Isabel Díaz-Ayuso afirma: “Madrid y Miami son muy parecidas y no éramos conscientes de ello”
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, defiende su “hispanidad” con orgullo en su entrevista con el Nuevo Herald en Miami.
Isabel Díaz-Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha pasado cinco días en el sur de Florida que han dado para mucho. Reuniones, encuentros, eventos, agendas de negocios y mucha política. Esta figura emergente de la derecha española representada en el Partido Popular no se muerde la lengua a la hora de acusar a la izquierda mundial de trabajar en conjunto para acaparar el poder en Europa y América. Ella se ha propuesto dar la batalla y en su entrevista con el Nuevo Herald defiende su “hispanidad” con orgullo y apuesta por ignorar a las dictaduras como Cuba, Venezuela o Nicaragua.
“Vamos a trabajar para que Miami y Madrid sean lugares cada vez mejores”.
Ya que estamos en territorio estadounidense, quería empezar recordando la comparación que hizo sobre usted hace unos días el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Durante la entrega de un premio por defender la libertad la comparó con el presidente Ronald Reagan y dijo que usted como él “tiene un instinto que no se equivoca”. ¿Le gusta la comparación? ¿Puede ser Reagan un referente para usted? –
Claro, las palabras de Vargas Llosa han sido para mí un motivo de orgullo. Primero porque vienen de él y también por compararme con uno de los mejores presidentes, que para mí, ha tenido Estados Unidos. Es un referente al que he leído y seguido mucho. Y sobre todo porque estamos en tiempos de gran dificultad, de cambios y de mucha incertidumbre. En un momento en el que estamos viendo además cómo Occidente está perdiendo mucha fuerza, mucho peso en el orden mundial a los dos lados del Atlántico, pero especialmente en el continente americano. Podemos ver que hermanos de movimientos populistas de todo color, pero especialmente comunista, están desestabilizando democracias liberales y arruinando aún más a sus ciudadanos, y por supuesto sin poner ningún tipo de solución al empleo ni a la sanidad ni a la seguridad ni a la educación. Así que en estos tiempos tan difíciles, que Madrid -porque al final este premio es para Madrid- sea un epicentro, un lugar de moda, un sitio de referencia, sobre todo en libertad, es maravilloso.
-Siguiendo con la política de EEUU, su visita ha coincidido con la decisión de la Corte Suprema sobre el aborto y la consecuencia de que cada estado pueda tener una legislación sobre el mismo. ¿Qué le parece este tema? Su partido tiene un recurso en el Constitucional de España la Ley del Aborto.
-Yo creo que ese tipo de debates evidentemente deben ser nacionales, pero también es cierto que los Estados Unidos son muy plurales, es un país amplísimo, y es muy difícil que en todos los estados se vea todo de la misma manera. Sí creo que estos debates se generan de manera artificial para despistar sobre otras cuestiones y normalmente tienen como objetivo dividir socialmente. En el momento en que se ha avanzado con el aborto, volvemos para atrás. Me parece un debate que, como muchos otros, no aparece por casualidad como pasa con la identidad sexual, las drogas o acerca del mundo racial. Se provocan para que estemos confrontados: el hombre con la mujer, el rico con el pobre, heterosexual con el homosexual, creencias de un lado contra el otro, lo público con lo privado, el empresario con el trabajador… Son debates para hacer estallar el centro y los sistemas mientras que otras potencias, de manera callada, potencias que por supuesto no respetan ni la vida ni las libertades ni todos los valores que nos damos en Occidente, crecen y crecen y al final van a ir imponiendo ese orden mundial.
-Otro tema común entre España y EEUU es el de la inmigración. ¿Cuál es la receta para, en su opinión, tener una entrada de inmigrantes ordenada y beneficiosa para el país?
-Nosotros siempre hemos fomentado la cultura de la integración porque una persona que no está integrada a la sociedad termina siendo un problema para la sociedad, pero sobre todo para sí mismo. Una persona no integrada puede ser una persona que haya nacido en Madrid o venir de otros lugares del mundo.
Por eso nosotros hemos defendido siempre, primero, no fabricar ni crear un solo gueto; en Madrid la integración es absoluta y los ciudadanos que vienen a vivir a Madrid, desde cualquier rincón del mundo, especialmente si son hispanos, no van a un barrio determinado. Desde el primer día acceden a una educación pública que iguala a los niños en las clases, a una sanidad que no deja a nadie atrás -aunque no tenga recursos económicos-, y se puede mover con sus transportes y a través de servicios sociales puede contar con una seguridad y una protección. Creo en la integración y creo que eso pasa básicamente por el empleo y por la formación. Ahora lo estamos haciendo, por ejemplo, con todos los desplazados de Ucrania que están viniendo a Madrid: están aprendiendo español a gran velocidad; ya muchos de ellos, más de doscientos, han encontrado trabajo desde nuestros servicios de empleo y esa integración es absoluta. Todo pasa por tener unas metas, unos objetivos, y unos valores compartidos, aunque luego cada uno somos distintos, y de esta manera, pues, la integración sigue y la inmigración enriquece.
