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Grupo de Puebla: la izquierda bolivariana coge aire arropada por Zapatero

El expresidente español detalla una hoja de ruta para alejar a Iberoamérica de EE.UU. y acercarla entre otros a China. Los ponentes defienden la creación de un nuevo organismo multilateral de izquierda que desbanque a la OEA

El llamado Grupo de Puebla, que agrupa a decenas de líderes de izquierda de Iberoamérica, ha cerrado en México su séptimo encuentro con una hoja de ruta para lograr un cambio de gran relevancia e inminente en el continente americano: un dominio casi completo de la izquierda, que ya aspira a imponerse también en Chile y Brasil y, no descarta Colombia, tras victorias decisivas en otros países. Respalda también ese grupo el proyecto de México de crear un nuevo organismo de representación multilateral que sustituya a la Organización de los Estados Americanos, cuya sede está en Washington.

En esta reunión del Grupo de Puebla estuvieron presentes 150 líderes de España y América entre los que destacan, sobre todo, exmandatarios. Aparte del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, han visitado México Juan Carlos Monedero, exsecretario de Proceso Constituyente y Programa de Podemos; y Gerardo Pisarello, teniente alcalde de Barcelona hasta 2019. El juez condenado por prevaricación Baltasar Garzón intervino virtualmente expresando su preocupación por la corrupción y la independencia judicial, como miembro del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD), que a su vez fue creado hace dos años por el Grupo de Puebla.

Zapatero se ha convertido en una suerte de nexo de unión de las izquierdas latinoamericanas, en especial por el apoyo que tiene del régimen chavista por su buena sintonía coNicolás Maduro y su círculo más íntimo. En sus varias intervenciones ante el Grupo de Puebla, que fue fundado en 2019, ha defendido la necesidad de poner a Estados Unidos «en una situación imposible» mediante un acercamiento, entre otros, a China, que está entrando de forma decisiva en los mercados de inversiones latinoamericanos.

En su intervención ante esta primera reunión presencial del Grupo de Puebla en la pandemia, Zapatero se felicitó por el avance de la izquierda en el continente. « Xiomara Castro será la primera presidenta de Honduras en la historia. Es una noticia muy importante, importantísima en Centroamérica, que siempre está con tantos problemas sociales», dijo, antes de ofrecer su apoyo al candidato chileno Gabriel Boric en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que tendrán lugar en Chile este mes. Zapatero dijo que un triunfo del conservador José Antonio Kast devolvería a Chile a un tiempo que «nos duele y nos conmueve», en referencia a la dictadura.

La carta de Brasil

En la reunión estaba presente la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, quien vaticinó el regreso de Luis Inácio Lula da Silva, de su mismo Partido de los Trabajadores, al poder en Brasil, como garantía para detener «el neofascismo». Según dijo Zapatero, «la victoria de Lula en Brasil va a cambiar el continente y el orden internacional y ojalá dé lugar a una alianza estrecha entre México y Brasil con dos presidentes progresistas en un momento tan decisivo históricamente».

Las elecciones en Brasil tendrán lugar dentro de un año. Como López Obrador en México, Lula se ha resistido a condenar los abusos contra los derechos humanos de las dictaduras en Cuba y Venezuela.

Este diario pudo hablar con miembros del entorno de Zapatero durante su visita a México, y estos dijeron que el expresidente trató temas como el ritmo de vacunación en España y el alarmante número de «negacionistas» de las vacunas. Zapatero también dijo a sus interlocutores que el Gobierno español de coalición goza de buena salud y una buena relación al haber logrado el acuerdo en los presupuestos para el año que viene «por lo que tiene la legislatura parlamentariamente saldada y no habrá sobresaltos». De ese modo, daba a las izquierdas latinoamericanas la garantía de que tendrán socios fiables en el poder en España al menos hasta finales de 2023.

Respecto a la oposición española, Zapatero ha declarado en México que «la derecha está derechizada, movilizada y, en fin, muy negativa en todo. No como la derecha latinoamericana, pero se va pareciendo», dijo.

Zapatero también acudió a un acto del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido del presidente mexicano Andrés Manuel López. La cita congregó a Rousseff, al expresidente de Ecuador, Rafael Correa, al presidente de Paraguay hasta 2012 y actual senador, Fernando Lugo, y al ex secretario general de Unasur y presidente de Colombia hasta 1998, Ernesto Samper. Zapatero prefirió emplazar a ABC a una entrevista cerrada con cinco periodistas de los que sólo a tres se les permitía formular preguntas.

El expresidente colombiano Ernesto Samper expresó en este foro que se acercan más «vientos progresistas» en las elecciones de Chile y de Brasil. También vaticinó el auge de la izquierda en las elecciones de Colombia en 2022 porque, dijo, «no solamente nos estamos jugando la democracia sino la vida, la diferencia entre la paz y la guerra».

Cambio de reglas

Rodríguez Zapatero lleva meses promoviendo un cambio en la OEA, a la que acusa de haberse alienado en exceso con EE.UU. Según pudo saber este diario, en varias conversaciones hace un año en Madrid circuló la idea de desbancar al actual secretario general, Luis Almagro.

Varios participantes del Grupo de Puebla defendieron la idea, también avanzada por López Obrador en México, de crear un nuevo organismo paralelo a la OEA. Según dijo el político chileno Marco Enríquez Ominami en una entrevista concedida a Efe, «la OEA dio un golpe de Estado en Bolivia y no puede salir gratis, murió gente. Lo que ha hecho la diplomacia mexicana es un planteamiento robusto: hay que renovar eso». Se refiere el político chileno a la renuncia y huida de Evo Morales después de que la misión de observación de la OEA revelara irregularidades en el recuento electoral de las presidenciales de 2019.

 

 

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