Isabelle Huppert: “El cine es una prueba de resistencia”
La actriz francesa recibe en el Festival de Morelia la medalla de la Filmoteca de la UNAM
Una noche de esta semana dos mundos convergieron bajo la noche lluviosa de Morelia, Michoacán. Isabelle Huppert (París, 1953) encarnaba al viejo mundo. La musa de Michael Haneke y una de las actrices más representativas del cine francés se encontró con la vitalidad del nuevo continente. Los mexicanos Michel Franco y Gabriel Ripstein, los realizadores mexicanos que viven un año de ensueño tras haber triunfado como productores en Cannes y Venecia, eran los anfitriones de una de las fiestas más importantes del Festival de cine de Morelia. En medio de todos ellos estaba Alfonso Cuarón, el hombre premiado por la Academia de Estados Unidos por haber llevado a millones de espectadores al espacio. “En Francia hay mucha curiosidad por lo que se está haciendo en el cine mexicano”, aseguró Huppert en una entrevista el día después de la reunión.
La actriz fue una de las invitadas de honor del festival. La Universidad Nacional aprovechó la ocasión para premiar su trayectoria con la medalla de la Filmoteca. La presea ha sido otorgada en años anteriores a Juliette Binoche, Terry Gilliam, Mike Leigh y al iraní Abbas Kiarostami, entre otros.
Pregunta: Usted representa el mejor cine europeo, ¿qué siente al venir a América?
Respuesta: Siento una gran vitalidad. Sobre todo aquí en Morelia, donde he percibido un gran amor y atención por el cine.
P. En 2014 pasó cuatro meses en el continente, rodando dos películas y con una obra de teatro en Nueva York. ¿Está pensando en trabajar más de este lado del Atlántico?
R. No, fue una coincidencia. Valley of Love, de Guillaume Nicloux se rodó en California, pero era una producción francesa. Y Louder than bombs, dirigida por Joachim Trier, un director noruego se rodó en Nueva York porque así lo eligió. No he recibido invitaciones para trabajar de realizadores hispanos, pero si las recibiera lo haría con placer. ¿Por qué no?
P. Ha dicho que ha rodado en todos los países de Europa menos en España ¿Se le resiste el mundo hispano? ¿Por qué?
R. Es cierto. Tampoco he filmado nunca en Inglaterra. Sobre todo he ido a presentar películas en España. No hay muchas relaciones entre las industrias del cine de España y Francia. Las hay más entre Italia y Francia. Eso me ha sorprendido.
P. Peter Greenaway ha dicho aquí en Morelia que el cine ha muerto. ¿Qué opina del futuro de este arte?
R. No soy pesimista. No creo que esté muerto. Siempre se ha dicho, desde su inicio, que el cine está en peligro porque en relación a otras formas de expresión implica mucho tiempo, mucho dinero y a muchas personas. Lo demás se puede hacer con tan solo una pluma. El cine es una prueba de resistencia y eso jamás va a cambiar.
P. ¿Ni siquiera con las nuevas tecnologías? Para bien o para mal…
R. En Francia hay un refrán que dice “maceta de hierro contra maceta de barro”. Es una lucha injusta. Ahora cada vez hay más creativos, pero los más auténticos siempre son los más frágiles. Son a estos a los que más trabajo les cuesta hacerse oír, pero esto no quiere decir que mueran. Si el cine muere habrá que revivirlo.
P. ¿Le ha costado trabajo sacudirse algún papel?
R. No. Soy muy infiel.
P. Usted afirma que no interpreta personajes, sino estados mentales.
R. Es una forma teórica de explicar lo que hace una actriz. Muchas ocasiones algunos actores son demasiado respetuosos con los personajes. A veces hay que ser más irrespetuosos con los papeles. El personaje vive solo en el papel. Una vez que se ha empezado a interpretar uno se tiene que olvidar del papel porque tienes que buscar cosas mucho más reales y verdaderas. Primero lo retienes y después te lo sacudes.
P. Hace algunos años dijo que su película favorita es aquella que nunca hará, esa que será un secreto para usted. ¿Sigue pensando igual?
R. Siempre se persigue un sueño personal, no de una película. Me gustan y maravillan muchos de los filmes que he hecho, pero como actriz sigo un sueño en sí mismo. Y es un sueño que quiero perseguir, por lo que debe ser inalcanzable.