La Moneda, y profundiza en los argumentos que sustentan su rechazo. Partiendo por el hecho de que se trata de una visión “obsoleta” y “retrógrada” del mundo y de la economía, que no ha tenido buenos resultados. “No hace a nadie más feliz y a todos los hace más pobres”.

 

-Usted plantea que la idea de Gabriel Boric no es nueva. ¿Cuál es el origen de esa propuesta?

-¿Cuál es la parte novedosa de esta idea? Trabajadores en directorios hay en ENAP y Codelco; integración femenina hay en muchos directorios, incluso en el Colegio de Abogados y ahora en la convención constituyente. Expropiar el control a los dueños viene del fascismo italiano, de los soviets rusos y lo hemos visto en Cuba y Venezuela. La reforma agraria sesentera tenía que ver con la idea que la tierra es para quien la trabaja, la revolución zapatista era más de lo mismo. En las universidades hace rato que la izquierda promueve la administración tri-estamental y así podríamos nombrar muchas variaciones. Todas tienen en común que siempre producen los mismos resultados: no hace a nadie más feliz y a todos los hace más pobres.

Las empresas requieren mucha inversión e innovación y las empresas que hoy parecen liderar mañana desaparecen. Ahí están Kodak, Sears, etc, líderes en su época hoy extintas. Cada empresa debe darse la administración que mejor convenga a su industria y negocio. Eso no lo deben decidir los políticos, menos con cosas ajenas que no les pertenecen y que además no entienden ni conocen.

-La idea promovida por Boric tuvo cierta acogida en sectores que no son precisamente del Frente Amplio. Intelectuales identificados con ideas de derecha han dicho que esta medida de “integración entre capital y trabajo” le haría bien al país. Usted no piensa lo mismo. ¿Por qué?

-El trabajo y capital está integrado hace mucho rato y ocurre en las empresas; que los intelectuales y los políticos no se hayan enterado o no lo entiendan no implica que no exista ni esté ocurriendo. Las malas propuestas generan malas preguntas y malos debates. Esta es una mala propuesta que partió sobre la base equivocada. Salvo honrosas excepciones, los empresarios son malos filósofos y los intelectuales malos empresarios.

Los intelectuales tienen su lugar en este mundo y no eligieron ser empresarios, eligieron dedicarse a pensar y escribir. Ellos no vibran, ni los motiva el trabajo práctico y empírico. Ellos habitan en el mundo de las ideas abstractas y la reflexión teórica. Acá estamos hablando del mundo real con empresas, problemas, necesidades y personas reales. Hay que mostrar un poco de respeto por los que se han arriesgado, han fracasado y se han levantado para tener éxito en una actividad empresarial. Los empresarios tienen una inteligencia aterrizada poco dada a la elucubración teórica y muy dada a la ejecución práctica. Al enfrentar a una crisis, mientras el intelectual está pensando el empresario está actuando y tomando decisiones. Mientras los empresarios juntaban 100 millones de dólares para ayudar en la pandemia, trayendo respiradores, mascarillas, etc, los intelectuales se preguntaban de qué manera este virus iba a cambiar nuestra forma de ver la vida.

A los diputados les interesa la próxima elección, no el largo plazo. Por eso es que la Constitución le entregó al Presidente, que no puede reelegirse, la iniciativa exclusiva tributaria”.

Escuchar a los intelectuales, cuya función es generar ideas es bueno, pero como toda idea debe contrastarse con la realidad y evaluarse sobre bases empíricas. No olvidemos que los intelectuales no sufren el costo de estar equivocados cuando sus malas ideas producen efectos nocivos no deseados. A los políticos les pasa algo parecido con sus propuestas, rara vez se hacen responsables o sufren las consecuencias de los efectos que ellas tienen en el mundo real. A los empresarios, por el contrario, si adoptan malas ideas o toman malas decisiones, pierden plata, mercado, clientes, incluso su empresa.