-¿Cómo valora su visita a Miami? Tiene mucho que ver la comunidad de Madrid con el condado de Miami-Dade?
-Pues, me da la sensación de que somos tan parecidos y no éramos conscientes de ello. Tenemos además el mismo tipo de influencia mestiza, de ciudadanos que huyen de otros lugares donde no encuentran empleo o prosperidad y tampoco quieren seguir siendo juzgados por tiranías o autocracias que siguen arruinando países enteros. Por eso el tipo de personas que van a Madrid a vivir o que vienen a Miami lo hacen para trabajar, para aprender, para buscar su reconocimiento, para buscar su lugar. Es mucho lo que nos une. Todo esto. También es que para nosotros, como en Miami, tenemos, sobre todo enriquecimiento puro con el español, con toda la lengua hispana, con todos los veintidós países que hacen este milagro de seiscientos millones que quieren caminar juntos.
-Escribí hace unos meses en The Miami Herald una columna en la que la comparaba con el gobernador Ron DeSantis. Ambos han tenido una postura firme y arriesgada para enfrentar al Covid y apoyar al sector hostelero y turístico en Madrid y Florida. ¿El tiempo les ha dado la razón?
-Nosotros la primera ola de COVID -que fue la más perjudicial para la salud de los madrileños- no la gestionamos. Eso fue un tsunami que llegó por toda España y que, especialmente, donde teníamos mayor densidad de población, evidentemente, afectó más. A partir de la segunda ola, nosotros pusimos en marcha, con nuestra sanidad pública madrileña, una serie de medidas que frenaron el COVID y que permitieron que la lucha contra el virus no afectara la propiedad ni la libertad de los comercios ni del trabajo y nos permitió, con medidas específicas que han sido reconocidas por todo el mundo, conjugar los dos intereses. Y hoy, Madrid, además de que a partir de la segunda y tercera ola era de las regiones que tenían menos virus, ha recuperado todo el empleo perdido durante la pandemia. Por ejemplo, su Teatro Real ha sido elegido el mejor del mundo y el mundo de la cultura por todos lados nos ha pedido asesoramiento. Estamos ganando premios gastronómicos y la región está de hecho más de moda que nunca. Hemos mostrado esa apertura, ese carácter y esa lucha del madrileño que desde el primer día que llega es madrileño, pero encara las dificultades, sale a la calle y pelea. Esto nos ha situado en esa región de tanta esperanza e ilusión y yo creo que esas han sido las claves básicas de cómo hemos enfrentado eso.
-Isabel Díaz-Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid y figura emergente de la derecha española representada en el Partido Popular. DeSantis también se ha enfrentado con lo que él considera adoctrinamiento en las escuelas en el tema de la educación sexual. ¿Cree que desde posiciones de poder de la izquierda aquí y allí se intenta adoctrinar a los niños?
-Están adoptando una agenda internacional que está impregnándolo todo en Estados Unidos, también en Europa. Abren debates para despistar, para dividir, para confundir y además llenan los libros de contenidos ideológicos. En lugar de permitir que sean las familias las que les hablen (a los niños) de ese tipo de cuestiones, les están quitando años de infancia. También a través de internet, de las redes sociales, de los videos en YouTube, etc. Y todo se ceba con la infancia, con la juventud, en lugar de hablar sobre problemas auténticos como las drogas, ese tipo de adicciones, ante la soledad, el fracaso. En lugar de ayudarles y trasladarles mensajes en positivo de la cultura del esfuerzo, de las metas, de la superación, de la resistencia ante las dificultades… les van siempre con las revoluciones, con las pagas, con el todo gratis, con el todo fácil, para frustrarlos y hacer que sean nuevas generaciones adormecidas. Y encima, cuando lo cargas con contenidos ideológicos más sexuales, nos parece que es un abuso contra su propia libertad al privar niños de su propia infancia en lugar de no inmiscuirse en decisiones que les competen más a ellos y a sus familias.
Otra cosa diferente, que todo lo confunden, es el respeto a las diferencias sexuales, a que cada uno tiene una orientación y, oye, pues, debe ser respetado. Yo creo que cada uno debe configurar su vida a su manera y sus familias, si las quieren tener, a su manera, pero esto es otra cosa, totalmente ideológico y sesgado. Evidentemente tiene un fin concreto.
-Usted sabe que la comunidad miamense está conformada por inmigrantes. El grupo más numeroso es el de origen cubano. ¿Cómo debe ser la relación de los países democráticos con Cuba?
