Jennifer McCoy: Vinagreta de parchita
El primero de abril salió en La Razón una entrevista que fue replicada por Noticias Venezuela hecha por Oscar González Grande a la despelucada ex directora del Programa para las Américas del Centro Carter, Jennifer McCoy.
Decimos despelucada porque la entrevista viene con foto a colores de la señora arriba mencionada. Realmente nos llama la atención que una persona que vive en un país donde hay champú, acondicionador, aceites perfumados para que el peine haga bien su trabajo, además de vinagre para darle brillo al pelo, lo que le falta es preparar una vinagreta y echársela completica por encima, recomendamos la mejor, la de parchita.
En fin tampoco acaba, en ese país digo, con el presupuesto familiar comprarse un secador profesional y hacer entonces el mejor trabajo posible para no lucir como si uno tuviese encima de la cabeza un nido de pájaros.
La entrevista no es larga aunque admitimos que puede causar cierto nivel de frustración. Nuestra amiga desde los tiempos de la Mesa de Negociación y Acuerdo no ha cambiado. Realmente nadie cambia. Ni tan siquiera el peinado.
Empieza la entrevista con ciertas verdades a medias, como que nadie ni gobierno ni oposición quiere realmente al país, que cada uno está en una guerra a muerte para anular al otro, que todo es solamente una guerra de poder mientras el pueblo quisiera que alguien se encargara de solucionarle sus problemas de medicinas y alimentos.
Hasta ahí todo bien, aunque la oposición solo tiene al legislativo menos cuatro diputados injustamente vetados por razones que nunca pudieron ser probadas, como siempre hace el Gobierno.
Después como quien no quiere la cosa la McCoy, actual Directora del Instituto de Estudios Globales de la Georgia State University, nos dice que el Poder Ejecutivo, podría en fin, quizás, si no le causara una violenta urticaria a aquellas personas que viven del desnivel cambiario, imponer un cambio único que podría ser el comienzo del fin de tanta corrupción.
¡Oops! Mencionamos la palabrá mágica, corrupción. Y ahí viene la bomba. La Sra. McCoy habla de una justicia transicional para aquellos que robaron a manos llenas que constaría de dos partes: una parte amnistía y la otra parte recaudación de fondos robados.
¿Explicamos? ¿O quizás no sea necesario? Comprendemos que a algunos de nuestros lectores se les ha descolgado el maxilar inferior y se están babeando la parte delantera de la camisa.
Es un poco el juego de los bachaqueros. Creemos que muchos habrán observado que justo antes de que aparezca un producto regulado aparece primero en manos de los bachaqueros. Ellos venden el producto regulado por bulto a precios estratosféricos, lo colocan bien, hacen sus tremendos negocios, todo un ejército de personas que van desde mujeres de servicio, gerentes de supermercados hasta generales y luego, quizás, quedará algo para el bajo perraje.
¿Habrá amnistía para ellos también? ¿Y no habrá ley para nadie?
¿Eso nos aconseja la señora con vinagreta de parchita en la cabeza?