José Hernández: Obama y Trump conversan
Participar en una campaña tan feroz como la de la presidencia de EE.UU. en el 2016, es un extraño privilegio. Sobre todo llegar al final, cuando casi 120 millones de electores decidieron el destino de una de las democracias más grandes y la más poderosa del mundo.
Ha sido la quinta vez que el ganador de las elecciones no es el candidato que ha obtenido el mayor voto popular. Trump solo ha sido capaz de ganar en nueve capitales estatales a pesar de vencer en 29, de los 50 estados. En Washington D.C. Hillary logró el 92,8% de los votos frente al 4,1% de Trump. En Wyoming, el Estado con menor población, Trump logró el porcentaje más alto, 70,1% frente al 22,5% de Clinton.
New Hampshire, logró la elección más cerrada: Hillary obtuvo 47,5% y el presidente electo quedó con el 47,4%, la diferencia fue de solo 1.500 votos. En Nevada Clinton ganó en las dos ciudades grandes, Las Vegas y Reno, Trump ganó en 15 de los 17 condados, pero los republicanos perdieron.
Trump no ganó ninguna ciudad de más de un millón de habitantes.
Y en este tiempo de full campaña, donde Trump, Hillary y Obama se han dicho de todo y los modelos, las personas y las formas no pueden ser más diferentes, el voto y las reglas se respetaron y en la misma noche de las elecciones a pesar de que hay más de 3.000 formas distintas de contar los votos, una por cada condado de los 50 estados de la nación, se conoció al ganador y sus contrincantes bajaron las armas y le dieron su respaldo al presidente electo.
Dos días después, el presidente Obama recibió en el despacho oval al presidente electo Trump y posaron ante las cámaras y dieron dos gratos y correctos discursos, alabando el proceso y reconociendo al otro. Con sus equipos hablaron por 90 minutos y sus esposas Michael y Melania pasearon por la mansión y todo ocurrió en santa paz.
Dialogo este, democracia esta, lo de Nicolás es una dictadura, perversa y mala, que a cuenta de una “revolución” inútil que no permite los votos y encarcela a la disidencia es incapaz de aceptar los cambios.
La Unión Americana sigue siendo el modelo, 240 años de respeto a la Constitución, desarrollo de los derechos humanos y perfectibilidad de la democracia siguen siendo el faro en la montaña, donde “Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad”…