Jorge Burgos: «En la DC hay personas que se subieron al carro de las posiciones más ultristas y eso es un error para el futuro del partido”
El ex ministro y figura clave de la Democracia Cristiana se refiere al rol que debe jugar su partido en el actual escenario y con miras a las elecciones. Apuesta por «reconstruir un eje de centro reformista, una Concertación 2.0». Sobre el papel de la oposición en estos meses, señala: «Tengo un juicio de reproche sobre la actitud que se ha tenido con los hechos posteriores al 18-O. Ha faltado un espíritu de mayor unidad nacional».
A medida que el coronavirus sigue avanzando por el país, también aumenta la crispación política. Frente a la cantidad de elecciones que se aproximan en 2020-2021, con el plebiscito y el proceso constituyente de por medio, y tras las palabras del ex Presidente Ricardo Lagos quien señaló que «la oposición no está dando el ancho», dos históricos referentes de la DC -el ex ministro de Interior, Jorge Burgos y el ex canciller Ignacio Walker– escribieron una columna en El Mercurio, en la que hicieron una verdadera «declaración de independencia» respecto de la izquierda.
En el texto sentenciaron que «esta no es la hora de la unidad de la oposición, sino de la diferenciación», y afirmaron que la DC es un partido de centro reformista que debe repensar sus alianzas políticas.
Para abordar estos temas, la periodista Pilar Molina conversó en La Mirada Líbero en Agricultura con el ex ministro de Interior y de Defensa, Jorge Burgos.
-La columna que usted escribió junto al ex senador Ignacio Walker deja la sensación de «déjà vu», es decir, que ya hemos visto este planteamiento de que la DC debe diferenciarse de los otros 14 partidos de izquierda que conforman la oposición, como una forma de darle identidad a la DC y representar a los sectores moderados. Pero es parecido a la que planteó Fuad Chahin, cuando asumió la presidencia del partido. ¿Por qué cree usted que ahora puede cambiar este escenario?
-En general en política es probable que, la inmensa mayoría de las cosas, tengan algo de «déjà vu», esto yo lo viví, o me tocó vivirlo. No creo que sea un demérito, creo que hay temas que vuelven a tener vigencia. Efectivamente hicimos una columna en El Mercurio, fijando una posición sobre cómo debe actuar la DC en los tiempos que vienen, la llamamos «después de la pandemia», hoy obviamente la tarea está radicada en otras cosas. Es cierto también que el presidente del partido demócrata cristiano ha hecho un esfuerzo en ese sentido.
-Pero no le ha resultado. Va hacia la derecha y luego vuelve. Quiere ser parte de la izquierda, y cuando llega a acuerdos con el gobierno, como en la reforma previsional, logra que se apruebe en la Cámara de Diputados, pero los senadores del propio partido dicen que no van a respetar el acuerdo….
-Sí, pero también hay que ver el vaso medio lleno, ha llegado a acuerdos importantes para la función gubernamental, poniendo ciertos temas en varias cuestiones que han sido bien centrales. Traigo como acuerdo en estos últimos días, uno de los proyectos importantes que ha podido despachar el gobierno, relacionado con el Covid-19, fue la ley de indulto general. Ahí, sin los votos de la DC habría sido imposible que el ministro Larraín y el Presidente Piñera hubieran podido despachar un proyecto de ley que significó sacar de la cárcel a 1.500 personas. Y todavía teniendo presente que eso se había convertido en un lío para la propia coalición gubernamental. Creo que obviamente el tema en la Democracia Cristiana no está despejado, eso sería mentir, decir que es un tema que es bastante neutral y que todos estamos de acuerdo.
Podemos hacer un esfuerzo para reconstituir un eje de centro reformista, la DC con una visión socialdemócrata. Para decirlo en sencillo, una Concertación 2.0″.
