Jean-Claude Juncker: El expresidente de la Comisión Europea y las claves para negociar con EE.UU
«Trump hace política de hombre a hombre, lo cual es complicado con Ursula von der Leyen...»
Primer ministro de Luxemburgo durante 15 años con el conservador Partido Popular Social Cristiano y presidente de la Comisión Europea entre 2014 y 2019, Jean-Claude Juncker se convirtió en un referente en las instituciones europeas no solo por las medidas que llevó a cabo, como el Plan Juncker, que movilizó inversiones por más de 500.000 millones de euros, sino por su peculiar estilo entre lo campechano y lo irreverente (su foto ‘estrangulando’ a Luis de Guindos no hizo mucha gracia al entonces ministro de Economía). Ingenioso y hábil en las distancias cortas, tuvo su ‘momento de gloria’ en la época de las reuniones a puerta cerrada y los pactos entre grandes líderes de madrugada, todavía bajo nubes de humo de tabaco. Luego fue perdiendo ‘fuelle’: sus críticos le reprochan la mala gestión de la crisis migratoria en el Mediterráneo y la insuficiente previsión ante el brexit. Ahora, a los 70 años, retirado de la primera línea, sigue participando en debates sobre el futuro de Europa y sobre la compleja posición de la misma ante un nuevo mandato de Donald Trump, quien no ceja en sus amenazas a la Unión Europea. Porque uno de los ‘logros’ de Juncker fue entenderse con Trump. En julio de 2018, como jefe de la Comisión Europea –puesto que ahora ocupa Ursula von der Leyen–, logró algo en lo que la entonces canciller Angela Merkel y el presidente de Francia Emmanuel Macron habían fracasado: cerró un acuerdo con Donald Trump en la Casa Blanca y evitó una guerra comercial con la Unión Europea.
XLSemanal. Señor Juncker, ¿cuál fue su truco?
Jean-Claude Juncker. Me tomé en serio a Donald Trump. Al fin y al cabo era el presidente electo de los Estados Unidos, y ahora lo es de nuevo. Intenté ponerme en su lugar, lo que incluía, entre otras cosas, que tenía una visión completamente distorsionada de la Unión Europea (UE). Creía –y, al parecer, todavía lo cree– que los europeos inventaron la UE para dañar los intereses de Estados Unidos. Además, en ese momento estaba teniendo conflictos con los agricultores estadounidenses porque China había reducido las importaciones de soja estadounidense a cero. Pude ofrecerle una salida…
XL. … prometiéndole comprarle soja.
J.C.J. Eso le permitió ganar puntos con sus agricultores y no fue difícil para mí. Apenas producimos soja en la UE. Además, le ofrecí a Trump importar más gas natural licuado de Estados Unidos a Europa. Esas fueron dos cosas con las que pudo ganar puntos políticamente en su país.
A solas en la Casa Blanca. En julio de 2018, Trump recibió a Juncker en la Casa Blanca y, según el luxemburgués, el presidente americano tomó la iniciativa de besarlo. No solo eso, difundió en redes sociales la imagen que había tomado el fotógrafo de la Casa Blanca.
XL. Entonces, ¿ya sabía antes de la reunión que Trump era vulnerable en esos dos puntos?
J.C.J. En realidad, no. Asumí que sabía que apenas producimos soja y que mi oferta de importación no nos costaría nada. Pero no lo sabía. Trump no es alguien que se sumerja en la esencia de los problemas. Los aborda solo superficialmente. Aproveché esa debilidad. Trump dijo: «Quiero un acuerdo», y yo respondí: «Puedo ofrecerte un acuerdo».
XL. Pero no podía prometer que la UE importaría más soja o gas natural licuado, ya que eso lo deciden las empresas, no la Comisión Europea. ¿Engañó usted a Trump?
J.C.J. Digamos que no quería engañarlo, pero tampoco quería abrumarlo con demasiados detalles.
«Trump me besó. Y respondí a su beso masculino. Él publicó la foto en Twitter y mi esposa me regañó. Me había advertido específicamente que no besara a Trump»
XL. ¿Había más cosas que Trump no sabía?
J.C.J. Sí. Uno de sus errores fue querer hablar sobre política comercial con los jefes de Gobierno de los países de la UE. Sin embargo, en la UE, únicamente la Comisión es responsable de las relaciones comerciales con terceros países. Le dije a Trump: «Está bien que hables con Merkel o Macron, pero yo soy la persona con la que debes hablar». En ese sentido, nuestra reunión fue también una lección para él. Y lo digo sin ninguna arrogancia.
XL. Después de la reunión, Trump no solo convocó espontáneamente una conferencia de prensa en el jardín de rosas de la Casa Blanca, sino que también publicó una foto en la que lo besa. ¿Qué ocurrió?
J.C.J. Después de nuestra conversación, estábamos solos en el Despacho Oval. Al menos eso creía. No sabía que el fotógrafo de la Casa Blanca estaba detrás de nosotros. Trump me besó. Respondí a su beso masculino. Trump publicó la foto en Twitter, y mi esposa me regañó. Como soy conocido por besar y abrazar, me había advertido específicamente que no besara a Trump. Pero Trump incluso añadió una declaración de amor a la foto.
«Trump es extremadamente volátil, en su forma de pensar y actuar. Durante una reunión puede cambiar de opinión de 0 a 100 y luego volver atrás»
XL. «¡La UE y los Estados Unidos se aman!», tuiteó.
J.C.J. Eso fue sorprendente. También se mostró muy satisfecho de que se hubieran calmado las relaciones entre los Estados Unidos y la UE. Sin embargo, esto no lo aplicó igual a su percepción de Alemania.
XL. ¿En qué sentido?
J.C.J. Su relación con Alemania fue un capítulo difícil en nuestras conversaciones. No tenía palabras amables para los alemanes ni para la canciller Angela Merkel. Me convertí entonces en defensor de los intereses de Alemania y le dije que su visión era demasiado negativa. Señaló que los alemanes habían ocupado Luxemburgo en 1940. Le respondí que eso fue hace mucho tiempo, que ahora nos llevamos bien con los alemanes y que él debería hacer lo mismo. Lamentablemente, no lo logró del todo.
XL. Trump ha amenazado en los últimos meses con imponer aranceles de entre el 10 y el 20 por ciento a las importaciones de la UE. Las consecuencias serían desastrosas. ¿Debería la Comisión prepararse con medidas de represalia antes de negociar con él?
J.C.J. En 2018 teníamos una lista completa de medidas de represalia en el bolsillo. Algunas las llevamos a cabo después de que Estados Unidos impusiera aranceles especiales sobre el acero y el aluminio de la UE en junio de 2018. Nuestros aranceles de represalia golpearon a Trump donde más le dolía. Afectaron a estados de América donde necesitaba desesperadamente una mayoría para su reelección. Supongo que la Comisión está preparando algo similar en este momento. Si Trump comete el error de imponer aranceles excesivos, debemos estar preparados para responder de la misma manera. Al mismo tiempo hay que hacer todo lo posible para sofocar esta incipiente guerra comercial.
XL. El acuerdo de 2018 también fue posible porque su equipo logró establecer contacto con el asesor económico de Trump, Larry Kudlow, quien adoptaba posiciones moderadas hacia la UE. En el próximo Gobierno de Trump será difícil encontrar personas así…
J.C.J. Con Kudlow logramos encaminar un acuerdo en el último minuto, y Trump escuchó a Kudlow. Sin embargo, no daba mucha importancia a la opinión de sus ministros. Me sorprendió en varias reuniones con Trump que sus ministros lo contradijeran abiertamente, incluso en presencia de representantes de la UE y de otros países. Ahora, sin embargo, habrá que adaptarse a un Gobierno de Trump compuesto casi exclusivamente por seguidores leales que están alineados con su personalidad y su política.
XL. ¿Cómo describiría el estilo de negociación de Trump?
J.C.J. Es extremadamente volátil en su forma de pensar y actuar. Durante una reunión puede cambiar de opinión de 0 a 100 y luego volver atrás. Lo que es aún más importante: Trump no hace acuerdos con naciones, y mucho menos con la Unión Europea. Ni siquiera la toma en serio. Hace acuerdos con la persona que le ofrece algo con un apretón de manos. Trump es un tipo amigable. Tuve una buena relación con él; sentimos algo así como una simpatía viril el uno por el otro, en parte porque digo las cosas como son. Trump hace política de hombre a hombre. Lo cual es complicado con Ursula von der Leyen porque no es un hombre.
«A medio plazo, el 2 por ciento del PIB en gasto militar no será suficiente. Esta época se parece a la guerra fría. No podemos seguir beneficiándonos del dividendo de la paz»
XL. ¿Cree que una guerra comercial entre Estados Unidos y la UE es más probable porque la presidenta de la Comisión es una mujer?
J.C.J. No creo que sea una desventaja para la UE que Trump trate ahora con una mujer. En 2018 ya aprendió que la Comisión Europea es responsable de los asuntos comerciales, no los Estados miembros. Los estadounidenses, los rusos y los chinos siempre han intentado –y todavía intentan– llegar a acuerdos con gobiernos europeos individuales. Por eso, la UE debería enfrentar a Trump de forma unida y no como un gallinero desordenado.
XL. Cuando cerró el acuerdo con Trump, la guerra de Ucrania aún no había comenzado. Esta ha expuesto brutalmente la dependencia de los países de la UE del apoyo militar de Estados Unidos. ¿Espera que Trump use esto para dividir o chantajear a los europeos en negociaciones comerciales?
J.C.J. Por supuesto, Trump intentará aprovechar las diferencias en las posiciones de la UE respecto a Ucrania para su beneficio. Solo puedo esperar que los europeos sean lo suficientemente sensatos como para no dejarse dividir en esta cuestión. Pero el predominio de Estados Unidos en el gasto de defensa dentro de la OTAN es abrumador. Eso debe cambiar.
XL. ¿Deberían los europeos prepararse para un aumento significativo del gasto militar?
J.C.J. A medio plazo, el objetivo de los socios de la OTAN de gastar el 2 por ciento de su PIB en defensa no será suficiente. No puedo decir cuánto debe ser, pero sé que el presupuesto de defensa alemán durante el mandato del canciller Willy Brandt representaba casi el 4 por ciento del PIB. Nuestra época actual se parece más a la Guerra Fría que a la época en la que aún podíamos beneficiarnos del llamado ‘dividendo de la paz’.