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Isabel Díaz Ayuso: «Si la mujer de Sánchez quiere trabajar, que lo haga con transparencia»

La presidenta madrileña insiste en que su pareja «es un ciudadano anónimo, cuya relación no está ni oficializada», y en que no debe dar explicaciones «de la propiedad de un particular»

En la semana de la Comunidad de Madrid, cuando esta región celebra su día grande, el Dos de Mayo, la Puerta del Sol bulle con centenares de madrileños y turistas. «Madrid está más de moda que nunca», dice la presidenta regional. ABC se sienta frente a frente con Isabel Díaz Ayuso (Madrid, 1978) y comenta la no dimisión de Sánchez en un hotel cercano y sus planes sobre la Justicia y los medios de comunicación, con una advertencia: «La democracia está más en peligro que nunca».

—Estamos en medio del barro, presidenta. ¿Usted ha pensado en parar y tomarse unos días de reflexión?

—No, intento mirar con perspectiva lo que está pasando para acertar y entender lo que está viviendo España, que es un momento inédito. Pero cuando se tiene la responsabilidad de presidir una administración, una institución importante como puede ser el gobierno de la nación o una comunidad autónoma, nunca se para y nunca se toma uno esos días libres dejando un vacío de poder.

—¿Se ha planteado alguna vez dimitir?

—No. Acabamos de pasar unas elecciones autonómicas en Madrid, donde los madrileños nos han dado una amplia mayoría para gestionar, en un momento muy bueno para Madrid. Ni lo que yo sienta ni lo que yo pase está por delante de mi responsabilidad con Madrid.

—¿Y merece la pena esto, como se ha preguntado Sánchez en su reflexión?

—Para tu vida personal, ahí sí te queda una gran duda, porque todo esto te genera un vacío tremendo. A mi entorno le han realizado una persecución, a mi colegio, a mi barrio, a mis vecinos, a mi pueblo, a mi familia, a mis amigos, ya hemos llegado a los tíos y a los primos. Intentan destruirte en lo personal y crearte complejos y, desde el punto de vista personal, no sé si a mi familia y a mi entorno les merece la pena; pero yo sí sé que tengo una responsabilidad, que esa forma de intentar destruirte en lo personal, porque no pueden hacerlo desde las urnas, no puede ganar. Y por tanto me aferro a otras cosas mucho mejores, como el centro de ELA que hemos abierto esta semana.

—Según Óscar Puente, Pedro Sánchez es el ‘puto amo’. ¿Qué le contestaría?

—Este Gobierno demuestra, con ese nivel que tiene y la actitud de sus ministros, que no están a gestionar problemas de España, que se van enquistando. Están para demostrar quién es el más chulo, el que más manda. Para prueba, estos últimos días. Nos han demostrado que están por encima de la ley, de la Justicia y de todo contrapeso.

—Los días de reflexión de Sánchez comenzaron después de que el juez abriera diligencias sobre su mujer, ¿cómo lo interpretó?

—Todo lo que estamos viviendo es una estrategia para tapar la trama de Ábalos, Koldo, más las actividades del presidente; pero sobre todo ha servido para pedirle permiso a la izquierda para cometer barbaridades aún mayores. Ahora van a ir con más fuerza si cabe contra el Consejo General del Poder Judicial, la independencia de los jueces y fiscales, el Tribunal Supremo, y para señalar a periodistas y medios de comunicación. A través del sentimentalismo ramplón ha pedido más madera.

—¿Ve necesario investigar las actividades de Begoña Gómez?

—Veo necesario entender por qué la mujer de Sánchez hace lo que nunca ha hecho la mujer de ningún presidente del Gobierno antes. No si tiene derecho a trabajar o no, sino si tiene algo que ver con su profesión, con su preparación académica, con los ámbitos de los que procedía, si está tomando decisiones impropias, si está haciendo negociaciones en nombre del Gobierno, con información privilegiada, llevando decisiones fundamentales al Consejo de Ministros. Por qué su nombre siempre está relacionado con las partes más sórdidas de una trama de corrupción. ¿Alguien puede explicar simplemente qué está pasando? El presidente ha decidido no dar una sola explicación, dar una patada al tablero y echar más madera.

—Sánchez dice que el PP quiere que la esposa del presidente se quede en casa y no trabaje.

—Eso es una estupidez como tantas otras que está diciendo para llevar al terreno sentimental todo lo que está haciendo. Si la mujer del presidente quiere trabajar, tiene que hacerlo con transparencia y no tomar decisiones que son impropias por incompatibilidad evidente.

—¿Hay que regular la figura del cónyuge del presidente?

—Lo que hay que hacer es las cosas bien. No les ha hecho falta a las otras esposas de presidentes del Gobierno porque sabían cuál era su papel. Lo que no es normal es esto.

