Irresponsables declaraciones de Evo Morales
Dos días antes de conocerse el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre la demanda presentada por Bolivia sobre la supuesta obligación de Chile a negociar de buena fe un acceso soberano al mar, el Presidente Evo Morales sostuvo categóricamente que “respetaba la independencia y eficacia de la CIJ” y expresó su convicción de que esa instancia fallaría “fundada en los hechos y en el derecho internacional”. Sin embargo, un día después de conocerse la sentencia que estableció en forma contundente que Chile no tiene ninguna obligación jurídica de negociar una salida con acceso soberano al mar para Bolivia -y que estuvo apegada estrictamente al derecho internacional-, el mandatario boliviano no solo desacreditó el fallo de la CIJ, sino que anunció que enviará una carta a Naciones Unidas reclamando por lo que calificó como “contradicciones” del “informe” -como se refirió el fallo; desconociendo, de paso, conceptos básicos del ordenamiento jurídico internacional y del respeto a los tratados.
Entre las supuestas “contradicciones” denunciadas por el Presidente de Bolivia se incluye el hecho de que, según él, la CIJ es inconsistente al reconocer “en los antecedentes” presentados por La Paz que el país altiplánico nació con 400 kilómetros de costa, pero en el fallo “no lo hace respetar”. E insiste luego que “no es posible que la Corte beneficie a los invasores, a las transnacionales”, acusando a la CIJ de “no hacer justicia” y calificando a los jueces de “subalternos de las Naciones Unidas”. Con sus afirmaciones, el mandatario no solo mezcla irresponsablemente conceptos y desconoce la resolución de un órgano que él mismo había validado, sino que además desinforma a su población. El Presidente ignora abiertamente el ordenamiento jurídico internacional -que es el que permite la convivencia pacífica entre las naciones-, vinculando hechos que no tienen relación alguna y desacreditando un fallo que -al contrario de lo que él asegura- sí se apegó a criterios estrictamente jurídicos.
Con sus declaraciones, el mandatario boliviano solo vino a confirmar la utilización política que hizo de la demanda presentada ante la CIJ y desacredita su actuar. Muy distinto habría sido, para mejorar el clima de diálogo, un claro reconocimiento del fallo. En ese sentido, son bienvenidas las declaraciones de otros dirigentes y expresidentes bolivianos, que no solo mostraron mesura, sino respeto al orden internacional, como el exmandatario Jaime Paz Zamora o quien fuera el vocero de la demanda, Carlos Mesa, quien directamente llamó a respetar la resolución. Lo anterior solo reafirma las dificultades para poder avanzar en un diálogo positivo y beneficioso con la actual dirigencia política boliviana.