Hay empresas como las sociedades de profesionales donde los propios trabajadores son dueños y administran. Hay empresas sin dueño o con dueños difusos como las estatales donde los trabajadores participan en los directorios. A mi me parece que cada empresa debe darse la organización que mejor convenga a sus intereses y si ésta considera que los trabajadores deben tener el control bienvenida sea; pero sin obligaciones impuestas por personas que no sufrirán el costo del error.

“Esta es una discusión política llevada adelante por gente que no es empresaria”

 

-En entrevista con El Líbero, el ex ministro Alejandro Ferreiro, presidente del Observatorio Fiscal, dice que le parece un exceso la integración paritaria de los directorios. Pero la tesorera de la misma entidad, Jeannnette von Wolfersdorff, opina distinto. ¿Qué explica esta aparente confusión?

-Lo que ella dijo es distinto: ella señaló que en Alemania, los directorios de supervisión, donde tienen participación los trabajadores, (y que no es el directorio ejecutivo -vorstand-) a veces tenían opinión en la designación del gerente. No dijo que debía ser paritaria, ni menos que se podía expropiar sin más el control de una compañía. No le escuché decir a ella que esta idea es buena siempre y en todo lugar. Las empresas son muy variadas y complejas, se desarrollan en ámbitos diferentes con dinámicas competitivas muy distintas, crecientemente integradas al mundo. Es muy distinta una empresa de medios de comunicación de una empresa frutícola; y una empresa de electricidad de una empresa de profesionales.

Lo más inquietante en todo esto es la cantidad de ideas que tenemos sobre cómo los demás deben administrar sus cosas. Nadie aceptaría que los políticos nos dijeran como debemos comportarnos en nuestras relaciones de amistad, familia y al interior del hogar. Pero cuando se trata de la familia teórica o de un hogar ajeno toleramos e incluso aventuramos opiniones sin pudores. Usted, yo o cualquiera puede hacer una empresa y organizarla de manera que la administración quede en manos de terceros. La pregunta es por qué obligar al resto.

Cada empresa debe darse la administración que mejor convenga a su industria y negocio. Eso no lo deben decidir los políticos, menos con cosas ajenas que no les pertenecen y que además no entienden ni conocen”.

-Como candidato al Consejo General de la Sofofa, ¿cómo ve que las empresas se están tomando esta discusión, considerando que estamos en medio de un proceso constituyente?

-Las empresas tienen hoy preocupaciones gigantescas a propósito de la pandemia y el estallido social. Esta es una discusión política llevada adelante por gente que no es empresaria. Las empresas hoy están en modo sobrevivencia y sus mejores energías están dedicadas a mantenerse a flote, asegurar su continuidad operacional y mantener el empleo. Por el contrario, en cuarentena, los intelectuales tienen más tiempo que nunca para filosofar; pero denle un respiro a la empresa y los empresarios que están en otra.

Cualquiera que haya estado en una empresa sabe que se requiere unidad de mando. Ya lo decía Napoleón: ‘Prefiero un general malo que dos buenos’. La decisión más importante de un directorio es nombrar al gerente y la segunda removerlo. Es el gerente general el que debe mandar en el día a día de la compañía. Si no sabe, no escucha y fracasa hay que cambiarlo, pero lo peor es poner dos, tres o cuatro personas a administrar. Cuando las empresas se organizan como sociedades anónimas, estas tienen una determinada estructura en que los dueños, los gerentes y los trabajadores tienen un rol distinto, cada uno importante pero complementario. Cuando actúan alineadamente, en busca de un objetivo claro y conocido, en general tienen éxito. No siempre es bueno que el dueño sea gerente, que el gerente sea director, que el presidente del sindicato sea gerente y que éste participe del sindicato. Son roles y funciones distintas.

A nadie se le ocurriría decir que en un equipo de fútbol el presidente debe jugar de arquero, el goleador de entrenador y el lateral derecho de gerente de finanzas. La política es el ejemplo de mala administración. El Presidente propone algo, el Congreso no lo apoya, los partidos se van por la libre y cada dirigente juega su propio partido. ¿Resultado? Al final se hace poco y nada y la gente se frustra. Esto no siempre fue así y el gran responsable fueron malas reglas que los mismos políticos se dieron. ¿Será que están tan satisfechos con los resultados que ahora quieren crear reglas de administración para las empresas?