—Su pareja ha protagonizado muchos titulares por un presunto fraude fiscal. ¿Qué responsabilidad asume usted?

—Mi pareja no ha protagonizado, han querido que sea protagonista. Es un ciudadano anónimo, que no tiene ni redes sociales, cuya relación ni está oficializada, con una inspección fiscal de unos ejercicios en los que no nos conocíamos, donde se ha vulnerado su defensa, sus datos se han troceado por los medios de comunicación. Incluso se ha llevado a los tribunales a la Fiscalía para conocer cómo ha podido ser posible esto. Y lo que me parece más preocupante es la utilización de todos los medios del Estado contra un particular para hacerme daño a mí en lo personal.

—La ministra Montero le ha pedido explicaciones a usted por vivir en un piso pagado supuestamente por un fraude fiscal. ¿Qué contesta?

—Se verá en los tribunales hasta dónde ha llegado con sus declaraciones. Yo no tengo que dar explicaciones de la propiedad de un particular. Que den explicaciones todos los ministros, los delegados y subdelegados del Gobierno que viven por toda España en pisos pagados por los ciudadanos, o un presidente que vive entre cinco palacios. Por qué tengo que dar explicaciones yo por una relación sentimental.

—La izquierda la acusa de mentir al hablar de esa inspección fiscal.

—Es una campaña de descrédito constante que llevo sufriendo cinco años, da igual lo que explique, lo que se demuestre. La verdad da igual, porque a una persona por ser mi pareja se la ha condenado. Ya está condenado, ya se ha dado por supuesto que todo es ilegal y un gran fraude. Y ni siquiera él ha empezado a dar explicaciones ante nadie. Por tanto, es la inversión de la verdad.

—¿La democracia está en juego?

—Totalmente, está en peligro como no lo ha estado desde la dictadura. Ahora se va a perseguir a los jueces, se está cuestionando sus decisiones, se les está amenazando, se persigue a sus entornos. Se señala a los periodistas, se deslegitima el Senado, se gobierna por encima de las comunidades, no se da ningún tipo de explicación en política internacional, se apartan a los funcionarios de carrera para poner al frente de instituciones a activistas políticos, se está rompiendo cualquier contrapeso. Sí, está en peligro la democracia y por tanto también la convivencia, y por supuesto la prosperidad como última consecuencia.

—Cuando usted dice que Sánchez está colando una dictadura por la puerta de atrás, ¿no es retórica?

—Lo llevo diciendo un tiempo y cada día se demuestra una prueba nueva. Él lo que ha dicho en esos cinco días es ‘voy a ir a por todas, voy a perseguir a los jueces que osen acercarse a mí, voy a destrozar todo medio de comunicación que sea para mí incómodo y voy a seguir echando más madera, voy a crear un país cada vez más subvencionado y más dependiente’. No nos lo queremos creer, porque si te lo crees esto da miedo. Me veo pesimista, a pesar de saber que tenemos todavía un Poder Judicial importante, con buenos jueces y magistrados, sé que todavía hay una prensa que no se pliega a la línea que marca el régimen y muchos ciudadanos que no se van a resistir. Pero la democracia y la convivencia están más en peligro que nunca.

—¿Considera legítimo al Gobierno de Sánchez?

—El Gobierno de Pedro Sánchez está sustentado por siete votos, a través del Congreso de los Diputados, que sobrevive en torno a una gran mentira, una gran farsa, con un programa que negó, con grandes mentiras, tomando decisiones de Estado que nadie le ha pedido. Es legal, pero no tiene legitimidad para nada de lo que está haciendo.

—El pasado fin de semana vimos a ministros saliendo en tromba con acusaciones contra jueces y prensa. Algunos gritaron incluso el ‘no pasarán’. ¿Dónde nos están llevando?

—A los bandos, como nunca. Nunca habíamos hablado tanto del Valle de los Caídos, de Franco, de la guerra, de los de enfrente, de los unos y de los otros. Nos quieren llevar a sentir odios para que los de mi bando, hagan lo que hagan, sean perdonados y amnistiados. Da igual si roban, si tienen delitos de corrupción o delitos contra la libertad y la vida. Son los de mi bando, y por tanto todo lo que ocurra se perdona porque son los míos. Muchos mayores nos dicen que esto ya lo han vivido y les preocupa. Nos quieren llevar a la España de los bandos. Es profundamente insensato.

—¿Le sorprendió la poca movilización que consiguió el PSOE en un momento decisivo para Sánchez?

—No, porque al final a una inmensa parte de los socialistas nada de lo que está pasando les convence. Esa utilización sentimental para simplemente echar más madera no les ha gustado. La movilización fue nacional, pero no consiguieron un tercio de lo que es un escaño en Madrid. Da vergüenza ajena todo lo que ha montado estos días. Y utiliza al Rey y le hace perder el tiempo para decir que se siente legitimado para ir más contra los jueces, los medios y la oposición.

