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Julio Camba: Acción política de los mariscos

Se inicia un cambio en la política española. Hasta hace muy pocos días, el político solía ser, entre nosotros, un hombre de la provincia de Pontevedra, amigo personal del marqués de Riestra, y padre de una numerosa familia. Cuando un paisano carecía de oficio, y no sabía hacer nada que le permitiese vivir en su tierra, si no tenía dinero bastante para irse a Buenos Aires, venía a Madrid y se dedicaba a ministro. De mí sé decir que, este verano, unos marineros me pidieron en mi pueblo un grupo escolar; aquellas gentes sencillas sabían que yo vivía en Madrid, y no concebían que pudiese vivir de otra cosa más que de ministro, lo que después de todo, demostraba cierta lógica. Si, en efecto, la mayoría de mis paisanos residentes en Madrid no fuesen ministros o ex ministros, ¿cómo se las arreglarían para pagar al casero? ¿Es que el señor García Prieto, por ejemplo, podría sostenerse en la corte escribiendo artículos para El Sol? Pero ahora, para llegar a ministro, ya no basta haber nacido en la provincia de Pontevedra, y comienza a hacerse indispensable el ser catalán. Y éste es el cambio que se inicia en la política española.

A primera vista, parece que se trata de un cambio superficial, y quizá no se trate, en efecto, de un cambio muy profundo. Sin embargo, yo creo que entre el político gallego y el político catalán hay una diferencia mucho más importante que la del acento. Lo terrible del político gallego era su asombrosa capacidad de reproducción. Nacidos al pie de las rías bajas, aquellos políticos se reproducían como las sardinas. Al cabo de quince años, cada ministro le había dado vida a cinco ministros, a diez subsecretarios, a diez directores generales y a veinte gobernadores, sin contar los empleados subalternos. Todo el mundo conoce la fecundidad de la provincia de Pontevedra, que es una de las más pobladas, si no la más poblada, de España. Esta fecundidad suele atribuírsele a los mariscos, y si la explicación es exacta, los mariscos vienen a ser, en fin de cuentas, los verdaderos responsables del nepotismo español. ¡El nepotismo español o las ostras, los cangrejos y los percebes de las rías bajas!…

Los políticos catalanes no parece que se reproduzcan tanto como los políticos gallegos, y esto constituye, por sí solo, una gran ventaja para el país. ¿No se comen quizá muchos mariscos en Cataluña, o es que el marisco del Mediterráneo vale menos que el del Atlántico? Y por otro lado, ¿conocemos nosotros las posibilidades políticas del marisco catalán? Si hubiese alguien en España que estudiase la política con un criterio científico, yo le propondría este problema, que considero de un interés capital; pero, por desgracia, aquí no hay ningún tratadista político verdaderamente serio. 

 

JULIO CAMBA: (1884 – 1962). Extraordinario periodista y escritor español, nacido en Galicia. Autor entre otras obras de La rana viajera (1920) La casa de Lúculo o el arte de comer (1929), La ciudad automática (1934).  “Acción política de los mariscos” pertenece a La rana viajera.

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