Cada semana que pasa asistimos a despliegues progresivamente destemplados del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. A pesar de que existe mucho silencio por parte de sus seguidores, o – quizás – por eso mismo, tenemos la impresión de que muchos de esos seguidores finalmente comprenden que hay algo que no marcha bien en La Casa Blanca. Las actuaciones públicas del presidente, sus decisiones de política doméstica, su tono agresivo y lleno de frases destempladas e incoherentes, el tono insultante permanente contra sus antiguos y recientes adversarios y el uso masivo de Truth Social para tratar de gobernar por esa vía del internet, todo ello configura una presidencia rayana en la psicopatía, ciertamente característica de la sociópata. No somos profesionales de la psiquiatría o de la psicología pero es fácil advertir que el presidente Trump exhibe características de personalidad que los expertos definen como sociopáticas o, dependiendo de su intensidad, hasta psicopáticas. Según los expertos de la Clínica Mayo estas características configuran un trastorno de la personalidad antisocial e incluyen:
*Prefiere ignorar la diferencia entre lo que está bien de lo que está mal en base a sus conveniencias personales
*Mentir a fin de probar su punto, aun ante el peso de toda evidencia en contrario
*Irrespetar a las personas con quien debe interactuar, dándole apodos y tratando de deshumanizarlas
*Manipular a otros para beneficio o placer personal, sin importarle a quien
*Darse auto bombo, alegando superioridad y la exclusividad de la razón, pretender que conoce de todo tema más que cualquiera otra persona
*Mostrar hostilidad, agresividad ante las personas con quienes difiere, llegando a la amenaza, aun en sus relaciones a los más altos niveles
*Tener conductas delictivas, pensar que está por encima de las leyes
*Mostrar insensibilidad frente al sufrimiento de otros
*Tomar riesgos en sus actos, sin pensar en su propia seguridad o la de quienes puedan ser afectados por tales actos
* Amenazar hoy para retroceder mañana, lo cual le lleva perder credibilidad en sus actos
*Llevar a cabo actos de corrupción por pensar que ellos representan actos de vigor y viveza que son admirados más que criticados
Según los expertos de la clínica Mayo estos rasgos socio paticos se generan como resultado de una infancia infeliz, por haber sido víctimas de maltratos e injusticias que, según ellos, requieren venganza o haber tenido mentores de mala conducta, como fue el caso del abogado Roy Cohn, mentor de Donald Trump en su juventud, quien le enseñara a ser inmisericorde con los caídos y nunca admitir estar equivocado.
Es fácil ver que alguien que posea esas características de personalidad representa un peligro para su entorno. Muchas de las matanzas colectivas que suceden en los Estados Unidos son ejecutadas por este tipo de personalidad sociopática, pero – en el mejor de los casos – ellos y ellas representan un peligro latente, el cual puede explotar en cualquier momento. Si esta persona llega a ocupar una posición de poder se torna potencialmente mucho más peligrosa. Y cuando una persona así llega a ser el de mayor poder en el planeta, su capacidad para hacer daño se torna exponencial.
Esta semana el presidente Trump ha intensificado su conducta de persona pequeña, agresiva, narcisista, irrespetuosa. Se impone como orador en todos los eventos importantes y da discursos que tienen trozos totalmente desconectados con el tema y el lugar, como fue el caso de su discurso ante los graduandos de West Point.
West Point
En ese discurso habló de una persona quien tenía un “trophy wife”, una esposa para exhibirla, diciendo que no era lo más conveniente. Habló de comprarle a los cadetes nuevos aviones, bellos, aviones, maravillosos aviones, invisibles, aunque él no sabe porque una ala es invisible y la otra no lo es. Se atribuyó la formación de un nuevo y mejor ejército, logro en apenas 120 días. Dijo que su presidencia era un designio de Dios. Una larga retahíla de insensateces que obligó a los cadetes a guardar un avergonzado silencio.
La cena de los inversionistas en criptomonedas de Trump
En la Casa Blanca se llevó a cabo una cena y, posteriormente, un tour de la mansión conducido por Trump para los mayores propietarios de su criptomoneda. La audiencia estaba llena de orientales, chinos o de otros países asiáticos, quienes son los grandes especuladores financieros de esta época. Para Trump estos inversionistas orientales eran sus amigos porque venían a engrosar sus bolsillos. Nunca antes se había visto una degradación de la presidencia como la que representó este acto. Este sociópata está simplemente vendiendo influencias, poniendo su presidencia en venta a quien le de dinero. Eso se llama prostitución.
