DictaduraEconomíaGente y Sociedad

‘Hay un estado de pánico entre los campesinos cubanos’

La Liga de Campesinos Independientes denuncia a DIARIO DE CUBA la situación de los agricultores ante el incremento de la represión.

Un campesino de Pinar del Río vendió la mayor parte del pienso que había adquirido para mantener su cría de cerdos durante los próximos meses. «Se quedó solo con un poquito por miedo a que se lo quiten», contó el activista Esteban Ajete Abascal, coordinador nacional de la Liga de Campesinos Independientes de Cuba.

«Ya todo el que tiene un poquito de algo en su casa está asustado, porque en cualquier momento se le van a tirar», comentó a DIARIO DE CUBA el líder de una de las organizaciones que promueve la campaña «Sin campo no hay país», para exigir al Gobierno la liberalización de la producción y comercialización de las producciones agropecuarias.

Ajete Abascal denunció desde San Diego de los Baños que existen varios casos de agricultores a los que les han intervenido las cosechas

«La realidad cubana la vemos día a día en la mesa y en la casa del cubano, porque no hay nada que ofertar. El campesino no está incentivado, no tiene motivación para producir. Diariamente en la Televisión Cubana están mostrando como cara pública de los campesinos al acaparador, al ladrón, al que trata de esconder las cosechas. Eso afecta su moral, su prestigio. Prácticamente el campesino queda como el culpable de la hambruna que estamos viviendo. Y no es así, nunca es así», aseveró.

«El campesino está asustado. Si lo cogen vendiendo cualquier producto, incluso a los precios que Acopio le dice, siempre buscan una evasiva, que si le falta algún papel o algo así, para decomisarle su mercancía», dijo.

«El arroz está a un dólar y hasta a 30 pesos la libra. El frijol, si lo encuentras, está casi a 50 pesos la libra. Y esa es la mesa del cubano, son dos alimentos básicos. Luego, si lo logras encontrar, si lo logras comprar, en caso de que te coja la Policía con un quintal de arroz, es mejor que te coja con un camión de dinamita. Posiblemente vayas hasta preso», aseguró.

El líder campesino refirió lo sucedido a Osmani Poveda, un productor de tabaco de San Juan y Martínez cuya casa de curar la hoja necesitó de una reparación en el techado, pero nunca consiguió que le dieran los recursos para hacerlo, como estipulan los contratos que los agricultores tabacaleros de la zona tienen con las empresas del Estado.

Finalmente, entró agua de lluvia que afectó varios quintales de la hoja de tabaco cosechada. «Reclamó a todo el mundo y nadie le pagó. Lo que hizo fue perder parte de su cosecha y su trabajo», afirmó Ajete Abascal.

Sin embargo, comentó, con el precio que pagan al Gobierno en el mercado internacional por un solo quintal de tabaco, un productor podría pagar a todos los demás trabajadores que emplea. Pero las ganancias que obtienen los cosecheros no son altas.

No son solo estos los males que aquejan la subsistencia de los agricultores de la Isla. «Hay una plaga de una mosca que está acabando con el maíz y el frijol. Y se han disparado los precios de esos productos. Mientras, el Gobierno no se ocupa del problema», indicó.

Ajete Abascal subrayó que la campaña «Sin campo no hay país» «habla precisamente de permitir que los agricultores puedan vender sus productos a un precio acorde al sacrificio que están viviendo día a día, no al que Acopio pone. Pero aunque se llegara a un acuerdo con Acopio sería por gusto, porque a los campesinos se les están echando a perder las producciones en el campo. Esa situación golpea mucho a la mayoría de los campesinos: además de que los obligan a vender sus productos a Acopio, después los pierden».

«Necesitamos libertad para los productores y procesadores de alimentos. También necesitamos que se suspendan los impuestos por lo menos durante diez años, para que el campesino pueda fortalecerse», señaló.

No obstante, desde el lanzamiento de la campaña, las autoridades han reaccionado imponiendo mayor vigilancia y represión sobre sus postulantes.

El propio Ajete Abascal tiene «un chequeo permanente frente a mi casa de todo lo que hago. Los campesinos que están apoyando la campaña están en la misma situación. Pero como la campaña tiene tanto alcance internacional ahora mismo, lo hacen con perfil bajo», comentó.

En medio de esa situación y ante el incremento del desabastecimiento de alimentos, que según otra organización que postuló la campaña, la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR), hace inminente una hambruna en Cuba, organizaciones oficiales como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) llaman a sembrar patios, parcelas, jardines e incluso macetas en los balcones.

«Aquí Cuba se ha caracterizado por vivir del cuento. Aquí se ha vivido del cuento de la moringa, de Ubre Blanca, de tantos cuentos… Porque cuando viene la crisis y ellos no tienen respuesta, buscan desviar la atención», recordó el líder de la Liga de Campesinos Independientes.

«Pero es que les estamos sirviendo en bandeja la solución: que le den la tierra a los campesinos con carácter permanente, no en usufructo, que es una trampa. Si las tierras que están ociosas no se siembran y los organopónicos están ahí, ¿cuál es la historia de sembrar los jardines? Eso no va a resolver el problema del campesino ni del cubano de a pie», culminó.

 

 

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba