Italia inicia la fase 2 sin descartar un nuevo confinamiento si se descontrolan los contagios
Los ciudadanos podrán ir a dar un paseo, dar una vuelta en bicicleta o visitar a familiares y parejas
Llegó el día más esperado de los italianos en su larga cuarentena del coronavirus, después de casi dos meses de confinamiento. Este lunes comenzó oficialmente la fase dos de la pandemia, la del reinicio de actividades productivas para casi cuatro millones y medio de personas. Todos los italianos, por fin, podrán salir a dar un paseo, darse una vuelta en bicicleta por la ciudad o visitar a familiares, parejas o novios.
Esta apertura exige responsabilidad a los ciudadanos. Si no fuera así, el Gobierno ya ha advertido: «De la misma forma que se abre, se puede cerrar. Tenemos indicadores que nos permitirán adoptar medidas correctivas en caso de un retorno de la epidemia. Si las cosas van mal, los cierres se producirán automáticamente», advierte Walter Ricciardi, consejero del ministro de Sanidad y miembro del comité técnico científico. El primer ministro, Giuseppe Conte, ha comunicado también a los italianos que «es la hora de la responsabilidad».
Aparte de las tiendas y locales que vendían productos de primera necesidad, hoy recomenzaron las actividades manufactureras, el sector de las construcciones, el comercio al por mayor ligado a las actividades abiertas, que van desde la moda a la fabricación de automóviles y muebles. Los restaurantes y bares podrán hacerlo solo para entregar las peticiones que se hagan desde casa o en el propio local, a condición de que no se consuma en el interior sino en las casas. En el último decreto del Gobierno se estableció que hasta el 1 de junio no podrían abrir bares, ni restaurantes, ni peluquerías. Pero son muchas las presiones para que se adelante la apertura.
Durante la cuarentena, ocho millones de personas hicieron teletrabajo, un número extraordinario teniendo en cuenta que el 1 de enero solo 570.000 personas lo hacían, frente a 14 millones que, potencialmente, podría teletrabajar. Ahora de los ocho millones que lo hicieron en los dos últimos meses, muchos continuarán a hacerlo total o parcialmente.
«Trabajo en seguridad»
Obviamente no es un retorno a la normalidad, ni mucho menos. Las empresas han tenido que adoptar numerosas precauciones y protocolos de seguridad para poder reabrir y evitar que el coronavirus se difunda: distanciamiento entre personas, mascarillas, gel desinfectante para las manos, guantes, medir la temperatura al ingreso, desinfección de los ambientes. Los sindicatos han sido los primeros en exigir, para volver al trabajo, rígidas medidas de seguridad, que reflejaron en un emblemático eslogan en la fiesta del 1 de mayo: «El trabajo en seguridad, para construir el futuro».
La mascarilla es obligatoria para los adultos y los menores a partir de los seis años. Deberán llevarla en los transportes públicos, en locales cerrados y cuando se encuentren a personas con las que no conviven. Se han abierto los parques, donde se pueden hacer actividades motoras manteniendo distancia de dos metros. Permanecen cerradas las áreas de juegos para los niños. En centros deportivos, se permite el entrenamiento individual, aunque se forme parte de un equipo.
Miles de personas viajarán hoy hacia el sur, porque el gobierno autorizó el desplazamiento de quienes se quedaron «prisioneros» durante casi dos meses, cuando se decretó la cuarentena.
Responsabilidad
Hasta ahora los italianos han respondido con disciplina a las draconianas medidas de confinamiento impuestas por el Gobierno. Queda en el aire si, al abrirse la puerta de la desescalada, se abusará o se mantendrá aún la disciplina. En muchas ciudades, se ve ya cierto tráfico y el aumento de las personas en la calle. La autocertificación que se exigía para justificar la salida de las casas ya solo se debe presentar para las visitas médicas y cuando se visita a familiares o parejas, pero sin identificar a la persona que uno debe encontrar para tutelar la privacidad.
En definitiva, se abre la fase 2, pero con prohibiciones y exigencia de responsabilidad para todos.