Isabel Coixet: ¿Por qué la poesía?
Últimamente hago algo que hacía tiempo había olvidado hacer: leo poesía. La leo con fervor, la leo como si en el misterio que propone cada línea de un buen poema fuera a encontrar refugio y alguna clase de respuesta para entender un mundo que cada día me parece más opaco y hostil.
«Otro día nublado y necesito cualquier combinación de facultades y defectos para iniciar otro viaje diurno. Parece haber sido extraído del cerebro que rellené esta mañana con pensamientos grises y vitales para olvidarlos al instante». Este poema, que sintetiza muy bien el estado anímico con que a veces se empiezan las mañanas, pertenece al poemario Why poetry (Por qué la poesía), de Matthew Zapruder.
Leo poesía como si en el misterio que propone cada línea de un buen poema fuera a encontrar refugio y alguna clase de respuesta para entender un mundo que cada día me parece más opaco y hostil
En este libro, el galardonado poeta analiza lo que la poesía, y sólo la poesía, puede hacer. Zapruder sostiene que la forma en que nos han enseñado a leer poesía es precisamente lo que nos impide disfrutarla. En una prosa alegre y cadenciosa, nos muestra cómo ese malentendido interfiere en nuestra experiencia directa de la poesía y crea la sensación de confusión e incomprensión que mucha gente siente al enfrentarse a ella.
Zapruder explora qué son los poemas y cómo podemos leerlos para que podamos, como escribió Whitman, «poseer el origen de todos los poemas», sin la ayuda de ningún maestro o experto. Lo más importante es que se pregunta cómo la lectura de poesía puede ayudarnos a vivir nuestras vidas con mayor significado y propósito (¡y no andamos precisamente sobrados de ninguna de las dos cosas!).
Basado en el análisis poético y guiado por la experiencia personal de Zapruder al llegar a la forma, Por qué la poesía es un libro cautivador que plantea un argumento apasionado sobre la necesidad de la poesía en una época en la que la información se confunde constantemente con el conocimiento. Si bien ofrece un método de lectura simple para acercarse a los poemas e ilumina conceptos como el movimiento asociativo, la metáfora y la capacidad negativa, Zapruder confronta explícitamente los obstáculos que enfrentan los lectores cuando se encuentran con la poesía para mostrarnos que la poesía puede ser leída y disfrutada por cualquiera.
En el polo opuesto nos encontramos con el último libro firmado por la autora francesa Héloïse Brezillon, que publica T3M, un libro donde la poesía es utilizada como una herramienta para escribir sobre la violencia sistémica, aquella que nos aplasta, que está inscrita en nuestra carne y se transmite entre generaciones, algo que muchos escritores, novelistas y poetas contemporáneos han respondido con testimonios de vocación sociológica o con libros de autoficción. El poemario T3M –T3M para «modelo de mapeo de memoria traumática», en inglés en el texto– es en realidad una especie de inteligencia artificial, imaginada por la autora, que promete curar las consecuencias después de un largo mapeo de la corteza (de ahí la palabra ‘cartografía’), donde se conserva la memoria (perceptiva, sensorial, etc.). Básicamente, escribe la autora, «traza líneas, mide cosas en la cabeza, dibuja puntos rojos, encuentra los caminos que te entristecen y crea desviaciones». Y el protocolo adopta tanto el carácter de un sitio de excavación arqueológica como el de un juego de muñecas rusas. Es en este contexto donde interviene la poesía, como un escáner metafórico de recuerdos que sondea las capas de la memoria traumática una por una. Una vez más, la poesía es un arma cargada de futuro.