-Por eso ustedes están escribiendo la columna, justamente porque esa diferenciación no está clara…
-Por cierto, y más allá de los esfuerzos que ha hecho el presidente del partido, que yo se los reconozco, creo que es un tema que no está despejado, no está resuelto. Nosotros fijamos una posición respecto de lo que debe ser en este momento la posición de la DC, buscando unidad, por cierto… Nadie sostiene que sean viables los caminos propios. En primer lugar por una cuestión de fondo, y segundo porque es imposible que partidos que se han convertido en partidos minoritarios, todos, porque incluso el que tiene más porcentaje de votos, el que tiene 14 puntos, no le da para gobernar solo, a nadie le da para gobernar solo, y tienen que buscar acuerdos. Ahora, los acuerdos tienen que ser no unidad, o acuerdo por el acuerdo, porque eso termina mal. Hay que buscar acuerdos sobre ciertas cuestiones básicas, sólidas, acuerdo de paz, social, nueva Constitución. Debiéramos guardar con fuerza el estar a favor del apruebo, y debiéramos tener obviamente un acuerdo respecto de la política como una oposición absoluta a la violencia, también una mínima plataforma programática. Cuando nosotros hemos logrado eso en la historia de la DC nos ha ido bien, le ha ido bien a la coalición y al país. El tema está puesto, ha producido harto debate, que era uno de los objetivos que buscábamos, hay gente que no está absolutamente de acuerdo con nosotros, ayer me tocó una carta que mandan cuatro presidentes regionales de la DC, muy respetuosos, pero críticos en nuestra posición, el politólogo Carlos Huneeus mandó una carta, que la replicamos, pero no es una carta de oposición a nuestra tesis, sino que va un poco más al fondo, que pregunta con quién, y ese es un tema que va más allá de lo que nosotros, en esta posición preliminar, quisimos fijar. Más allá de si nos encuentran razón o no, hemos logrado producir un debate indispensable.
Hay dificultades en la DC porque hay persona que, a mi juicio, erróneamente, han terminado subiéndose al carro de las posiciones más ultristas, de las izquierdas más intensas, y eso es un error para el futuro de un partido como el nuestro».
-Pero pasan los años y ha habido sucesivas fugas de la DC por este mismo tema, se van en oleadas importantes personajes de la Democracia Cristiana.
-Sí, pero desde el punto de vista de la cantidad de gente no han sido oleadas tan grandes.
-Pero líderes, como Mariana Aylwin, o Soledad Alvear y Gutenberg Martínez.
-Sí, eso sí, como personas naturales muy valiosos. Hubo pérdidas muy importantes de personas.
-Ustedes dicen en su columna que unidad de la oposición hoy significa unidad en las ideas de izquierda, porque ellos son la mayoría. ¿Entonces, para qué insisten en tratar de lograr la unidad con la izquierda, cuando las cuestiones ya no están dadas?
-Con harta honestidad, creo que hay sectores dentro de la DC que creen que el camino es la unidad desde el centro hasta la izquierda. Nosotros y mucha gente más, sostenemos que eso no tiene viabilidad, y eso pone a la DC en una condición de una minoría, no dirimente, no importante, sino que termina subordinada a ese tipo de coalición. La política pasa por momentos difíciles, y desde esa perspectiva, más allá de la dificultad para todos, creo que nosotros podemos hacer un esfuerzo para reconstituir, en nuestra posición, un eje de centro reformista, la DC con una visión socialdemócrata. Para decirlo en sencillo, una Concertación 2.0. Hay sectores, que probablemente hoy no están articulados, pero hay sectores en el PPD, en el PS… pudiera haberlo en la centro derecha, que pudiera, en el mediano plazo, reconstituir una fuerza de esa naturaleza.
-Eso significaría un nuevo partido, más que un sistema de alianza…
-No pues.
-¿Qué va a hacer usted con la senadora Yasna Provoste, por ejemplo, que ha estado proponiendo proyectos con Alejandro Navarro y Juan Ignacio Latorre. ¿Cómo puede plantear que el partido se identifique con una posición de centro, moderada, con personas del laguismo o de Evópoli, si tiene la oposición de la izquierda dentro de la DC?
