Tras calentar su visita a España con una denuncia del «yugo» que, según él, impuso nuestro país al suyo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, volvió a exhibir aquí la incultura de la que hace gala sin rubor alguno. Primero se negó a ponerse un frac, asociando la prenda con la «antidemocracia», como si la libertad y los derechos civiles radicaran en la indumentaria. Después profirió una serie de exabruptos a cual más digno de un asno. «Cuando estudiamos bachillerato y nos daban las clases de historia –escupió – nos enseñaban que el feudalismo era un sistema de dominación. Unos eran los siervos, otros los señores de la tierra. Esa sociedad era una sociedad de yugo. Ese tipo de »relacionamiento, que se superó hace mucho tiempo, fue el que llegó al continente americano de la mano del Imperio español durante el proceso de colonización«.
Ignoro si sus profesores en el instituto hablarían de «relacionamientos», aunque lo dudo. Quien desde luego nunca lo hizo fue Gabriel García Márquez, a quien tanto le gusta citar en un intento de darse pisto. Pero vayamos a la sustancia. Para empezar, el feudalismo fue un sistema de organización social mucho más complejo que esa simplificación, y además ya estaba desapareciendo cuando Colón pisó tierra en el continente americano. En cuanto a los «pueblos sojuzgados por otros», ninguno tanto como los que se encontraron nuestros compatriotas al adentrarse en el Nuevo Mundo. Desde los taínos cazados por los caníbales caribes con la finalidad de echarlos al puchero, hasta los tlaxcaltecas y otros nativos que se aliaron con Hernán Cortés contra los aztecas o mexicas que los sacrificaban por millares a sus dioses arrancándoles el corazón en vivo. Tercero, España nunca llevó a cabo un «proceso de colonización» en América. Los territorios incorporados a la Corona fueron tan españoles como cualquiera de los peninsulares y sus habitantes estuvieron sujetos a las mismas leyes, de modo que el virreinato de Nueva Granada, la actual Colombia, era homologable a Galicia, Extremadura o Valencia. Desde luego no estaban sujetos a un régimen democrático, pero es que la palabra «democracia» resulta igual de anacrónica en los siglos XVI, XVII o XVIII que un teléfono o un automóvil.
Como fuente documental de su elaborado pensamiento, Petro citó ‘Juego de Tronos’. «En la película (sic) ‘Game of Thrones’ se muestra un poquito cómo era». ¡Todo un intelectual haciendo gala de su saber! Ya que le gustan las series de televisión, yo le recomiendo ‘Narcos’, donde se recrea el asalto al Palacio de Justicia de Bogotá, perpetrado por sus compañeros del M-19 a sueldo de Pablo Escobar en 1985, cuando él formaba parte del grupo terrorista. Un brutal atentado que dejó más de cien muertos, cuya finalidad era destruir las pruebas acumuladas contra el líder del cártel de Medellín. Eso sí fue democrático ¿verdad, presidente?