‘Hay sectores que no quieren hablar de izquierda, sino de progresismo’
Así lo dijo la senadora Paola Holguín, quien es la primera uribista en lanzar su aspiración a 2020.
Pese a su bajo perfil, la senadora Paola Holguín es la que más votos tiene en la bancada del Centro Democrático en el Senado; solo la supera el expresidente Álvaro Uribe.
Holguín le contó a EL TIEMPO cómo está arrancando su aspiración presidencial y en qué consiste su estructura política llamada ‘los paolos’.
¿Por qué quiere ser presidente de Colombia?
Porque es un sueño desde pequeñita. Toda mi vida ha girado en torno a eso. He tratado de formarme, de trabajar, de estudiar y de hacer toda mi vida pensando en eso. Yo sueño con un país mejor. Mi familia me regaña mucho porque siento un amor por Colombia que es un poquito enfermo.
¿Por qué cree que en Colombia nunca ha habido una presidente mujer?
Creo que el país no tiene que prepararse para tener una mujer presidente, sino que la mujer tiene que prepararse para gobernar a Colombia, y no solo para asumir ese reto, sino para convocar y conquistar el corazón de los colombianos y que le crean, le caminen y la apoyen. Las mujeres tenemos una dificultad en política y es que hay dos temas en los que a veces el votante no nos cree mucho: la seguridad y finanzas públicas.
¿Siente preparada para asumir un tema difícil como el de seguridad?
Estudié seguridad y defensa en la Escuela de Guerra, contraterrorismo y contrainsurgencia en Washington e hice una maestría en asuntos políticos con énfasis en economía y desarrollo y he tratado de estudiar estos temas mucho porque son asuntos en los que necesito que los colombianos me crean competente y capaz. Creo que se ha conquistado mucho terreno gracias a muchas mujeres que ha hecho política, unas desde la misma orilla ideológica que la mía y algunas desde otras, y todas han recorrido un camino que no ha sido fácil.
¿Cree que las mujeres ganan cada vez más terreno en la política?
Creo que se vienen visibilizando más y preparando más. Siempre he sido muy crítica de los temas de cuotas de género, pero sin duda eso seguramente ha impactado, no en la proporción que se quisiera, pero sí para que más mujeres se sacudan. Cuando uno hace los recorridos por Colombia ve que las mujeres tienen cargos muy importantes en temas sociales. Son mujeres muy aguerridas que tienen que superar muchas adversidades, pero cuando se les pide que se metan a la política, hasta ahí llegan. Creo que eso hay que romperlo y ver que hay muchas mujeres que lo han logrado. Si todas las niñas en Colombia pueden soñar y tener la posibilidad real de ser presidentas, la hicimos.
Mi familia me regaña mucho porque siento un amor por Colombia que es un poquito enfermo
¿Cómo logrará el ‘guiño’ del expresidente Uribe para ser la candidata del Centro Democrático?
Yo no sé eso cómo va a ser. Yo no voy a hacer nada distinto a lo que he hecho desde los cuatro años. Voy a trabajar y a decirle a la gente lo que pienso, que es lo que hecho siempre, la Colombia que me sueño y cómo creo que puede ser posible.
¿Cómo hizo para sacar la segunda votación después de Uribe en 2018?
Trabajando. Tener la oportunidad de estar en la lista cerrada al Senado de 2014 nos dio la oportunidad a muchos de que nos empezaran a conocer y desde el día que yo llegué no paré de trabajar un solo día. Finalmente, por esa generosidad infinita de los colombianos, logré una votación de 60.000 votos. Sacar votos contra el jefe y en su tierra es muy duro.
¿Cree que hacer seguido en votos a Uribe le da una ventaja en la campaña?
Creo que no porque esto es política y en este campo las condiciones sirven cuando le sirven a uno. Por ejemplo, se suponía que la votación más grande llegaría a la Presidencia del Senado, pero no fue así, entonces siento que cada candidato y cada sector hace la puja, que es lo normal y lo natural en política y no hay condiciones inamovibles.