—A usted le reprochan el ‘me gusta la fruta’ o el ‘que te vote Txapote’. ¿Ha sido un exceso? ¿Se arrepiente de haber extendido esas expresiones?

—No, las digo cada día, de hecho. Creo que tienen la piel muy fina, señores que están causando tanto daño a España, se ven con toda la libertad y el derecho a llamar nazis a los de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, pero ellos pueden gobernar con los que tienen crímenes y delitos contra la vida a sus espaldas, que han expulsado a vascos de su tierra, que han fracturado a la sociedad catalana. Y el presidente del Gobierno es capaz en viajes internacionales de arremeter contra mi familia y difamarla. A mí la fruta me gusta muchísimo. Me gusta cada día más.

—¿Habría que bajar el tono en general, incluida usted misma?

—Tengo una relación pésima con el presidente del Gobierno, es evidente. Pero ni de lejos a mí se me ocurre hacer ni decir lo que ellos. Ni intento controlar la Justicia en Madrid, sino todo lo contrario, ni utilizo las herramientas que me da la Comunidad de Madrid para desguazar el entorno de mis adversarios. No estamos hablando de lo mismo. Cosa diferente es una broma, una gracia, que lo que les fastidia es que ha funcionado muy bien y a la gente le encanta.

—¿Qué le parece que el presidente ponga en el punto de mira a medios de comunicación?

—No soporta la crítica y tampoco la verdad. Sánchez vive al día, sobrevive dando patadas hacia delante, con nuevas ocurrencias. Todo aquello que le sea incómodo al Gobierno está en la picota.

—Su jefe de gabinete también señaló a periodistas. ¿Se equivocó?

—Con su móvil particular discutió con una periodista, con la que tenía una relación de confianza de muchos años. Jamás en la Comunidad de Madrid damos el trato que Sánchez da a la prensa, ni por asomo.

—¿Mantiene su confianza en él? ¿Continuará en el puesto?

—Para mí es una persona muy importante en el plano personal y laboral. Hemos pasado todo tipo de aventuras y tanto él y el equipo que me acompaña es excelente. Es un equipo libre, que va a estar el tiempo que quiera estar. Les debo mucho.

—¿El PP debe seguir buscando un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial?

—Yo, por mi parte, no negociaba absolutamente nada con este Gobierno, porque siempre ha buscado su propio beneficio, para tomar el pelo y para tener más control, en este caso sobre la Justicia.

—El CIS ha disparado al PSOE hasta rozar la mayoría absoluta.

—Es el CIS de Tezanos, es para lo que está. Y con eso todas las demás instituciones. El Gobierno ha decidido que las herramientas del Estado están a su servicio.

—¿Cree que estos últimos movimientos de Sánchez le benefician electoralmente?

—Todo lo contrario. Ha mostrado todavía más la profunda debilidad que tiene y cómo es capaz de utilizar todas las instituciones del Estado para su estrategia. Pero este proyecto implosionará, no sé cuándo, y España tendrá que estar preparada, sin que se rompan los puentes.

—¿Qué pasará en las elecciones catalanas?

—Veo que la sociedad catalana no tiene agua, una clase media hundida, una sociedad que siempre fue próspera, conservadora y trabajadora en torno a la empresa y los grandes eventos, y hace mucho tiempo quedó todo eso secuestrado y en manos del nacionalismo. No tengo muchas esperanzas en las elecciones, pero sí en el pueblo catalán. Los catalanes están muy hartos de todo lo que pasa y ojalá el PP tenga un peso fuerte, que pueda ser una voz necesaria de España en Cataluña.

—¿Cómo ve que el Gobierno elimine el premio Nacional de Tauromaquia? ¿Tomará alguna medida?

—Es una muestra más del sectarismo y el autoritarismo de este Gobierno, tan cegado, que es incapaz de conocer, apreciar y respetar la cultura española. Se arroga hablar en nombre de todos los españoles, miente sobre el significado de la fiesta, la aportación económica, medioambiental y turística que hacen las ganaderías, las plazas y el sector en su conjunto. Este Gobierno siempre intenta a través de ocurrencias ministeriales hacerse eco en las elecciones, ahora catalanas. No les oí atacar los toros durante las elecciones vascas, desde Bilbao, por ejemplo. Le animo a hacer lo propio con los Sanfermines. Madrid es libertad y verdad. Seguiremos fomentando la fiesta desde nuestros premios anuales de Cultura. Y ofrecemos la Real Casa de Correos para la entrega del Premio Nacional de Tauromaquia que otorgará la Fundación Toro de Lidia.

 

 

 

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