-España con Aznar lideró en la Unión Europea (UE) una oposición dura al castrismo pero después con Zapatero, Rajoy y Sánchez se ha debilitado esa posición. Pues lo primero sería condenar las dictaduras y que hoy se juzga a Cuba como una dictadura. En algunos de mis últimos viajes a Estados Unidos, algunos de mis inversores me decían que les fascinaba Madrid, estaban deseando ir a Madrid por la baja fiscalidad que tenemos, por la apertura y la defensa de la libertad y en contra del comunismo y de todas las dictaduras, pero que les frenaba la posición de España mirando para otro lado y sin posicionarse. Nos decían, “si no condenan las dictaduras, ¿cómo vamos a saber que no se van a comportar la misma manera? ¿Cómo sé yo que no se van a inmiscuir en las decisiones de mi empresa o de mi vivienda?” Entonces es muy importante, para ser un gobierno previsible, que dé confianza y estabilidad, tener las cosas claras. Yo, desde luego, no quiero nada con las dictaduras. Nunca. Y eso es algo que ha hecho falta por parte del gobierno de España.
-La segunda comunidad en Miami, es la colombiana, ¿cómo ve para la región la victoria de Petro en Colombia, un exguerrillero de izquierda?
-Que no es casualidad, que está todo organizado. Lo que está ocurriendo en Ecuador estos días es un claro ejemplo. Lo que intentan es desestabilizar con políticas que nunca van en favor de la propiedad, del empleo, de la colaboración público-privado, del crecimiento, de la prosperidad y por tanto de la libertad de un ciudadano. Porque cuando una persona tiene su empleo, su negocio, sus proyectos, y decide cómo quiere llevar su vida… se escapa del control político. Entonces normalmente lo que buscan es desestabilizar y poner al frente a personas que destruyan, que buscan odio; López-Obrador lo ha estado haciendo sin parar en México contra España. Buscan siempre el agravio, el enfrentamiento, el culpable, pero no atienden a los problemas reales; no conozco un país en el continente americano que le haya ido bien con estas políticas. Nunca va a mejor. Es más, ellos luego destrozan a las instituciones desde adentro, cambias las reglas del juego para que nunca más la oposición tenga la oportunidad de ser una alternancia política. Mira el caso de Nicaragua u otros muchos. En el momento en que la oposición puede molestar, se le encarcela con cualquier pretexto y así se van a poco a poco volviendo más fuertes. Entre ellos se ayudan; son movimientos de desestabilización internacional ultras que se vuelven muy perjudiciales. Espero que Colombia no siga ese camino, pero si empiezan a atentar con la empresa, con la propiedad y con el sector privado, evidentemente veremos que se repite lo mismo. Ojalá que no sea así.
-Y en el tema venezolano, ¿cree que estamos en un callejón sin salida?
-A Guaidó le agredieron hace unos pocos días en una salida de un establecimiento, en la calle. ¿Y qué ocurre? Que sigue pasando el tiempo, un país está siendo secuestrado en manos de tiranos. A medida que pasa el tiempo, es más difícil recuperarlo. Es el caso de Cuba o Venezuela. Y si no se remedia pronto puede ser el caso de Colombia o de Chile. Así que es importante que las personas que no quieran perder su país se defiendan, se organicen en torno a medios de comunicación libres, en torno a personas que quieran construir y que alcen la voz, porque cruzándose de brazos no sirve de nada. Madrid es desde luego la casa de todos y es un refugio para todos aquellos que pierden su empresa, su propiedad, y quieren ser tratados con respeto, pero yo siempre digo que no quiero crecer a costa ahora de Colombia o antes de Perú. Lo que quiero es que en todos estos países nos organicemos para dar mensajes en positivo que unan a la sociedad, que le den formación a los jóvenes para que tengan una educación de calidad y que el empresario pueda prosperar porque donde falta la empresa, donde falta la propiedad y solo queda el gobernante político, el tirano… lo que viene a continuación es la miseria. Y esto no se lo merece el continente americano; somos la mejor obra y la hispanidad es todo lo contrario: somos alegría, somos prosperidad, valores, Occidente, vida, familia… todo se está perdiendo y es un fracaso de todos si seguimos viendo cómo va cayendo cada país y si nos conformamos con lamentarlo.
-Usted es presidenta de una comunidad de Madrid, pero como cantaba la canción de Júnior Iglesias presume de ser española donde va. Pero de nuevo la Generalitat ha abierto una oficina en Washington que muchos temen que intente hacer las veces de embajada. ¿Cree que hay que seguir poniendo freno a los independentistas catalanes desde el Gobierno de España?