-Obviamente, cuando se pone una posición al interior de un partido y un debate, va a llegar el momento en que la DC va a definir sus autoridades, y nosotros aspiramos que haya gente, y quienes conduzcan el futuro o la misma conducción actual, que puedan tener esto como tesis política. Obviamente se requieren instrumentos, mayor claridad, hay dificultades en la DC porque hay visiones distintas, y hay persona que, a mi juicio erróneamente, han terminado subiéndose al carro de las posiciones más ultristas, de las izquierdas más intensas, y eso es un error para el futuro de un partido como el nuestro. Y hay que intentar evitar eso, a través de poder, democráticamente en su momento, reforzar las tesis actuales positivas y ganar la conducción del partido, cuando corresponda. Creo que eso tiene sentido. En todos los partido, tal como en la DC, hay senadores o parlamentarios que de repente suscriben las mociones más intensas, desde el punto de vista de los cambios estructurales, algunas relativamente populistas. No me va a decir que el presidente de RN no tiene diputados que siguen reivindicando cosas que no tienen ningún sentido en la vida actual.
-¿Está de acuerdo con que la DC se siga considerando un partido de centroizquierda, o debiera cambiar su domicilio?
-Somos un partido de vocación nacional, un centro reformista. Y ese ha sido nuestro aporte a la historia de Chile. A mi juicio, se puede estar orgulloso de ese aporte, de las grandes reformas, y en los últimos años fuimos un partido que conformamos una coalición de centroizquierda, que se llamó Concertación, que ha mi juicio fue muy exitoso.
-¿Pero no están las cosas dadas, por el susto a lo que fue la era pinochetista, a dar un salto y buscar alianzas con la derecha? ¿Le tienen más miedo a la izquierda todavía que a la derecha?
-Mire, si en el futuro hubiera un partido de derecha que quisiera conversar sobre la reconstrucción de una coalición de centro reformista, con partidos social demócratas, yo encantado, no hay que negarse a nada. Creo que el principal candidato teórico, yo nunca he conversado este tema, es Evópoli obviamente, pero puede ser, si esto está todo muy líquido, no creo que haya verdades absolutas. Se ha puesto el tema en debate y eso es lo importante.
-Pero uno ve que esta discusión se da permanentemente, la necesidad de que la DC recupere su identidad como un partido socialcristiano, pero lo que prima es el factor electoral. ¿Por qué se van junto a la izquierda, considerando que ahora vienen muchas elecciones, cuando resulta que el sistema proporcional les da la posibilidad de no tener que ir en un gran bloque?
-Depende. Nosotros en el último torneo electoral principal del país no fuimos junto a la izquierda, fuimos solos, no nos fue bien, pero fuimos solos… Yo también le puedo demostrar que ha habido decisiones en el último tiempo que han tenido que ver con la necesidad de identidad y de no estar dispuesto a un bloque sin contornos claros. Entonces hay argumentos para lado y lado.
-¿Y las parlamentarias?
-En las parlamentarios fuimos en una lista con el PC, hubo una negociación, en fin, el sistema es medio complejo. Pero esos parlamentarios demócrata cristianos en general han tenido una actitud bastante y muchas veces identificatoria, de identidad, que ha motivado que haya sectores de la izquierda intensa que digan que no quieren saber nada con la DC. Es más, teniendo los votos, la oposición perdió la conducción de la Cámara de Diputados hace algunos días porque no le perdonaron a la DC lo que ellos denominan entre comillas «actitudes colaboracionistas», que fueron la posibilidad de poder concurrir, con aportes, a la aprobación de algunas leyes, que permiten que el país siga funcionando.
En el tema de la pandemia ha faltado más espíritu colaborativo».
-El gobierno acusa a la oposición de obstruccionista. ¿Cuál es su opinión?
-Hay dos proyectos en discusión, pero el Bono Covid-19, la ley de indulto y la ley del Fogape salieron por un tubo bajo la buena conducción del ministro Briones y las relaciones de este con la comisión de Hacienda. Hay problemas ahora, pero creo que la discusión no es puro obstruccionismo. Yo no soy economista, pero hay varios economistas de gran nivel que dicen que en esos proyectos se puede hacer un esfuerzo más, al contrario de lo que dice el gobierno de que tiene agotado los recursos y tienen que dejar para el futuro. Es una discusión económica que quiero que se resuelva, pero a mi juicio no es el producto del obstruccionismo absoluto. Esta discusión es totalmente distinta. Un proyecto que pretenda nacionalizar y pegarle un manotazo a los fondos que tenemos los chilenos en las AFP, eso es populismo puro, pero la discusión sobre si una determinada ayuda que se va a dar tiene que ir en decadencia los tres meses, o tiene que mantenerse el costo, es un cuestión legítima, uno no podría decir que ahí hay puro obstruccionismo, eso es un exceso.
