La abstención se convierte en el segundo partido de Francia
Los franceses que no acudieron a votar y los que lo hicieron en blanco sumaron 15 millones, casi cinco más que los que apoyaron al FN
El mapa de Francia se tiñó el domingo del color del candidato de ¡En Marcha!, Emmanuel Macron, que venció en 99 de los 101 departamentos. Marine Le Pen tuvo que conformarse con imponerse en Paso de Calais y Aisne, en su feudo del noroeste. En total, la líder del Frente Nacional quedó en cabeza en 45 circunscripciones. Con todo, el hecho de que el 43% de los electores se decantaran por Macron para frenar a Le Pen, frente a un 16% que lo hizo por su programa, según un sondeo de Ipsos/Sopra, supone un toque de atención para el presidente electo. Los más fieles votantes de Macron fueron los que apoyaron al socialista Benoît Hamon en la primera vuelta (71%), seguidos de los izquierdistas de Jean-Luc Mélenchon (51%) y los conservadores de Fillon (48%). En cambio, Le Pen pescó más entre los «fillonistas» (20%), frente al 7% de neocomunistas y 2% del PS.
Pero más allá de cómo se repartieron el mapa electoral, la segunda vuelta de las presidenciales pasará a la historia como la cita electoral con mayor abstención desde 1969 y la única desde 1988 en la que acudieron a votar menos electores en la segunda que en la primera. Así, si sumamos la abstención del 25% y el importante número de votos en blanco y nulos, observamos que sus 15,5 millones de sufragios suman más que los 10,5 millones que reunió Le Pen. En cifras totales, un 44% de los franceses habrían elegido a Macron, un 25% se habría abstenido y un 22% se habrían decantado por Le Pen. Un malestar que el futuro presidente tendrá que tener en cuenta para cumplir su promesa de unir a Francia.
Macron amplía su reino
Macron logra consolidarse en las regiones que tradicionalmente votan a la izquierda. Así, todos los departamentos de la región de Bretaña que habían votado a los candidatos progresistas en la primera vuelta, lo hicieron mayoritariamente el domingo por el presidente electo. Sólo en cuatro ciudades de toda la región el ex ministro de Economía no batió a su rival. Además, fortalece su base en los Pirineos Atlánticos, bastión del alcalde de Pau, François Bayrou, que anunció su apoyo a ¡En Marcha! en febrero. El centrista logró ser elegido con el 70% en varios departamentos en el oeste del Macizo Central: Corrèze, feudo de François Hollande, o en el Puy-de-Dôme, otra tierra socialista.
Más allá de estas tierras tradicionalmente de izquierdas, Macron confirma sus buenos resultados que obtuvo en la primera vuelta en las zonas urbanas. Entre las diez ciudades más pobladas, supera el 80% de apoyo en seis de ellas. Por otra parte, en el recuento de los 174 municipios de más de 25.000 electores, quedó segundo en sólo seis, y entre estos sólo cayó por debajo del 49% en Calais, con el 42,58%.
Del mismo modo, en los suburbios de Ile-de-France (Hauts-de-Seine, Seine-Saint-Denis y Val-de-Marne), Macron superó el 60% en todos los municipios menos Coubron, en Seine-Saint-Denis. Esta ciudad, una de las más pequeñas del departamento, es parte de un electorado que el FN espera ganar en el Parlamento. Por otra parte, sólo en el Sena y Marne el fundador de ¡En Marcha! tuvo un respaldo por debajo de 70%. En París, obtuvo sus mejores resultados, rozando el 90%.
La soledad de Le Pen
La falta de apoyo político fuera de su propio partido es lo que ha impedido a Marine Le Pen amenazar la victoria de Macron. Sin embargo, los resultados de la segunda vuelta confirman la hegemonía del Frente Nacional en el noreste, la región del Sena Marítimo a la frontera del Rin, y en los departamentos de la cuenca mediterránea. También está presente en varias comunidades rurales en el valle del Garona.
Pero es en su feudo de Pas-de-Calais donde Marine Le Pen se las arregla para conseguir sus mejores resultados. También en Calais, donde logró el 57,42% de los votos. En su feudo de Hénin-Beaumont, la líder frontista superó el 61% [La ciudad donde se presenta está dirigida por el actual presidente provisional del partido de extrema derecha, Steeve Briois]. Mientras, en Aisne, Le Pen venció en 619 de los 804 municipios del departamento. Superó a su competidor por casi 15. 000 votos, y así obtiene su mejor resultado departamental (52,91% de los votos).
La fronteriza región del norte ha sufrido un constante declive económico en las últimas décadas. El cierre de las viejas minas y fábricas, muchas de ellas deslocalizadas en otros países, han empobrecido a su población, que sufre los niveles de paro más elevados de la Francia metropolitana. Tradicional granero de votos de la izquierda (Lille es gobernada desde hace dos décadas por la socialista Martine Aubry), se ha convertido en el gran caladero de votos para la ultraderecha.
En los municipios de todo el Mediterráneo, el FN con frecuencia supera el 50%. En el Var y en Corse-du-Sud, que casi alcanzó la mayoría, con más del 49% de los votos emitidos. En Ajaccio, por ejemplo, Macron logró una muy ligera ventaja (50,10%): sólo 38 votos lo separaron de Le Pen entre un total de casi 20.000 votantes, mientras que dos ciudades importantes de la región de Var votaron abrumadoramente por la candidata ultraderechista (Draguignan y Fréjus).