Paul Walczak perdonado por Trump después que su madre asiste a una cena donde pagó 1.000.000 de dólares a Trump
Este hombre preso por evasión de impuestos fue perdonado por Trump después que la madre se “bajó de la mula” con un millón de dólares en una cena en Mar A Lago, ver NYT, The Hill.com y otros medios de comunicación. Eso es tráfico de influencias.
Aceptación de un regalo de Qatar, el avión de $300-400 millones de dólares para su uso personal
Trump decidió aceptar un regalo de millones de dólares de un país que claramente busca tratamientos especiales por parte del sociópata. Al hacerlo degradó la imagen de la presidencia de los Estados Unidos, hasta el punto de que el mundo entero sabe ya que este hombre está a la venta. En paralelo al avión sus hijos finalizaban negocios por millones de dólares en los países que Trump visitaba; hoteles, campos de golf, criptomonedas, una exhibición de codicia que da vergüenza a quienes pensábamos que el presidente de los Estados Unidos debía mantener dignidad en todo momento. Hace años le criticaron a Obama que se inclinara en saludo frente a un dignatario extranjero. Trump les está besando el trasero a quienes le dan dinero mientras insulta a los aliados tradicionales de los Estados Unidos. Esto también se llama prostitución.
Reunión con el presidente de África Del Sur
Su reunión en la Casa Blanca con el presidente de África del Sur fue tan vergonzosa y agresiva con el huésped como la que tuvo con el presidente de Ucrania, Zelensky. Esta vez, había preparado un video para echarle en cara al presidente visitante su pretendido genocidio de la población blanca. Estas acusaciones eran falsas, como lo han demostrado numerosos medios de comunicación como Reuters, Washington Post, Financial Times, BBC, etc. El sociópata Trump utiliza la mentira como arma, pero no se da cuenta de que al dia siguiente el país sabe que mintió. Eso se llama pequeñez.
Amenazas, bravuconerías y recules en materia tarifaria
Un día propone altas tarifas a Europa y al día siguiente elimina esa amenaza, sube las tarifas a China y luego las rebaja, impone absurdas tarifas a Canadá y las pospone, castiga a México un día y olvida lo que dijo varios días después. Amenaza a Apple, a WALMART, a quien le parezca según el día o la hora y su estado de ánimo. Es un anormal. Y está en la presidencia de los Estados Unidos destruyendo toda confianza que el mundo pudiera haber tenido en el liderazgo de los Estados Unidos. Eso se llama irresponsabilidad.
Odio ciego y mezquino a las universidades, en especial Harvard
La agresión a la universidad de Harvard es feroz. No solo se basa en su estrangulamiento financiero sino en el lenguaje de odio y desprecio que Trump utiliza cada vez que habla de esa universidad. Es el capítulo más macabro de lo que constituye una ofensiva despiadada contra la cultura y contra razas e ideologías que no son de su preferencia, ver también el caso del Centro Kennedy, donde él se ha erigido en gobernante supremo y colocado a un asistente, Richard Grennell, quien es un resentido peor que él y también tiene sus manos metidas en Venezuela, donde protege a Chevron y a Maduro. Eso se llama odio a la cultura
Dado el deterioro mental de Trump y su intento de remplazar la democracia estadounidense con una autocracia bananera, es posible o hasta probable que no termine su mandato
Hay varios caminos para sacar a un presidente de los Estados Unidos del poder. Uno de ellos se basa en la declaración de incompetencia mental o física del presidente que harían el vicepresidente y el gabinete. Este camino es poco probable, dado que el entorno de Trump es de gente muy mediocre, algunos hasta peores que Trump, solo atentos a obedecer sus órdenes. Un segundo camino es por la vía del juicio político., como el que se la ha seguido en el pasado a varios presidentes, llegándose a obligar a Nixon a renunciar. Este camino es probable, dependiendo de la correlación de fuerzas en el congreso y de la postura que puedan adoptar congresistas republicanos que pueden advertir el progresivo deterioro mental de Trump. Un tercer camino es por la vía de una postura política de las fuerzas armadas, lo cual nunca ha ocurrido en USA y ojalá nunca ocurra, aunque las fuerzas armadas sí podrían negarse a obedecer alguna orden insensata del sociópata, como por ejemplo un ataque nuclear o una invasión de países vecinos.
Así está la situación de los Estados Unidos y del planeta. Estamos montados en un tren que amenaza con saltar los rieles, provocando un pavoroso incendio que cobraría victimas de magnitud planetaria.