-Pero el obstruccionismo se da en función de pedir cifras siderales que son imposibles. El proyecto del gobierno de Ingreso Familiar de Emergencia, que debiera estar aprobado ya, es por 800 millones de dólares la propuesta del gobierno, y la de la oposición es de mil 200 millones de dólares. Y el Presidente dijo que estamos en el límite de lo responsable.
-Sí, pero hay muy buenos economistas, como José De Gregorio, Rodrigo Valdés, que han sostenido que el gobierno tiene un espacio para hacer subsidios directos mayores. Y esa es una discusión complicada, porque es bien urgente, esperemos que se resuelva luego… Yo no sabía de las cifras que usted me informa, pero entre 800 y mil 200, estamos hablando de un trecho importante, pero no de una cosa inconmensurable, ni siquiera es el doble. Lo que quiero decir es que es un debate válido desde el punto de vista de políticas económicas y públicas, no sinónimo del obstruccionismo.
Si en el futuro hubiera un partido de derecha que quisiera conversar sobre la reconstrucción de una coalición de centro reformista, con partidos social demócratas, yo encantado, no hay que negarse a nada.
-Y con respecto al rol que ha cumplido la oposición, en las encuestas es muy malo. Personajes como Ricardo Lagos han señalado que la oposición no ha estado a la altura de las circunstancias. ¿Cuál es su opinión, ha estado a la altura?
-Tengo un juicio más bien de reproche de la actitud de la oposición para los hechos posteriores al 18-O, y no me refiero al tema legislativo, donde ahí hubo alguna colaboración legislativa. Creo que algunas cosas en la pandemia han sido pequeñas, y en ese sentido estoy de acuerdo, ha faltado un espíritu de mayor unidad nacional. La oposición debió haber jugado un rol. Y probablemente el gobierno tampoco es el más cariñosos a la hora de proponer cosas de carácter nacional, la política está poco afectiva.
-¿Qué tendría que hacer el gobierno?
-Convocar más, cosas menores… cuando se va a lanzar la ley de Fogape, haber hecho una cosa con los líderes de la oposición que apoyaron eso, diciendo que es una decisión del gobierno, pero que contaron con el apoyo, con las ideas, que se enriqueció…. No sé, son gestos, no hay que llevarse la pelota para la casa.
-¿En Chile, ni siquiera frente a una pandemia, los políticos son capaces de unirse?, ¿Eso explica la mala evaluación del mundo político?
-Sí, en eso usted tiene un punto, en el tema de la pandemia ha faltado más espíritu colaborativo, creo que hay que reconocer las cosas. Hoy miraba una cifra bien importante, la tasa de letalidad del coronavirus en Chile es de las más bajas del mundo, eso es una maravilla, y eso tiene que ver con políticas públicas, y particularmente con la labor que ha realizado el gobierno desde el ministerio de Salud, con lo que venía de antes, una infraestructura que es mejorable, pero que es buena.
-Y eso no ha sido reconocido por la oposición, más bien han estado insistiendo siempre en cuál es la debilidad de la política que se aplica frente a la pandemia.
-Sí, más grandeza en eso, creo que el gobierno ha tenido frentes no solo desde la oposición, si no que el mundo de los alcaldes ha sido un frente permanente, y ahí es bastante transversal. Yo empiezo por reconocer una cosa importante, pero también se han cometido errores, que también se pueden decir. Sin duda que hubo un cierto adelantamiento a la vuelta a la nueva normalidad, a la vuelta segura, una cierta sensación de que ya estaban las condiciones para un vuelta a la nueva normalidad, y los hechos demuestran, a contar de esta noche (viernes) buena parte de la RM va a estar en cuarentena , y el resto estamos en cuarentena parcial, porque tenemos toque de queda, en fin. Pero le concedo el punto, como ciudadano, acá debió de haber, y todavía es tiempo, tal como hay una mesa técnica, una mesa política más de unidad.
*Versión editada para formato escrito de la entrevista de Pilar Molina en La Mirada Líbero en Radio Agricultura. Si quieres escucharla completa pincha aquí.