Iglesia Católica en Miami promovió el acercamiento a Cuba
Servizo Fotografico de «L’O.R.» Cortesía L’Observatore Romano
Cuando el Papa Francisco llegue a Cuba este sábado, será recibido como el pontífice que ayudó a descongelar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, suspendidas por más de medio siglo.
El acercamiento entre ambos países llega cuando un cambio en la cúpula del poder en la isla parece inevitable. Y la Iglesia Católica, la única institución no gubernamental con suficiente fuerza en el país, podría ser de nuevo protagonista en el logro de que esa transición sea “un aterrizaje suave”, en palabras del arzobispo de Miami, Thomas Wenski.
Desde hace casi dos décadas, la Iglesia ha estado preparando el camino de la reconciliación entre cubanos, que podría ser la clave para el mantenimiento de la paz en una era post-Castro.
La visita del Papa Juan Pablo II en 1998 y su llamado a que “Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba” dio un impulso a los esfuerzos de la Iglesia Católica en Miami para promover el diálogo y la reconciliación en un pueblo dividido por la polarización política, la que afloró con fuerza durante los eventos que rodearon la batalla por la custodia legal del niño cubano Elián González.
“Elián fue algo dramático para los cubanos de aquí. Elián fue una batalla que ambos lados estaban esperando…Líderes del exilio estaban buscando una pelea con Cuba…En noviembre [de 1999] llegó Elián y esa se convirtió en la pelea. No necesariamente que ellos hicieron de Elián la pelea, ellos no crearon a Elián pero se aprovecharon de Elián para echar la pelea”, subraya Wenski.
En Comunión
Aunque el proyecto venía gestándose desde 1999—como parte del proyecto de tesis de la entonces estudiante de la maestría en Políticas Públicas de Harvard, Bibi Hidalgo y con el apoyo del entonces obispo Thomas Wenski—en febrero del 2002 el arzobispo de la arquidiócesis de Miami, John C. Favalora, comisiona oficialmente el proyecto En Comunión, encaminado a facilitar la comunicación entre el pueblo cubano en Miami y en Cuba.
“Comencé a trabajar con el arzobispo Wenski a finales de septiembre y Elián llega el Día de Acción de Gracias en noviembre. Sin dudas fue un suceso monumental para la comunidad cubanoamericana aunque ya veníamos pensando sobre el tema”, explica Hidalgo, quien califica al viaje de Juan Pablo II como el catalizador principal del proyecto.
Hidalgo trabajó como asesora en el Consejo Económico Nacional en la administración del presidente Barack Obama por tres años y creó junto a su hermano Patrick—también vinculado a En Comunión—la firma Future Partners, de la que ahora es su CEO.
“Monseñor Favalora estaba buscando vías para aprovechar la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba y para él era una misión muy importante relacionarse con los cubanoamericanos y los cubanos en la isla y buscar maneras de acercar las diferencias, particularmente en Miami. El obispo Wenski estaba dispuesto a buscar y tratar cualquier cosa que funcionara”, señala.
El reto era grande. Durante una presentación en la Universidad Internacional de la Florida, la experta se refirió al conflicto que históricamente habían enfrentado los cubanoamericanos en Miami al “hablar abiertamente sobre su relación con el pueblo de Cuba, debido a puntos de vista intransigentes dentro de la comunidad exiliada que habían dominado el discurso público por varias décadas, particularmente en la radio”.
A partir de febrero del 2002 y en el transcurso de un año, Hidalgo se reunió con alrededor de cuarenta líderes de la Iglesia (sacerdotes, monjas y laicos), que arribaron en distintas oleadas migratorias “y con perspectivas diversas pues no queríamos que nadie dijera que teníamos una agenda”, acota.
Las entrevistas dieron espacio a “las distintas narrativas del exilio, porque era algo muy importante para mi familia y es parte de la historia de cada cubano en la comunidad”, subraya Hidalgo en entrevista con el Nuevo Herald.
Tras varias sesiones, el grupo redactó una “visión” y una “misión” para el trabajo de la Arquidiócesis de Miami que hacía énfasis en el contacto con el pueblo cubano, la ayuda humanitaria, la acogida de los inmigrantes procedentes de la isla y el diálogo.
“Un nuevo lenguaje”
Para Hidalgo, un resultado “poderoso” del proceso fue la aparición de “un nuevo lenguaje que simbolizaba nuestro deseo de trabajar colaborativamente, reconocer el dolor de todo el pueblo cubano en Cuba y en Miami, así como crear un espacio de entendimiento”.
Los hermanos Hidalgo viajaron a Cuba a presentar el proyecto al Cardenal cubano Jaime Ortega y otros obispos en 2004 y “fue muy bien recibido”, señala la asesora.
“En Comunión sirvió para concretar por consenso lo que nos parecía a los exiliados serían las cosas más urgentes con respecto a la relación con el pueblo de Cuba», comenta la Hermana Ondina Cortés, profesora de la Universidad St. Thomas, quien se ha especializado en el tema de la reconciliación.
“Somos personas de Iglesia y nuestra finalidad ha sido fundamentalmente pastoral, no política; buscar juntos cómo atender mejor al pueblo cubano, al que se encuentra en la isla y al que está aquí en el exilio”, explica.
Cortés, quien dirigió la Pastoral Juvenil de la Arquidócesis de Miami por más de una década, destaca los esfuerzos que ha hecho la Iglesia para apoyar a feligreses cubanos que emigran a EEUU, a través de una red informal que conecta a fieles católicos recién llegados con exmiembros de sus parroquias de Cuba, asentados ya en Miami.
Consenso Cubano
Según recuerda Carlos Saladrigas, presidente del Cuba Study Group, En Comunión permitió “abrir la puerta al diálogo” y tuvo una continuidad en otro proyecto, esta vez de carácter político: la plataforma de organizaciones conocida como Consenso Cubano.
También en el 2004, en el Congreso anual de la Internacional Demócrata Cristiana celebrado en Roma, varios sacerdotes presentan el proyecto en uno de los paneles y miembros del exilio cubano presentes solicitan la mediación de la Arquidiócesis de Miami para realizar un proceso similar.
De ese modo, la metodología adoptada por En Comunión sirvió de base para el proyecto Consenso Cubano que, por primera vez, logró a reunir a líderes y organizaciones del exilio tan diversas como la Fundación Nacional Cubano Americana, Hermanos al Rescate, el Cuba Study Group, el Movimiento Cristiano de Liberación y el Partido Demócrata Cristiano de Cuba, entre otros.
En varias iglesias en Miami y con sacerdotes fungiendo como “facilitadores”, miembros de más de 25 organizaciones consensuaron “principios fundamentales que hacen falta para la reconciliación, para una nueva Cuba, donde haya justicia social y prosperidad”, subraya Saladrigas,
En el documento “Pilares del Consenso Cubano”, los participantes sostienen el derecho soberano de los cubanos a determinar su futuro, exigen la liberación de todos los presos políticos y se comprometen a promover una transición pacífica.
También acuerdan propósitos populares dentro de Cuba como el reconocimiento de la propiedad de las viviendas a sus ocupantes actuales (sin renunciar al reclamo de compensación al gobierno) y mantener “el acceso universal a la educación y al cuidado de la salud”.
Un asistente a esos encuentros iniciales, quién pidió no ser identificado, dijo haberse sentido impresionado por ver sentados a la misma mesa a miembros de organizaciones que antes de ese proceso, apenas tenían contacto.