Israel vota para establecer un nuevo gobierno en medio de una profunda crisis política
Los israelíes votan por quinta vez en menos de cuatro años para conformar un nuevo Knéset (Parlamento) y la figura de un primer ministro, en medio de una reñida carrera política que amenaza con alargar la parálisis parlamentaria que vive el país. El ex primer ministro Benjamin Netanyahu apuesta por regresar al poder, mientras Yair Lapid lucha por mantenerse en el cargo que asumió en julio de este año. El ganador tendrá que batirse para lograr la mayoría parlamentaria.
Más de 12.000 colegios electorales en Israel abrieron sus puertas este martes a las 7:00 hora local con un fuerte dispositivo de seguridad, que espera a más de 6,8 millones de votantes, entre una población de 9,3 millones, para que elijan 12 de 39 partidos para que alcancen la representación en la Knéset.
Los principales candidatos, Yair Lapid, primer ministro en funciones y el líder de la oposición, Benjamín Netanyahu, comandaron una agitada campaña durante los últimos meses, que se extendió hasta el lunes en la noche y buscaba cautivar principalmente a un 20% de los votantes que se encontraban indecisos, según revelaron las encuestas.
Netanyahu, líder del partido Likud y que aspira a recuperar el cargo que ya ejerció durante 15 años, emitió su voto este martes a primera hora en Jerusalén junto con su esposa y pidió a los israelíes elegir “un gobierno que no esté apoyado por terroristas”.
El ex primer ministro, que está siendo juzgado por cargos de corrupción, se refería a la coalición contrincante que fue conformada por Yair Lapid en junio del año pasado, junto con partidos de derecha, centro, izquierda e incluso el Raam, una unión árabe islamista.
“Estoy un poco preocupado, pero con la ayuda de las personas que nos escuchan, espero que terminemos el día con una victoria. Espero que no renuncies a tus derechos democráticos», afirmó Netanyahu tras depositar su voto.
Entretanto, Yair Lapid, líder del partido Yesh Atid, registró su voto junto a su esposa Michal Herzog, en Tel Aviv, desde donde pidió a los ciudadanos israelíes que voten “sabiamente” y pensando “en el futuro de sus hijos”.
«Buenos días, voten sabiamente. Voten por el Estado de Israel, por el futuro de nuestros hijos y por nuestro futuro en general», dijo Lapid a los medios antes de emitir su voto junto en la escuela Ramat Aviv Gimel, cerca de su residencia familiar.
Aunque hay gran incertidumbre y ninguno de los dos candidatos ha logrado un apoyo notorio, las últimas encuestas le dan la victoria a Netanyahu, que lograría entre 30 y 31 puestos en el Knéset, aunque se prevé que tenga dificultades para que los bloques que le apoyan y con los cuales podría formar coaliciones, obtengan una mayoría.
“Estamos cansados de incitación y polarización”, afirmó al votar el actual ministro de Defensa, Benny Gantz, líder de la Unidad Nacional ubicada en el bando de Lapid. Por su parte, Bezalel Smotrich, líder del partido de ultraderecha del Sionismo Religioso, animó a votar para superar un año difícil con un gobierno izquierdista y de los Hermanos Musulmanes».
La inestabilidad política que carga Israel
El país, que lleva años inmerso en una incertidumbre política, tiene un sistema parlamentario compuesto por varios partidos, que no han logrado obtener suficientes votos para asegurar la mayoría de los escaños en el Knéset, razón por la cual se citó a nuevas elecciones este martes 1 de noviembre.
Para lograr una mayoría, los partidos deben unirse mediante coaliciones con el fin de lograr los 61 escaños necesarios para formar un gobierno. En junio de este año, el primer ministro de ese entonces, Naftali Bennet y su titular de Exteriores, Yair Lapid, anunciaron la disolución del Knéset tras su imposibilidad de mantener una mayoría parlamentaria.
Este hecho puso en evidencia la inestabilidad política del país, que tuvo a Bennet al mando del poder tan solo durante un año y posteriormente dio con la desintegración de las coaliciones formadas por su gobierno, luego de sufrir una oleada de renuncias de los diputados.
Si Netanyahu obtiene la victoria tampoco tendrá un camino fácil. Muchos de los diputados de centro-derecha se niegan a trabajar con él tras acusarlo de ser una figura polarizadora, además del juicio de corrupción que afronta, del cual se ha declarado inocente.
Durante las últimas cuatro elecciones, Netanyahu no logró construir mayorías gobernantes duraderas, como lo lograron Bennet y Lapid con una coalición sin precedentes, que reunía ocho partidos, incluyendo uno árabe, pero solo se mantuvo firme durante aproximadamente un año.
El largo camino para la formación de un gobierno estable
Netanyahu, de 73 años, busca reunir una mayoría con 61 diputados de 120 junto con sus aliados ultraortodoxos y de extrema derecha. Por su parte, Lapid de 58 años, busca convencer a los votantes de mantener el rumbo del cargo que asumió desde julio de este año.
La seguridad y el aumento de los precios han ganado gran protagonismo en la lista de preocupaciones de los votantes en esta campaña electoral, que corre el riesgo de que ninguno de los dos candidatos obtenga la mayoría necesaria para la conformación de su gobierno.
La campaña se ha visto marcada por el inicio de un conflicto con el grupo militante Yihad Islámica en Gaza desde agosto y meses de violencia en la Cisjordania ocupada, registrando ataques y enfrentamientos casi diarios.
Con EFE, Reuters y medios locales