Expropiar el control a los dueños viene del fascismo italiano, de los soviets rusos y lo hemos visto en Cuba y Venezuela”.

-La propuesta de Boric se suma a otras iniciativas recientes del mundo FA-PC, como establecer un royalty minero, que logran apoyos y votos de parlamentarios de derecha. ¿Cómo lo interpreta?

-La interpreto como otra de las muchas malas y obsoletas ideas del Frente Amplio que muestran una visión retrógrada, estática y nacionalista del mundo y de la economía. Sus ideas combinan lo peor de Pablo Iglesias y Donald Trump, son una amalgama de fascismo nacionalista y comunismo económico. Y lo interpreto como la confusión intelectual en que han caído miembros de la derecha que se suman a una manada populista. A los que escuchan al Frente Amplio les digo que vayan a Valparaíso, que vayan a Venezuela, que lean a David Landes, a Acemoglu y Robinson, a Pinker, en fin, a muchos que han escrito sobre la causa y origen de la riqueza y desarrollo de los países. Basta comparar los casos de Jamaica y Singapur, dos islas que se independizan de la corona británica en los años sesenta, con el mismo ingreso per cápita. Hoy Singapur es el país más rico del mundo y Jamaica sigue entre los países en desarrollo. Sirve comparar Argentina con Canadá o Australia, ricos en tierra, poblados de inmigrantes y con el mismo PIB per cápita en 1900. ¿Qué hicieron bien Canadá y Australia que no hizo Argentina? Lo mismo comparar a Cuba con España que el año 1960 (año de la revolución cubana) tenían el mismo ingreso per cápita y miren donde están hoy. Todo ese conocimiento está disponible, incluso en Internet y no es neoliberal estudiarlo.

A los políticos les pasa algo parecido con sus propuestas, rara vez se hacen responsables o sufren las consecuencias de los efectos que ellas tienen en el mundo real. A los empresarios, por el contrario, si adoptan malas ideas o toman malas decisiones, pierden plata, mercado, clientes, incluso su empresa”.

Este Royalty es una mala idea. Hoy hay precios altos de un producto, mañana no. No cuesta nada abusar tributariamente de una empresa establecida que no tiene alternativa más que pagar. Por eso es que la democracia impone ciertos límites legales al abuso de mayorías y al oportunismo electoral. La pregunta es si un abuso tributario de este tipo atrae a nuevas empresas o disuade su ingreso. Chile se desarrolla con base en nuevas inversiones y de crear riqueza y no a base de exprimir la que existe y disuadir nuevas inversiones. Pero a los diputados les interesa la próxima elección no el largo plazo. Por eso es que la Constitución le entregó al Presidente, que no puede reelegirse, la iniciativa exclusiva tributaria.

Alguna vez le escuché a un diputado del Frente Amplio decir que ellos no discuten de economía porque el tema les parece neo-liberal. Eso explica su ignorancia en cuestiones elementales de economía y políticas públicas. El problema de la escasez derivado de que existen necesidades ilimitadas y recursos escasos está en la Biblia y es el centro de la ciencia económica, discutirlo no es neoliberal ni el problema lo inventó el neoliberalismo.

Las ideologías son omnicomprensivas, quieren meterse en la familia, el deporte, el sexo, la empresa y la religión. Ninguna área de la actividad humana queda fuera de ellas. Por eso es que es tan peligroso esta izquierda progre moderna, porque no respeta al ser humano, su naturaleza, sus preferencias personales y familiares. Tampoco respeta la ciencia y la evidencia, sólo se guía por slogans, ‘narrativas’ y relatos, ninguno de los cuales es demasiado novedoso ni menos exitoso.

 

 

 

Botón volver arriba