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Karina Sainz Borgo / Rafael Cadenas, premio Cervantes: «Estoy lleno de España»

El primer escritor venezolano en recibir el más importante galardón de las letras hispanas tuvo por alegato un elogio de la lengua y la democracia

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De americana azul y pantalón claro, muy temprano y acompañado por su hijo Silvio, ha entrado el poeta venezolano Rafael Cadenas en el patio de filósofos de la Universidad Alcalá de Henares. «Maestro: no lleva corbata esta mañana», lo saludó un periodista a su llegada al claustro. «Usted tampoco», contestó el venezolano con sonrisa y mirada pícara. De mano de los reyes Felipe VI y Letizia, Rafael Cadenas ha recibido este lunes el premio Cervantes, en el Paraninfo del claustro en el que estudiaron los místicos que cimentan sus versos y al que ha acudido en esta ocasión una magra comitiva política.

En ausencia del presidente de gobierno Pedro Sánchez, acudió el ministro de Cultura Miguel Iceta, quien leyó la semblanza inaugural del acto. Junto a él la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, así como María José Gálvez, directora General del Libro y Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. Tras sus intervenciones, comenzó Rafael Cadenas la lectura de sus legajos. «Estoy lleno de España». Así fue el primer aliento de un discurso breve y directo, el primero en tres años en que un ganador pronuncia de viva voz en la ceremonia de entrega. Desde Ida Vitale no acudía un premiado para recibir el diploma y la medalla.

Con voz queda y lenta, Rafael Cadenas ha usado pocas palabras, las elegidas, como es costumbre en sus versos y opiniones. Primer escritor venezolano en recibir el más importante galardón de las letras hispanas, Cadenas tuvo por alegato un elogio de la lengua, «el primer vínculo», y la libertad. A favor de la lengua y la democracia, contra los nacionalismos y el secuestro de cualquier libertad: más claro no pudo ser el autor de ‘Apuntes sobre San Juan de la Cruz’, también estudiante del antiguo claustro en el que hoy el poeta venezolano ha tomado la palabra.

Democracia

Comenzó Cadenas con la memoria de los inmigrantes españoles, él mismo nieto de canarios. Sus profesores de escuela y universidad, exilados españoles, sembraron la cultura en él y su país de origen, Venezuela, tierra que acogió a tantos que habían cruzado el Atlántico durante la guerra y que expulsa ahora a los suyos en una «desventura inversa, aunque no a causa de guerra alguna», aludió el escritor, cuyo país sufre ya más de veinte años en un régimen autoritario que ha sembrado la represión política, la pobreza, desigualdad social y el exilio de más de siete millones de venezolanos.

«Entre los que vinieron había muchos profesores que se incorporaron a nuestra educación; casi al llegar dieron clases en liceos y universidades del país enriqueciendo así nuestra cultura. Yo tuve tres de ellos y sufrieron un poco conmigo, pues no fui muy buen estudiante», afirmó Cadenas, a sus 93 años, desde el podio del Paraninfo. Tras el elogio del encuentro con España, Cadenas citó a Orwell para tejer un fino estambre entre el mundo y la lengua, además de para enunciar el fantasma del totalitarismo. «El actual caos político guarda relación con la decadencia del lenguaje y podríamos conseguir alguna mejora si empezáramos por lo verbal».

Empuñó Cadenas a Cervantes como antorcha en su discurso: «La impronta del Quijote estuvo en los creyentes de la Utopía que arreglaría todo y terminó en un desengaño. Es sabido que nacionalismos, ideologías y credos dividen a los seres humanos, pero en este tiempo, el mundo, gracias al desarrollo de la comunicación, debería ser cosmopolita; ya en cierto modo lo es, pero para ello se oponen los factores que he mencionado, sobre todo el nacionalismo». Citando a Goethe y Schiller para subrayar el interés de la lengua por el mundo, quiso Cadenas hablar de la democracia. «Es urgente defenderla de todo lo que la asecha y para ello se requiere recrearla. Esa tarea le incumbe a la educación, que la ha descuidado. Se necesita en los países donde existe, una pedagogía que la robustezca; en los otros, que no la han conocido, es vano tratar de introducirla. Los demócratas deben pedir a voces su renovación».

No es ningún sueño este premio, «sino un trabajo de todos, hacedero solo con plena libertad», leyó Cadenas quien en su discurso recordó a su amada Universidad Central de Venezuela, de la que fue alumno en los años de lucha contra el dictador Marcos Pérez Jiménez y profesor después en años de democracia., y en especial al escritor nicaragüense, Sergio Ramírez. «A quien admiro, con mi deseo de que pueda volver a su país». Acabó Cadenas su discurso con ocho líneas, las suficientes para la más gran defensa de la libertad que puede hacer un hombre que conoció el exilio con Pérez Jiménez y hoy resiste en los oscuros tiempos que vive su tierra: «Cervantes fue un gran defensor de la libertad. Recordaré sus palabras muy conocidas, aunque deberían difundirse más: ‘la libertad Sancho, es uno de los más preciosos dones que los hombres dieron a los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a un hombre».

Elogio real

Tras la intervención del galardonado, el rey Felipe VI leyó un discurso que hizo las veces de elogio de la lengua y del premio Cervantes como gran ventanal hacia el idioma y la obra del autor del Quijote. «Ese magnífico legado -que se extiende por múltiples geografías, por montañas y mares, por variados gentilicios, y que agrupa a casi 600 millones de hablantes y potenciales lectores- nos une y nos invita a reconocer que siempre habrá más razones para estar juntos que separados».

Tras la semblanza biográfica del poeta Rafael Cadenas, Felipe VI describió al escritor como «el gran poeta moderno». Se refirió también a su obra como al de «alguien que no quiere ‘estilo, sino honradez, una valiosísima ambición; una aspiración que comporta ‘rectitud de ánimo, integridad en el obrar’, según nuestra Diccionario de la RAE. Un propósito magnífico, admirable», finalizó el monarca.

 

VIDEO CON LA CEREMONIA COMPLETA:

 

 

 

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