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King Crimson: Sobriedad, virtuosismo, perfección

El anfiteatro del Mann Center fue un escenario magnífico para la parada de la gira de King Crimson en Filadelfia, con una temperatura ideal y la fortuna de contar con la agrupación Zappa Band como teloneros, mostrando a cuatro miembros originales del grupo del fallecido Frank Zappa.

 

 

 

 

Exactamente a las 9 de la noche del 7 de septiembre se presentaron ante la audiencia los siete miembros de King Crimson: el guitarrista y fundador del grupo Robert Fripp, el bajista Tony Levin, los multiinstrumentistas Jakko Jakszyk y Mel Collins y los bateristas Pat Mastelotto, Gavin Harrison y Jeremy Stacey.

En King Crimson absolutamente todo gira sobre el arte de la música, así que todo aquello ajeno a la composición, ritmo o armonías queda exento del concierto. Decimos concierto y no espectáculo porque en esta función no hay show de luces, ni videos, ni gritos, ni explosiones o efectos especiales. En el recital los músicos solo tocan sus instrumentos, con sobriedad, virtuosismo, majestuosidad, elegante atuendo y sin dirigir una sola palabra a los espectadores.

 

 

 

 

El setting sobre el escenario es impresionante, con los tres bateristas al frente de la tarima y los otros cuatro integrantes detrás de ellos. La sincronía de Mastelotto, Harrison y Stacey deja atónita a la audiencia y en ningún momento se percibe una sobrecarga de percusión. La fórmula de los tres bateristas origina diversos retos, entre ellos sincronía y creatividad. Mastelotto, americano, además de trabajar con Mr. Mister, The Rembrandts y XTC, ya había estado en King Crimson en un periodo de dos baterías junto a Bill Bruford. Harrison, inglés, además de previas experiencias con King Crimson, ha colaborado con artistas como Ramazzotti, Porcupine Tree, Iggy Pop y Paul Young. Stacey, quien también es británico, cuenta con colaboraciones con Eurythmics, Andrea Bocelli y Joe Cocker.

 

 

 

 

La voz de Jakko se adapta de maravillas a la era clásica de Crimson, a la época de los desaparecidos excantantes de la banda, como Greg Lake y John Wetton, y deleita interpretando tracks emblemáticos como “En La Corte del Rey Carmesí” o “Epitafio”. Mel Collins, en la flauta o en el saxo, es otro que muestra su virtuosismo en cada una de sus intervenciones. Es sin duda un privilegio poder ver a un músico de una carrera extraordinaria, colaborador en discos de los Rolling Stones, Eric Clapton, Tina Turner o Dire Straits. Escuchar a Tony Levin y su bajo Chapman Stick debe ser otro ítem del bucket list de un aficionado de la música. Levin, más conocido por ser miembro de King Crimson y la banda de Peter Gabriel, ha grabado con leyendas como David Bowie y John Lennon. El guitarrista, miembro fundador, genio, productor y arreglista, Robert Fripp, dirige el show, con parsimonia abismal, regalando a la audiencia sus famosos ‘fripperies” o ‘frippertronics”, con un formalismo solemne, como decimos, casi sin pestañear.

La Banda cerró con dos de sus temas clásicos: “Starless”, la melodiosa suite del álbum “Red”, y “21st Century Schizoid Man”, el poderoso track de “En la Corte del Rey Carmesí”. Un closing maravilloso que dejó a los espectadores estupefactos, tocados por la magia de King Crimson.

 

 

 

 

La experiencia carmesí:  tres músicos venezolanos de trayectoria, El ex Aditus Pedro Castillo, el ex Tempano Alexis Peña y el compositor nominado al Grammy Álvaro Paiva describen lo que significa ver a King Crimson.

Pedro Castillo: “Ver a Crimson en vivo es una experiencia completa. La distribución de los músicos en el escenario más el repertorio y el diseño del evento son dignos de un parque temático. Es algo que va más allá de estilos y subcategorías musicales. Es simplemente King Crimson. He visto esta formación tres veces y lo volvería a hacer si se presenta la oportunidad. Lo que más me llamó la atención fue en primer lugar la solidez y sincronización del bloque de bateristas. Sobre todo con un repertorio nada fácil para ningún músico. Y en segundo lugar, el buen gusto y la afinación de Mel Collins, cuyo regreso a la banda es de lo más positivo. Entiendo perfectamente lo que se siente al salir del show porque uno se queda como flotando, pensando y tratando de interpretar y de entender qué es lo que acaba de ver y escuchar. Eso es King Crimson”.

Alexis Peña:  “Salí muy emocionado porque King Crimson es una banda que yo sigo desde hace muchos años y nunca los había visto. La calidad es impresionante. Me hubiera gustado ver esa gira con Adrian Belew y Bill Bruford, pero nunca tuve la suerte de viajar a verlos. Tener a tres bateristas es una apuesta arriesgada, hubo muchos artistas de los 60 y los 70 que usaron dos bateristas, James Brown, por ejemplo, creo que por razones de técnicas de sonido lo hizo, imagino que él quería que el ritmo, que era lo más importante de esa música, tuviera una relevancia superior, porque más allá de que el frontman, el bajista y el guitarrista tengan que brillar, si no lo hace el baterista, nada funcionará”.

Álvaro Paiva: La música debe ocupar el lugar preponderante. Si se vende luces, escenografía, vestuario, pirotecnia o, por ejemplo, si a KISS se le quita la máscara y el show, solo quedarán unas canciones de nivel promedio. No es arte, es artificio. Los mejores conciertos que he asistido son aquellos en el que los artistas no hablan, como, por ejemplo, Tony Bennett en el Sydney Opera House, en el que el artista solo saludó en un par de ocasiones. La música debe ser la protagonista y si no lo es, me están mintiendo”.

 

 

 

KING CRIMSON SETLIST 

Filadelfia, 7 de septiembre de 2021

  • Devil Dogs of Tessellation Row
  • Lark’s Tongue in Aspic, Part 1
  • The Court of the Crimson King
  • One More Red Nightmare
  • Tony’s Cadenza
  • The ConstruKction of Light
  • Radical Action II
  • Level Five
  • Epitaph
  • Red
  • Indiscipline
  • Starless
  • 21st Century Schizoid Man

 

 

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