¿Cómo es el grupo que la apoya a usted y que se denominan ‘los paolos’?
Somos, primero, un grupo de amigos y amigos de los amigos. Somos compañeros de universidad, colegios y gente que ha vivido en los mismos sitios. Tenemos en común que somos súper gomosos de la política y para nosotros esto es un tema de vocación. Tenemos unos temas y unas líneas doctrinarias que nos unen. Tenemos la idea de armar un pequeño centro de formación mucho más formal para todo el equipo porque la idea es que de acá salgan muchos líderes para lo público en Colombia.
Siento que cada candidato y cada sector hace la puja, que es lo normal y lo natural en política
¿A qué obedeció que hace unas semanas pusiera una valla con la leyenda ‘qué casual, derecha es diestra e izquierda es siniestra’?
Porque quiero que hagamos el debate. La izquierda y la derecha siguen siendo tendencias ideológicas, pero más allá de esto tienen que ver con valores y creencias. Yo lo que quería era llamar la atención. Si yo pongo otra valla, nadie habla de ella. Necesitaba esa valla, porque quiero que se abra el debate, porque hoy en Colombia hay unos sectores que no quieren hablar de izquierda, sino de progresismo y que quieren estigmatizar un sector como si todo el que fueran de derecha fuera paramilitar o criminal y no quieren dar el debate de fondo sobre la justicia, la libertad de mercado, la democracia, las libertades y el sistema. Yo quiero que volvamos al debate de fondo.
¿No le parece muy duro decir que la ‘izquierda es siniestra’?
Ese es un tema gramatical, eso no me inventé yo. La gramática dice derecha es diestra e izquierda es siniestra.
Pero usted sabe que la palabra siniestra tiene otra acepción…
Claro, pero es un tema gramatical, y yo me pregunto: si no dijera eso la valla, ¿me estarían entrevistando o se habría abierto el debate?
Usted ha sido muy crítica de la justicia transicional, ¿en concreto qué es lo que no le gusta?
Tengo muchos reparos frente al acuerdo, entre ellos que los victimarios, de manera indirecta, participaron en el diseño y en la elección de los magistrados que los iban a juzgar. Además el tribunal que se creó tiene un doble rasero: si la audiencia es contra militares, es abierta y van las víctimas y si es contra los cabecillas de las Farc no entra nadie y eso no me parece serio. Hubo una ruptura constitucional, porque la Carta Política establecía el marco de la Rama Judicial y ellos crearon otro, distinto, paralelo. Santos y las Farc decidieron someter el acuerdo a un plebiscito y perdieron y no respetaron ese resultado.
¿No la deja tranquila que el capítulo sobre juzgamiento de los militares lo hayan diseñado ellos mismos?
No, además por una cosa: en Colombia los militares han tenido un carácter civilista. Lamentablemente algunos lo confundieron con servilista. Y ese capítulo fue construido no por todos los militares, sino por un sector.
¿Parecería que el eje de su aspiración presidencial serán las modificaciones al acuerdo de paz?
Creo que hay muchos ejes, uno importante es el tema de la justicia en general y realizar una reforma. Otro tema: la libertad de mercado. Hoy en Colombia hay sectores en contra de la empresa privada. También está el tema de seguridad. Hoy tenemos más de 200.000 hectáreas de coca, fortalecidas las estructuras criminales y están entrando muy fuerte los mexicanos. Creo que la lucha contra el narcotráfico tiene que ser integral.
Las encuestas no han favorecido al presidente Duque. ¿Cree que el Centro Democrático sea capaz de elegir otro presidente en 2022?
No creo que las elecciones las gane solamente un partido, creo que las campañas son las que las ganan y no creo que dependa cien por ciento no del partido ni del Presidente. Obviamente quiero y apoyo al presidente Duque y todos necesitamos que le vaya bien, pero creo que finalmente será una campaña inteligente y que se conecte con los colombianos la que puede ganar la elección.