-Bueno, no sé si pueda frenar o no. Porque si el gobierno de España no actúa, es difícil que lo haga una autonomía. Lo que tengo claro es que es una barbaridad que se estrene embajada para inventar un país que no existe porque Cataluña no es un país y no lo ha sido jamás ni lo será nunca. Y muchos menos que sirva como plataforma para insultar y atacar a España, pero es lo que tenemos: la inacción política ante los nacionalistas, porque son socios del gobierno de Sánchez, y por tanto les permiten cualquier cosa. Yo, cuando salgo fuera, lo que hago sobre todo es buscar el beneficio de los ciudadanos españoles, de las empresas, buscar lazos de unión y no reinventar una historia. Es más de lo mismo: es el agravio profesional. Es un agravio con dinero público que torna el país. En el caso nuestro, lo soportamos con los nacionalistas catalanes, etc., que están también en otras comunidades, haciendo mucho daño, y nosotros lo combatimos desde un mensaje positivo, liberal, abierto, a través de la cultura, de la música, del mestizaje, de la empresa… esto les revienta, les mata. Porque ellos lo único que buscan es el desorden, el caos y el odio, pero la verdad se abre y nada más hay que ver cómo está Cataluña y cómo está Madrid en cifras, en ánimos, en proyectos, en jóvenes, en ilusión, para darse cuenta que el nacionalismo, el agravio y el odio siempre fracasa.
-La vuelta de la derecha al poder en España parece imparable tras la victoria en Andalucía, ¿Qué supondría esto para las relaciones de España con EEUU y con una América Latina tan escorada hacia la izquierda?
-Yo creo que los Estados Unidos siempre han sido aliados naturales de España y deberíamos seguir siempre de la mano. Tenemos que deshacer agravios y gestos inoportunos que se han tenido, y sobre todo darnos cuenta de que debemos caminar juntos, no solo porque nos necesitamos, sino también porque Estados Unidos es un faro de libertad para todos. América y España hemos sido lo mismo. Y esto desde luego son lazos que se tienen que volver a reconducir, y muy especialmente, que España no abandone el legado en América porque sería faltar a la verdad y permitir que se derriben estatuas o se fabriquen odios contra España. Me parece una barbaridad porque estatua que se derriba va acompañada de una empresa que se quiebra. Mucha gente está utilizando el odio a España, que el propio gobierno no frena, para buscar un enemigo inventado siglos más tarde, cuando insisto: el lenguaje español es la clave de todo, pero sobre todo de la hispanidad. No del español de España, sino del español de todos. Y es esa hispanidad, ese fenómeno de fusión cultural lo que nos ha dado tanta estabilidad, tanto progreso, a lo largo de los siglos. Para mí, la hispanidad representa la ilusión, la alegría… es una forma distinta de vivir, de ver la vida, que nos hace distintos sin ser ni mejor ni peor, pero únicos. Todo esto lo tenemos que reivindicar y creo que de esta manera podríamos revertir todo esto.
-¿Y van a seguir apostando por Madrid como centro mundial de la lengua española?
-Estamos apostando por el español en todas sus vertientes. Desde el punto de vista de un fenómeno económico sin duda, puesto que es un motor económico; pero también a la hora de atraer estudiantes, universidades, proyectos culturales, eventos. Por ejemplo, ahora Netflix ha instalado en Madrid la sede para Europa. Están llegando cada vez más proyectos de empresas digitales, del tema ambiental, de todo, y todo para hacerlo en español. Y la cultura para nosotros es clave porque es el lenguaje que nos une a todos. Cada vez hay más artistas en español que están triunfando en el mundo. La música latina ha despertado como nunca y Madrid es la casa de todo ello, así que queremos potenciarlo, potenciar el turismo, y seguir reivindicando este fenómeno que a los dos lados del Atlántico nos ha hecho ser únicos.
-Por último, después de pasar varios días en Miami, ¿con qué se queda?
-Sobre todo con el empuje. La forma de vivir, de afrontar aquí las dificultades y las oportunidades. Y luego, sobre todo, muchos contactos de ciudadanos que tienen relación con Madrid porque o bien tienen familiares o tienen negocios o quieren tenerlos. Sobre todo, son muchas ganas de compartir y de crecer juntos. Todo lo que me llevo es una cartera enorme de contactos, de proyectos, de posibilidades, que giran en torno a la empresa, a la cultura, a la música, no sé, a los desarrollos que tenemos por ejemplo en Madrid. Creo que vamos a tejer muchas alianzas nuevas después de este viaje, pero tengo la sensación de que tendrían que haber sido muchos más días al final porque todo el mundo quería volver a reunirse con nosotros, concretar. Así que vamos a seguir trabajando con las personas que hemos encontrado en estos días para hacer de Miami y Madrid lugares cada vez mejores.