José Hernández: Absurdos
El Diccionario de la Real Academia define Absurdo así: “Contrario y opuesto a la razón, que no tiene sentido. Extravagante, irregular. Chocante, contradictorio. Dicho o hecho irracional, arbitrario o disparatado”.
En Washington DC pleno gobierno del presidente Trump, quien más ha colaborado con la Venezuela que se opone al chavismo desde 1992, se dan todas las acepciones de la palabra absurdo en la toma de la embajada por ciudadanos americanos, que dicen ser un colectivo bolivariano. Lo que ocurre en las inmediaciones del 1099 NW de la 30 calle, es contrario a la razón, no tiene sentido, es chocante, irregular, extravagante, disparatado, arbitrario e irracional.
Que unos ciudadanos del país más poderoso del mundo se ocupen de meterse en una propiedad que no es de ellos, para representar a unos terceros que además se declaran enemigos de su gobierno, es surrealista.
En la embajada de Venezuela, por órdenes de sus antiguos ocupantes, unos malentretenidos se metieron para no permitir que el nuevo gobierno venezolano acceda a la propiedad. Es una verdadera invasión de nuestro territorio por los tan denostados «gringos», que el usurpador Nicolás tanto crítica y condena. Citando al galáctico: en la embajada de Venezuela «huele a azufre» y los imperiales impiden que los venezolanos accedan a sus instalaciones
¡Absurdo! Pero el espíritu de los venezolanos que están en la calle 30, reclamando sus derechos se confunde con ese espíritu indómito del joven oficial héroe de la Revolución Americana, Nathaniel Green, cuando decía, «nosotros peleamos y nos tumban y nos levantamos y volvemos a pelear». Mal hueso escogieron los del codepink para adular a sus mecenas bolivarianos, se toparon con Venezuela, la de verdad indómita y luchadora. Esta escaramuza la van perder. Pero Nicolás Maduro es el único promotor y financista de la única invasión americana a territorio venezolano en el mero Washington DC.